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Ver la Versión Completa Con Imagenes : Las esposas de mis amigos


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
guaca
27-02-2021, 18:31:10
Había pasado la mayor parte de mi vida considerando tabú a las esposas de mis amigos. Para mí eran sagrados. Hasta que aparecieron.
Pero empecemos de nuevo.
Éramos cuatro amigos desde la juventud, todavía lo somos, pero luego nos casamos y éramos cuatro amigos, sin parrandas. Cuatro familias con niños. De vez en cuando nos reuníamos y nos tomábamos unas pocas polas
Una víspera de Año Nuevo estábamos tomándonos unos tragos en una finca que mi amigo Luis habia alquilado, mientras habíamos dejado a los niños en la ciudad con las niñeras. Habíamos terminado de hacer un tremendo asado y estábamos tratando de digerirlo todo con vodka.
No recuerdo cómo empezó el discurso, pero en cierto momento nos encontramos hablando de sexo, que básicamente ya no practicamos después de 10 años de matrimonio - ¡Puedes decirlo con seguridad! - Añadió Lucía, la esposa de Hugo. - ¡Chicos, tienen que despertar! ¡De lo contrario, nos las arreglaremos por nuestro lado!
Laura, la esposa de Luis, no dijo nada. Siempre fue altiva y dominante. Ella también era nuestra amiga, eso sí, pero se sentía superior a nosotros. En particular, estaba enojado conmigo al afirmar que yo era grosero, grosero, excesivo. Un cerdo. En palabras, al menos. Ella me miró, esperando una de mis bromas sexuales, lista para criticarme.
- ¿En un arrebato me anime a preguntar a que pareja le gustaba hacer el anal!
- ¡Mateo! - exclamó “nosotros” sin apenas reprimir la risa. - Un bonito anal.
- ¡ustedes también! - le reproché a Laura, que había tenido la confirmación de que era un cerdo.
Mis amigos sabían que estaba publicando historias eróticas porque les pedí que las leyeran. De hecho, eran los únicos que sabían quién se escondía detrás de mi seudonimo. Dijeron que puedo escribir bien, pero nunca habían hecho juicios sobre el contenido erótico. Ni siquiera mi esposa.
- Escuchen, hago una propuesta. - dije entonces seriamente. - Tengo una idea.
- ¡Será mejor que no lo saques! Laura refunfuñó.
- ¡Habla en su lugar! - gritó Catherine, riendo. - ¿Propones una orgia?
- No. - respondí. - Propongo esto. Cada uno de nosotros escribe en tarjetas lo que le gustaría hacer para satisfacer sus instintos eróticos. Luego las ponemos en una bolsa y finalmente las leemos para ver qué eclosiona dentro de nosotros. ¿Qué tal si?
- ¿Qué hacemos con él después? - preguntó Lucía.
- Hablemos de eso más tarde.
Meditaron un rato.
"No estaría mal", refunfuñó Catherine. - Puede surgir una señal para detener la monotonía sexual.
- Espera - dijo Lucas. - Ponemos las tarjetas escritas por una mujer en una bolsa y las escritas por los hombres en otro.
- ¡Ni siquiera por una idea! - protestó Lucía. - Dejémoslo todo junto, quiero igualdad de género.
El anfitrión, Luis, fue a buscar algunas hojas y bolígrafos y luego nos los pasó.
Nos pusimos cómodos pensando y escribiendo, luego doblamos los papeles y las metimos en la bolsa.
Luis mezcló el contenido y me preguntó qué hacer.
"Damas y caballeros", dije entonces en tono institucional, "jueguen su juego". Ayúdame a leer el contenido.
Evidentemente la primera fue Catherine, la más apasionada.
- esta nota dice así: "¡Me gustaría metertelo en el culo!"
Nos miró un poco sorprendida.
- Un chico, supongo ... - añadió.
- Una aguda observación - se burló Hugo.
