Los Santos convierten a Nueva Orleans en una fiesta permanente [Archivo]

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09-02-2010, 22:46:15

Los Santos convierten a Nueva Orleans en una fiesta permanente

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Fiesta en las calles de Nueva Orleans por el título de los Santos en la NFL.

Tras la inspiración en la NFL, también llevaron a las calles la locura de la diversión y la fiesta en lo que el martes se convirtió su desfile de celebración.

Al más puro estilo del Mardi Gras, las pasarelas móviles tipo carnaval aparecieron con los jugadores, entrenadores y Tom Benson, dueño de los Santos, para iniciar el desfile de los campeones a través del centro de la ciudad.
La celebración llegó dos días después de la victoria que bajo la dirección del mariscal de campo Drew Brees, los Santos consiguieron 31-17 ante los Potros de Indianápolis en la cuadragésima cuarta edición del Super Bowl, para conseguir el primer título en sus 43 años de historia y también el de un equipo profesional con sede en Nueva Orleans.

Brees y otros jugadores fueron los encargados de lanzar todo tipo de collares de adorno y objetos de carnaval mientras una nube de confetti flotaba en el aire.

Una de las carrozas transportaba la replica del Trofeo Lombardi, la copa del Super Bowl, mientras miles de personas que desde el domingo siguen celebrando el triunfo de su equipo se preparaban para tener otra jornada de fiesta.
El desfile, al más puro estilo de Mardi Gras, también incluyó 12 bandas de música que eran precedidas por una carroza de 10 comparsas cada una.

Los aficionados siguieron frenéticos por el triunfo histórico de los Santos y una vez más se escuchó el lema y la expresión vernácula "¡Who Dat!".

Esta frase es una versión local de "quién es ése" con un dejo de reproche para insinuar "¿quién se atreve?" a dudar de la entereza de la ciudad y, por supuesto, de su equipo.

La Santos culminaron con el Super Bowl una gran temporada cuatro años después de que el huracán Katrina inundara el ochenta por ciento de la ciudad y destruyera miles de casas y pequeños negocios y dejara 1.500 muertos a su paso.

Los residentes de Nueva Orleans siguen con la voz ronca, expresiones de cansancio y sueño, pero felices de todo lo que están viviendo y sin creerse mucho si de verdad es cierto que ganaron el Super Bowl.
Miles de personas a través de la ciudad y el Barrio Francés siguen con las camisetas de los Santos y otras prendas con los colores de su equipo, mientras la fiesta es permanente desde el domingo por la noche.

Los aficionados cada vez son más conscientes de que la victoria de los Santos se dio después de tener nueve temporadas ganadoras y el desfile fue la culminación de la nueva realidad que vive la ciudad al tener a un equipo campeón.

Ahora la alegría, felicidad y celebración es lo que se respira en Nueva Orleans, que una vez concluido el desfile de los campeones tendrá que volver a la lucha cotidiana de enfrentarse a los grandes retos que aun tiene que superar como es el grave problema del alto índice de criminalidad que se registra en la ciudad.

El proceso de reconstrucción de la ciudad está todavía muy lejos de verse completado y, precisamente, para conseguir ese gran objetivo el pasado sábado también eligieron a un nuevo alcalde, el demócrata Mitch Landrieu, que consiguió la victoria por un amplio margen de puntos.
Landrie se convirtió en el primer alcalde blanco de la ciudad en más de 30 años, precisamente desde que su padre dejara el cargo, y su misión principal será superar el grave problema de la división racial que hay en Nueva Orleans y que se ha visto incrementada durante el mandato del también demócrata afroamericano Ray Nagin.

De ahí que Landrie también acompañase a los nuevos campeones del Super Bowl en el desfile que comenzó frente a su campo del Louisiana Superdome, para luego recorrer toda la ciudad en medio de los vítores de los miles de residentes que volvieron a ser el centro de atención nacional y mundial.

Aunque esta vez para compartir su imagen triunfal, de alegría y celebración como la nueva ciudad de campeones que hay en Estados Unidos.

Miles de personas están convencidas de que después de 43 años de espera, sus oraciones fueron escuchadas y de ahí, que la palabra que más se escucha estos últimos días en Nueva Orleans sea la de "Amén".