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Ver la Versión Completa Con Imagenes : Entre primos


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
josepepe4
30-09-2023, 13:35:31
Todo ocurrió una noche dexfin de año, habíamos ido a festejar noche vieja a una discopub de la ciudad. Éramos un grupo familiar de primos y sobrinos de la familia de mi mujer y sus parejas de unas veinte personas; la edad era un poco heterogénea, pues estaba entre los dieciocho hasta los cincuenta y cinco. Mi mujer Isabel y yo estábamos en ese entonces sobre los 38 y 40. Todo discurría por los canales correctos de alegría y fiesta que merecía el motivo; todos bailabamos con todos, sin hacer distinción de edad ni sexo.

Llegado un momento, después de muchas canciones salseras, rumberas, merengues, etc todas muy bailables; de pronto llego de sopetón el cambio a las lentas, esas baladas de los ochenta que tanto nos gustaban, y que a mi mujer la sorprendio bailando con Carlos, un primo suyo y de casualidad a mi con Juana, la mujer de Carlos. Muchos por no estar bailando con sus parejas, se fueron a sentar, pero nosotros cuatro nos quedamos.

Al igual que las canciones latinas eran encadenadas, las baladas también lo estaban; de manera que una tras otra, con las luces cada vez más oscuras, el ambiente se estaba trotando muy romántico; todas las parejas de baile, fuesen o no parejas en la vida real, cada vez se abrazaban más. según se oían las letras amorosas de las canciones; y teniendo en cuenta que todos llevaban consigo algunas cositas en ell cuerpo, el morbo se iba introduciendo entre las parejas que resistían al embite.

Llego un momento en que no se distinguía a nadie de los que bailaban, debido a la oscuridad de la pista de baile, ademas habia humo de hielo seco permanente que inundaba el ambiente del recinto.. Sabido era que Carlos, el primo de mi mujer la había rondado a Isabel, mi mujer, cuando ambos eran solteros, no obteniendo respuesta por parte de su prima, teniendo en cuenta que habían crecido como hermanos, hijos de dos hermanas, ambas viudas; se abria montado la de dios; aunque se notaba que tenian mucha conexion y complicidad; él era menor en dos años que Ísabel.

Juana y yo tambien sabiamos que nos gustábamos desde que nos conocimos justo en mi boda con Isabel, Juana era una chica preciosa, de unos treinta años, secretaria de direccion en una importante empresa. Recuerdo que nos estuvimos enviando miradas muy sonrrientes durante todo el convite de mi boda, ella ya estaba casada con Carlos; esa miradas sonrrientes se fueron repittiendo siempre que coincidíamos en alguna reunión familiar. yo siempre lo hacía, al igual que ella, discretamente, para no despertar ningún atisbo de sospecha, pero ninguno dio un paso más por razone obvias.

Esa noche mientras bailabamos muy pegados, le dije que estaba preciosa y que siempre pensaba mucho en las miradas sonrrientes que nos ibamos enviando durante estos tres años desde que nos conocimos en mi boda, ella se sonrrió y me dijo, que tambien pensaba en ello y mucho; al oirle decir esas palabras, la miré fijamente y viendo que era imposible que alguien nos viera, salvo que tuviera una linterna o un infrarrojos, acerqué mis labios a los suyos y la besé tierna y apasionadamente por varios minutos, pegando nuestros cuerpos cada vez más. Al término del beso que coincidió con la llegada de las luces y la identificación de las pocas parejas que aún quedaban en la pista, nos dimos cuenta que no estaban ni Isabel ni Carlos.

Simplemente nos íbamos a sentar en el sitio que suponíamos estarian mi mujer y su primo; cuando nos damos cuenta que tampoco estaba ninguno de los dos. Preguntando a los demás por si alguien los había visto, aún en tono de broma; una prima se nos acerco y nos dijo que los había visto a los dos saliendo de la discoteca y dirigirse al coche de él. Como eran todos como hermanos, tampoco nadie penso en ese momento en nada oculto o pecaminoso; simplemente tuvieron que salir por algo importante que de seguro ya nos entraríamos en breve.

La fiesta continuó, y juana y yo seguimos bailando; aunque de rato en rato, volvíamos a ver si ya habian vuelto nuestras parejas, pero nada de nada. En medio de la locura fiestera y las copas que iban y venían, nadie se dio cuenta de sus ausencias. Así que ya llegados a una hora prudencial, cansados y algo preocupados, decidimos irnos a casa, Me ofreci porsupuesto a llevarla a Juana hasta su casa, en vista de que su coche no estaba donde lo habían aparcado al llegar.

