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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Heráclito
11-06-2023, 21:36:49
Valiente editorial de un periódico que siempre ha estado al frente en defensa de la democracia. Apoyo total a la libertad de prensa.

No se equivoque, presidente, ni pretenda confundir

En medio del fervor de las marchas convocadas desde el mismo Gobierno esta semana, el presidente de la República, Gustavo Petro, hizo varias afirmaciones temerarias y que pretenden confundir a los colombianos. Su obsesión con denunciar un supuesto golpe de Estado blando en su contra, al posicionarse a sí mismo como una víctima y a sus críticos como los perpetradores de una conspiración antidemocrática, lo llevó a sembrar más división y polarización, como si hiciera falta en este país desmembrado. Ante su evidente falta de gobernabilidad e incapacidad de persuasión a las fuerzas políticas diversas, el mandatario ha decidido atrincherarse en el populismo y el victimismo, adoptando estrategias de autocracias extranjeras y despertando más temores para los tres años que quedan de su mandato.

“No se atrevan a romper con la democracia porque se encontrarán con un gigante: el pueblo en las calles”, dijo el presidente, para enseguida no ver problema en compararse con Pedro Castillo, expresidente de Perú. Lo señaló abiertamente, refiriéndose a las denuncias en su contra en la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes, al sugerir que sus opositores quieren “hacer lo mismo que se hizo en Perú: llevar al presidente a la cárcel y cambiar el gobierno. Eso es un golpe blando. Es un golpe de Estado. Es un golpe contra la voluntad popular”. Aquí el presidente se equivoca y, de paso, pretende confundir a los colombianos. El mandatario elude mencionar que Castillo dio la orden de cerrar el Congreso, alterar el funcionamiento de la Rama Judicial y buscar el apoyo de las fuerzas militares, razones por las que está siendo procesado por la justicia de su país. Fue él quien intentó dar un golpe de Estado, desde la Presidencia, al ver que no podía triunfar en los mecanismos institucionales establecidos por la Constitución. ¿Por qué la comparación? ¿Acaso nos está notificando que son casos análogos y que está dispuesto a tomar acciones como las de Castillo si sus reformas no se aprueban? Es un referente, cuando menos, preocupante.

Tanto más en cuanto tampoco cuenta el presidente que las denuncias en su contra en el Congreso, es decir, en el marco institucional, surgen por el desastre interno de su propio gobierno. Las sospechas no se han plantado desde afuera: fue su propia jefa de despacho, Laura Sarabia, quien aceptó, si es que no solicitó, someter al polígrafo a una trabajadora doméstica; fue su propio embajador en Caracas, Armando Benedetti, quien dio razones para dudar de la financiación de la campaña presidencial en la Costa Caribe; fueron sus propios ministros quienes quisieron imponer reformas sin aceptar razones y provocaron la explosión en mil pedazos de la coalición de gobierno; fue su propia decisión cambiar a la mitad de su gabinete sin siquiera cumplir un año en la Presidencia. Si hay una crisis, es sobre todo una autoinfligida.

Es cierto que sectores de la oposición tienen discursos radicales (¿acaso la izquierda opositora no los tuvo hasta hace un año?); también lo es que procuradora y fiscal han politizado sus actuaciones; los medios de comunicación merecemos sin duda críticas a errores que hemos cometido en cubrimientos puntuales, pero nada de eso es un intento de golpe de Estado. No se equivoque, presidente, ni pretenda confundir a los colombianos. Es largo todavía el tiempo de su mandato, pero la vía escogida del atrincheramiento, bajo el discurso engañoso de la victimización, no hace más que alejar a quienes están dispuestos a aportar al cambio, pero no apenas inclinando la cabeza. Los enemigos de ese cambio, que los hay y muchos, hoy celebran viendo cómo se derrumba cualquier posibilidad de consenso alrededor de las transformaciones que muchos colombianos consideran urgentes y que creyeron que con usted eran realizables. El camino de la persuasión es todavía posible. Pero, sobre todo, es el único verdaderamente democrático.

Fuente: El Espectador

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
eddievoleibol
11-06-2023, 23:59:09
Un buen análisis pero el señor presidente es un ser absoluto y no sabe de concensos el solo quiere a como de lugar imponer sus pretensiones así en su intento incendie el país.

Heráclito
12-06-2023, 06:52:45
Un buen análisis pero el señor presidente es un ser absoluto y no sabe de concensos el solo quiere a como de lugar imponer sus pretensiones así en su intento incendie el país.

Por fortuna existen los contratrapesos constitucionales: la rama judicial y la legislativa e instituciones como la Procuraduría y la Fiscalía, así como el Banco de la República. A veces se politizan y eso pone en peligro la democracia, pero su independencia del ejecutivo es lo que garantiza que el sistema presidencialista no se desborde y haga de las suyas.

Por eso Petro llama a su horda de fanáticos a quebrar el orden institucional para imponer sus deseos. Lo mismo que quiso hacer Trump y que en su momento también lo intentó Uribe con su llamado "Estado de opinión" que buscaba desconocer el Estado de derecho consagrado en la Constitución del 91.

Parafraseando a El Espectador, muchos le podemos decir, "No se equivoque, presidente" que, por fortuna, pese a ser una democracia débil y maltrecha aún funcionan sus instituciones y así como en el pasado detuvieron a un gobernante poderoso que quería eternizarse en el poder, del mismo modo lo harán cuando se quiera sobrepasar como dictadorzuelo de vereda.