"Veo que el anonimato ha derretido la lengua", observó mi esposa.
- Bueno, ciertamente no fue mi esposo quien lo escribió. - continuó Catherine.
- ¡Para! - refunfuñó su marido.
- Lucas, - dije. - Entonces lees uno.
Nos miró, lo leyó y luego se lo informó a las mujeres.
- Una de ustedes escribe: "¡Me gustaría acostarme con tres hombres juntos!"
- ¡Ja ja! - Lucía se rió entre dientes. - ¡Ella estaba en la compañía correcta! ¡Jaja!
Todos nos reímos un poco.
- ¿Tú, Lucía?
- Me gustaría ver a mi esposa tirando con otro hombre. - leyó con incertidumbre. - Esto es interesante ...
- Tienes razón, - me dijo Laura. - Están confiando.
"Pero esto también me parece un poco improbable" comentó Catherine.
- No tanto - especifiqué.
- ¿Tú, Hugo?
Esperó un momento.
- Me gustaría ... tomarlo por el culo ...
- ¡uyyy, tenemos dos afinados! - exclamé. - Esperemos que sea un hombre y una mujer ... jeje
- ¿Laura?
Laura.
- ¡En una hora me gustaría hacerlo cuatro, cinco o seis veces!
- ¡Qué bueno esto! - Comentaron las mujeres. - ¡Otro que ve lejos!
- ¿Lucas?
Lucas abrió la nota,. Estaba perplejo.
- Me gustaría hacer una sesión sadomasoquista. - Él leyó. - ¡Esto entonces nunca lo hubiera esperado!
Catherine abrió otro y lo leyó.
- Otro poema - Premisa. - ¡No mucho que perfora, no grande que tapona, pero fuerte que dura!
Todos nos echamos a reír.
- Quiero darme un masaje. - Una mujer leyó.
- Esto es tuyo ... - me susurró mi esposa.
- Quiero un masaje erótico. - Leer a otro hombre.
- ¡Aún así, no está mal!
- Quiero una mujer. - leyó Hugo.
- ¿Qué está mal con eso? - preguntó alguien.
- O tal vez lo escribio una mujer.
- ¡Ja ja!
- Esto es hermoso - leyó Lucas. - Quiero que alguien más me monte, delante de mi marido.
- ¡Y dos! - repitió Lucía.
- Quiero hacer un juego de rol. - leyó Luis. - ¿Y qué es un juego de rol?
- Que todo el mundo finja ser otro.
- ¡Felicidades! - me dijo Laura. - Lograste que los niños y las niñas hablaran.
- ¿Y ahora que hacemos? - preguntó uno.
- Nada ahora, - respondí. - Pero se me ocurrirán algunas ideas.
- ¿Qué tal hacer un sorteo para elegir las parejas a aparearse según las sugerencias de estas cartas? - intervino Luis.
- Bueno, eso es una idea. - Todos estuvieron de acuerdo. - ¿Lo organizamos la próxima vez?
Todos, en diversos grados, dijeron que sí.
"Pero con una condición", agregó Lucía. - Una vez extraída la combinación, la pareja extraída está obligada a hacer lo que ha tenido que hacer.
A todos les pareció interesante esta propuesta.
Amanecía. Nos levantamos y decidimos irnos a dormir sin que sucediera nada mas.

- ¿Qué opinas del contenido de las notas? - Le pregunté a mi esposa en el la habitación mientras nos acostabamos.
- Bueno, ciertamente exageraron.
- ¿Quién por ejemplo?
- Por ejemplo, quién escribió que quiere follar con tres hombres. Yo diría que dos ya serían mucho ...
- ¿Y te parece probable el BDSM?
- Yo diría que sí. - Él respondió. - Estadísticamente en un grupo de ocho, al menos un sadomasoquista está ahí. Quizás dos.
Me había sorprendido y me pregunté si lo habría escrito.