Conforme íbamos yendo a casa de Juana, al pasar por un hotel pequeño, de esos de carreteras, ella divisó a lo lejos el coche de su marido, me hizo detener el coche, dar marcha atrás, y comprobar si efectivamente era su coche; encima del asiento del copiloto, pude reconocer la chaqueta vaquera con brillos que mi mujer llevaba puesta esa noche. Yo no sabía qué decir, ni que juzgar ni de que condenar, porque nosotros tambien nos habíamos besado muy apasionadamente y no eramos precisamente ni inocentes ni victimas de nada. Por lo que fue Juana quien decidió, entrar al hotel, pedir una habitación y hacer lo mismo que ellos; no por venganza en si, sino porque de verdad nos gustabamos y nos deseabamos; yo le dije estar totalmente de acuerdo.

Aparcamos al lado del coche de Carlos; tocamos el timbre. Eran las cinco de la mañana del primer día del nuevo año, nos dieron la suite, las habitaciones baratas estaban todas ocupadas; así que sin proponérnoslo hicimos un intercambio de parejas casi en toda regla.

Ya en la habitacion, continuamos el beso del pub, a la vez que bebiamos el champan de cortesia que encontramos al entrar, y lo prolongamos con arduas caricias mientras nos desvestiamos; al fin pude tocar sus tetas, tan décadas, chuparlas y estrujarlas; luego bajar y comer ese coño tan dulce, rodear ese culito tan hermoso y después de una larga chupada de polla por parte de ella, se la metí de una sola, entrando el pene en su vagina con una facilidad enorme debido a lo muy mojada que ya estaba y follamos como descocidos; el coito duro mas de lo esperado; no sé porque con otras duras más que con tu mujer, me lo habian dicho eso muchos amigos.

Al. final del polvo, nos seguimos besándo, y arrepintiendonos por no haberlo hecho mucho antes. Ambos coincidimos, y ello por mi parte al menos era real, que habíamos follado mejor que con nuestras parejas; tal vez, se debía a la rutina del matrimonio. Quedamos en volver a vernos pasados unos días, después del chaparrón que seguro se produciría por los hechos ocurridos.

Al salir, vaya coincidencia, los encontramos esperándonos a Carlos e Isabel junto a mi coche, Isabel ya llevaba puesta la cazadora. Al vernos, Carlos con una sonrisa y palabras de haber bebido bastante, nos dijo: nos vamos cada pareja en su coche o como estamos ahora. Juana lo cogió de un brazo y quitándole las llaves, lo llevó a trompicones hasta su coche abrio la puerta y de un empujón lo metio al asiento del copiloto. Yo abrí mi coche, estaba a punto de subir, cuando Isabel abrió la otra puerta y subió. Ambos coches salímos hacia la carretera, en direccion cada uno a su casa.

Isabel y yo no hablamos al respecto durante el trayecto, tampoco la semana siguiente, no contamos nada a nadie. A la semana supimos que Carlos y Juana se habian separado, vivian en un piso de alquiler, que lo dejaron; él volvio con su madre; Juana había alquiado otro piso en otra zona y se mudo para ella, luego me enteré que lo había comprado.

Yo, me separé de Isabel, a los quince días, y me quede en el piso que habíamos comprado juntos antes de casarnos, Isabel tambien volvio a casa de su madre; el hecho de haber puesto yo el íntegro de la entrada cuando aún era soltero, y tener recién pagados cuatro, de una hipoteca a treinta años, fue decisivo en el acuerdo; Además le prometi nunca contar lo ocurrido esa noche, Carlos y Juana también decidieron lo mismo, a cambio Juana renuncio a pedir ninguna pensión para ella.

Juana y yo, no nos volvimos a ver durante el tiempo que duro el trámite del divorcio, Carlos y Juana, según supe después tampoco lo hicieron. Fue después de un año, cuando me la encontré por la calle, estaba más guapa aún, ambos quisimos disculparnos por no habernos llamado; pero luego asentimos que era prudente no hacerlo. Fuimos caminando, nos tomamos de la mano, ambos ya éramos libres, y nos seguíamos deseando; no nos hemos casado, ni vivimos juntos, de momento seguimos viéndonos alternando las casas, conociéndonos bien; ya llevamos en ello varios años.

Isabel y Carlos, también se volvieron a ver, pero más tarde que nosotros; tuvieron que pasar cinco años en los que murieron, primero la madre de Isabel y luego la de Carlos, para que decidieran volver; tampoco se han casado, pero ellos sí viven juntos en la casa que Isabel heredó de su madre y la reformaron por completo. La casa de la madre de Carlos la vendieron y se repartieron entre los tres hermanos

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Estebandido69
02-10-2023, 09:19:41
Así se hace compa, al mal tiempo buena cara, no hizo nada malo con Juana porque ya se lo estaban haciendo, a veces uno deja de intentar cosas nuevas por la fidelidad y con los años se da cuenta que llevan tiempo haciéndosela.