Por puntos, residencia legal en Italia

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Por puntos, residencia legal en Italia



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Silvio Berlusconi, primer ministro de Italia.






Se trata de un nuevo intento del gobierno de Silvio Berlusconi por controlar la inmigración y favorecer la integración de los extranjeros en la sociedad del país europeo.



Los ciudadanos no europeos que pretendan vivir legalmente en el país transalpino deberán mostrar que dominan la lengua italiana, que conocen la Constitución y que tienen a sus hijos escolarizados, entre otros requisitos.

Si los cumplen irán sumando puntos hasta llegar a los 30 necesarios para renovar el permiso de residencia.

Hablar el idioma del país, por ejemplo, suma 22 puntos, 2 menos que superar un examen sobre la Carta Magna.

Si, por el contrario, son detenidos por haber delinquido, trabajan de forma ilegal o no cuentan con una vivienda comprada o con un alquiler con contrato, los inmigrantes restarán puntos y se complicarán su permanencia en Italia.

Una condena de tres años de cárcel resta 20 puntos. Despreocuparse de los hijos y permitir que pierdan un curso escolar, 5. También se baja en la clasificación por cometer errores administrativos graves.

Un año de gracia

Inspirado en un código existente en Canadá, los extranjeros tendrán dos años para llegar a los 30 puntos. Si al cumplirse ese plazo tienen una puntuación inferior todavía contarán con un año de gracia antes de que se inicie el proceso de expulsión.

Al presentar la medida, el ministro de Interior, Roberto Maroni, garantizó la gratuidad de los cursos para aprender italiano, conocer la Constitución o saber cómo funciona el sistema sanitario, escolar o fiscal del país.

Estas clases durarán al menos ciento veinte horas y serán organizadas por las universidades y centros oficiales de enseñanza de italiano.

"Nuestro método garantiza la integración", indicó Maroni, "te dice qué hay que hacer para formar parte de la comunidad". "Si lo haces consigues el permiso de residencia, si no significa que no quieres integrarte", explicó.

A la oposición de centro izquierda no le ha gustado nada la propuesta y advierte de que sólo servirá para aumentar el número de irregulares que vive en el país.
El mayor problema que encontrará el nuevo sistema para gestionar la residencia de los extranjeros es la falta de agilidad de la burocracia italiana.