"Pero fue agradable", agregó mi esposa, interrumpiendo mi pensamiento. - Tendremos que hacerlo de nuevo.
- No, - le recordé. - La próxima vez tendremos que hacerlo también.
Él no dijo nada. Algo se había burlado de mi esposa, pero no sabía qué.
Pero ciertamente no estaba mal que realmente pensara en el sexo de una manera transgresora. Pensé seriamente que había movido las aguas estancadas y rancias de las camas de mis amigos.

Pero las aguas empezaron a moverse más tarde. En la mañana decidimos jugar futbol, había pocos jugadores en el campo porque el calor era una locura. A medio tiempo no había agua ni bebidas. El calor era fuerte y Catherine se quitó la camisa y se quedó en top y me preguntaba si sus senos estarían levantados incluso sin sostén.
Como si hubiera leído mi mente, me llamó.
y me me dijo, quitándose el sujetador. - ¿Me mojarías con la manguera de mojar la cancha? El calor es terrible.
Miré sus tetas, que eran maravillosas. Luego miré a mi esposa que se había quedado indiferente y finalmente a su esposo, que había ido a sentarse bajo un árbol a hacer una llamada.
Entonces tomé la manguera y comencé a lavarla como si fuera un automóvil. No quería detenerme, especialmente chorreando sus tetas, pero finalmente tuve que cerrar el grifo.
- ¡Gracias! - dijo, secándose lo mejor que pudo con la toalla.
Se puso el sujetador y se volvió para pedirme que se lo abrochara. Yo lo hice.
Mi esposa estaba comiendo una manzana que había traído.
- Felicitaciones, - le dije a Caterina. - ¡Tus tetas están a la vista!
- ¡Oh, finalmente los notaste!. - Pensé que nunca lo sabrías.
- Catherine - balbuceé, - eres la esposa de un amigo y ...
- ¡Mierda! - Dijo con dureza. - Es hora de que me comas. Si esperas un poco más, ¡estas téticas mirarán hacia abajo!
- Vamos, cállate. Puede que nos escuchen.
- Esta noche. - Dijo entonces. - Después de la cena, tú y yo saldremos a caminar y follaremos en el coche.
- ¿Estás bromeando?
- No, pero no te preocupes, lo haré todo.
Me sorprendió y esperé la noche con inquietud preguntándome qué haría.
- ¿voy a comprar gatorades al supermercado del pueblo? - me preguntó a mí, a mi esposa y a su esposo.
- ¡Por caridad! - Respondió el marido. - Después de un partido de futbol con este calor, estoy cocinado como un paño de cocina. Ve si quieres.
"Me quedo", agregó mi esposa. - Adelante, nos quedaremos aquí.
Catherine me tomó del brazo y con sus modales despreocupados me acompañó hasta el garaje.
- Mira, deberíamos ir a pie. - Le dije.
- ¡Entra en el carro! - Me ordenó en su lugar.
Subí y me abroché el cinturón de seguridad.
- ¡No lo abroche! - Dijo de inmediato.
Hizo clic en los botones y las sillas bajaron y retrocedieron. Desconcertado, casi me doy la vuelta y ella aprovechó la oportunidad para saltar sobre mí. Bajó mis pantalonetas, tomó mi miembro con una mano y mientras se lo metía a la boca, con la otra mano desabrocho y se quitó su short. Automáticamente tiré hacia atrás en el respaldo bajado, se ocupó de ponerse cómoda. movía su culo y finalmente se sentó sobre mi pene que sin que yo lo quisiera se había parado desde que ella se le acercó a los labios.
Satisfecha con la auto-penetración, empezó a golpearme, mientras yo me quedaba quieto como una estatua. Pronto llegó, mientras yo todavía estaba aturdido.
- Ahora haré que te vengas como a mí me gusta. - Ella dijo.
