Juanfer Quintero destapa en SEMANA detalles inéditos de su problema con el Bolillo

[Ayudante De Santa]

[Tyler Durden]

https://www.semana.com/resizer/oYsS90TLgVokU0dz7J0myHz7sL0=/1280x720/smart/filters:format(jpg):quality(80)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/semana/3ALE45DNRZDM5B5OPXP4UANTYI.jpg

Junior de Barranquilla se encuentra en plena situación de crisis por los resultados obtenidos en el arranque del segundo semestre y las recientes decisiones tomadas por el técnico Hernán Darío Gómez, quién influyó directamente en la salida de referentes como Sebastián Viera y Juan Fernando Quintero.

A Viera lo descartó por la edad, mientras que con Quintero el problema fue mucho más complejo, pues fue el jugador el que tomó la decisión de irse al ver que la idea de juego no se ajustaba a sus características.

El 10 habló en con SEMANA y destapó detalles exclusivos de lo que sintió al tener que irse de Junior. “En lo personal venía bien, pero el equipo no estaba muy bien y surgió una situación particular en medio de la pretemporada. Todos saben lo que pasó con mi situación, creo que se agrandó un poco más”, declaró.

Según se reveló desde la interna, el Bolillo sentó a Juanfer en un par de amistosos y le dijo que lo pensaba llevar de a poco, hecho que no gustó nada al jugador. “Me tildaron de muchas cosas. Por encima del Junior no está nadie y por el Junior uno tiene que respetar las decisiones. El día en que uno no se siente bien, pues hay que tomarlas. Así me manejo yo, soy una persona muy respetuosa, no me meto en problemas y lo que trato es evitarlos”, dijo.

“En mi caso quería quedarme seis meses más. Se hablaba mucho de que me iba. Todo el mundo sabía o el mismo dueño del equipo lo dijo cuando llegué, en el sentido de que en cualquier momento podía pasar algo. Eso se dejó claro siempre. Fue un pacto de caballeros”, agregó.

Ese deseo se trasladó al ámbito familiar, pues Juanfer ya le estaba consiguiendo colegio a su hija para instalarse definitivamente en la ciudad de Barranquilla.

Pero en ese punto sintió que “no encajaba en un proyecto en el que el profesor Hernán Darío Gómez, el Bolillo, era el que lideraba y más que nada era futbolístico. Personalmente, no tengo nada que hablar con el hombre, no tengo nada qué decir (...) Detrás de eso vino una ola de juzgamiento, de acusaciones, de que yo era problemático, que hacía pataleta, y es normal”.

“Si fuera por haber ido a robar, creo que Junior no era la mejor oferta que tenía en enero. Eso lo quiero dejar bien claro. La primera vez que conversamos con los dueños no firmé y no acepté tres años de contrato”, sentenció.