Patos, mi primera peli animada de este año bisiesto. Un bonito, vivaz y aleccionador divertimento [Archivo]

Soyado

07-01-2024, 13:02:39

Me reivindiqué con esta función de cine. Gracias a que Royal Films ofreció ayer día de reyes las entradas a mitad de precio para las funciones de Patos, aproveché y volví al multiplex de Simón Bolívar (Cali) donde el jueves, solitario y contento, pillé el estreno de Quiero que me mantengan. Merced a otra promoción de taquilla, bien vale acotar (el descontento me llegaría con la historia del mencionado largometraje colombiano. Pero este es otro rollo, en fin).

Una vez más almorzado de antemano, pero aprovisionado de un delicioso jugo de maracuyá en botella de vidrio para pasar la comida y refrescarme el gaznate, disfruté de esta nueva historia de los estudios Universal e Ilumination, una factoría que como otras tales cual Dreamworks, últimamente les está poniendo la bota en la cara a Disney en historias animadas (No sé por qué me salió este apunte, pero sigamos).

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El argumento trata de una familia de ánades reales, el papá, la mamá, un adolescente y una niña, que conviven en supuesta armonía en un estanque cuya locación se nombra en la sinopsis, pero nunca dentro del filme, mira tú qué raro. Digo lo de supuesta armonía, puesto que la matriarca y el mozuelo ánades tienen como esa piquiña de ir a andar mundo porque estarse en casa… No, como que no les va.

Lo anterior debido a que se le aparece a la sedentaria familia protagonista, una bandada migratoria de patos (de hecho, el título original en inglés de Patos es Migration), que tiene que estar tomándose selfies de a donde vayan y de lo que hacen para mostrárselas al universo, al que al fin de cuentas le importa un culo en donde estés y qué hagás, y… Disculpen, amigos, no sé qué me sucedió, ¡ejem!

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Sí, en qué iba, ah, ya, ok. La bandada migratoria esta de patos se va a veranear al país de Bob Marley, Sean Paul y Usain Bolt, pero el patriarca ánade respetuosamente los manda al carajo porque no quiere ponerse con maricadas de estar volando dizque al Caribe. Pa eso que vuele Petro, habrá pensado Papá Ánade.

La esposa pata, como buena hembra, le tira su cantaleta a Mr. Duck diciéndole que es un güevetas, que te hacen falta plumas pa ser macho, que nos querés mantener clavados en este estanque, bla, bla, bla. Hasta que en una noche de aquellas que pueden torcer las vainas, el cabeza de familia tiene una conversación con ese tío que se la pasa tomando, tumbado, y que todo esto no le causa al acusado resquemor emocional alguno.

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Entonces Papá Ánade se dice: “¡Uy! Yo no quiero terminar como este marica. Me tengo que poner las pilas y demostrarle a mi señora y a mis nenes, que yo no soy un güevetas al que le faltan plumas y que no aspira a salir de este pozo”. Envalentonado Don Pato, hipócrita o sinceramente, vaya uno a saber, le dice a su familia: “¡Bueno, hijueputa! ¡Nos vamos pa Jamaica, quiubo a ver!” (y se largan con el marica ese del tío, fijate vos). Y desde aquí, comienza una trayectoria llena de pintorescos avatares, adorables personajes y de mensajes implícitos, la cual hemos visto y seguiremos viendo per sécula seculorum desde que el séptimo arte es séptimo arte.

Algo que es una chimba de la película Patos, es la variedad en avifauna de la que podemos disfrutar quienes tenemos algo de aprecio e interés por las bellezas ornitológicas. Tenemos a una garza ojona y catana que no sabe uno si es sociópata o mamadora de gallo; una paloma neoyorquina que resulta severa ñera de Central Park; un guacamayo jamaiquino que tiene un acento costeño en español latino, ni más faltaba, y un pato de Pekín (así se llama la especie, no es que sea chino el man. Digo, el pato), quien es un instructor de yoga o Yogui (No, no el oso Yogui, valga otra aclaración).

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Hay una parte dentro de Patos que no me esperaba encontrar, que resultó una gratísima sorpresa y, para no mandarme el spoiler, solo diré que está relacionado con un ritmo africano, que lo baila todo el mundo, que hasta el gringo mete mano. Y sí: los gringos la metieron acá en esta movie y de qué manera. Bueno, ni raro: recordemos que Richie Ray y Willie Colón, por citar un par de ejemplos, son estadounidenses.

Realmente me agradó este largometraje, y a la hora del té no pude evitar sentirme identificado con Mark, el papá Pato, quien es un ser ansioso, inseguro y apegado a los hábitos como este servidor. A pesar de su carácter, cuenta con la determinación y el cariño de su esposa Pam para lanzarse a descubrir nuevos sitios, oportunidades y experiencias. Incluso sus hijos, el chico Dax y la niña Gwen, contribuyen con su granito de arena a voltear la perspectiva temerosa de su padre.

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Quizá este film con su moraleja, me está mandando un mensaje para este año, y los espectadores que no solo pasan un buen rato, sino que logran descubrir las ideas detrás de las situaciones en pantalla, seguro valorarán estos 83 minutos de sana y bella diversión. Y discúlpenme, al final, la alegoría fácil: ¡al agua, Patos!

SOYADO

Soyado

07-01-2024, 21:04:07

Hola SOYE,
Primero lo primero, lo de Petro estuvo genial 😁.
Bueno lo que hice cuando comencé a leer es ir a buscar que diablos era un ánade real y así instruido ya me sentí seguro al leer.

Estas historias lo relajan a uno...me acuerdo de mi niñez con Bernardo y byanca y lo mucho que .e divertían, creo que ver una película de estas es como una catarsis o un viaje al buen pasado que permite relajarnos y disfrutar.
Las moralejas nunca faltan pero la verdad es lo último que nos importa, lo rico es divertirse y dejarse llevar.

Gracias por tu mini resumen, siempre atinado y oportuno. (Así evito gastar plata 😁 ) ...

¡Ja! ¡Ja! ¡Ja! No seás tacaño, mi llave, gastate una entradita al cine de vez en cuando, je, je.

Gracias por tu reconocimiento en lo de primero lo primero. Me encanta que te haya podido ayudar a ampliar tu conocimiento del mundo aviar, mi pana; igual, lo que uno mantiene viendo es goleros apuntándole a los desechos de la calle, je, je, je. Y pajaritos. Pajaritos. De vez en cuando, sí.

Bernardo y Bianca en Cangurolandia: qué gran película esa, querido Eddie. Es la única que me he pillado de los ratoncitos y eso hace las eras prehistóricas de nuestro amado VHS. Me encantaría volver a verla.

Con gusto una vez más, mi amigazo macondiano. Te cuento que en estos instantes, por primera vez en mi vida me estoy pillando unos Golden Globes.