Se quitó la camisa, tiró el sostén en algún lugar y golpeó sus tetas en mi polla para que él sintiera la sólida suavidad de su gran talla. Estaba de rodillas en un espacio reducido, pero sabía cómo trabajar con las tetas. Cuando el momento le pareció adecuado, se lo llevó a la boca y lo chupó con avidez. De vez en cuando me miraba con sus ojitos para ver dónde estaba, luego se ponía a trabajar y me hacía correrme como una botella de champán. Grité como un león y me dejé llevar.
- ¡Gritar! - Exclamó con boca gruesa. - Nadie nos escucha aquí.
Luego continuó para no perderse una sola gota. A ella le gustaba mucho el esperma.
Si yo hubiera sido una niña y ella un niño, se podría decir que me había violado.
En cambio, me había encantado.
"Vístete", dijo. - Tendremos tiempo para hacerlo bien.
Fuimos al supermercado, así que no les contamos ninguna mierda a nuestros cónyuges.
- ¿Apreciado? - me preguntó con el vaso en la mano. ¿Como te pareció?
- ¡Genial! - Respondí. - El sabor del whisky de malta es delicioso. Genial.
- ¡Me refiero a la mamada, pendejo!
Me di cuenta de que había perdido el brillo del pasado.
- ¿Escribiste la nota "Me gustaría una mamada" en la cabina?
- No, - respondí.
- Bueno, lo tomé como una invitación tuya - respondió ella con picardía.
- Y lo hiciste bien.
- ¿Tienes idea de qué mujer escribió "Quiero dormir con tres hombres"?
- No sé. - Yo dije. - Pero estos juegos de rol son solo para estimular la imaginación y liberar los deseos ocultos.
- Sí, parece que funcionó. - Observó mirando el cristal. - ¿Aparecieron otras mujeres?
- No, eres el primero. Quizás el único.
- Creo que llegarán pronto. - comentario. - ¿Sabes que? No tengo idea de si la esposa de Luis, Laura, es frígida o no. Hasta ahora solo es altiva, severa, gruñona. Se considera superior.
- Bueno - comenté. - Todos tienen derecho a ser lo que son.
- ¿Me mantendrás informado si otros amigos se acuestan contigo?
- ¿Pero de verdad crees que se ha roto el tabú de las esposas de los amigos?
- Después de 10 años de sexo unilateral, diría que sí.
- ¿Alguna vez has engañado a tu marido?
- Sólo una vez, hace un rato, contigo, en el coche. - respondió. Y lo volveré a hacer. ¿Siempre tienes tu matadero?
- ¿Mi qué?
- El apartamento al que lleva a sus mujeres.
- ¿Y tú qué sabes?
- Sé cosas de ti ... Por eso te esperaba en la puerta.
Nosotros fuimos a casa. Los dos dormían frente al televisor,

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
guaca
27-02-2021, 18:38:37
En las semanas siguientes, llevé a Catherine a mi "matadero" primero para tener un polvo caballeroso y luego a Lucía para poder metérselo en el culo cómodamente.
Catherine era muy arrecha, al principio tal vez más que yo, pero luego me sorprendía mas. Me masturbaba primero con sus tetas, luego con su vagina y con su boca al final. Su pasión era salvaje. En primer lugar la mamada, unida al uso de las tetas. A mí también me gustaba mucho, pero lo hacía solo porque le gustaba. Luego la sorpresa.
"Date la vuelta", me dijo. - Ahora te lameré el culo.
- ¿ooh? - exclamé alegremente.
Nunca pregunto, dejo que la mujer finalmente se ofrezca. Como ahora Catherine.
- ¿De verdad te gusta? - le preguntó antes de darse la vuelta.
Solo quería saber cómo se sentía.
- Bueno, lamer el ojin ... es un manjar - explicó emocionada con un lindo giro de frase - tiene un olor único, limpio, pero ... salvaje. El crepe del agujero se insinúa en las papilas gustativas formando un todo. Luego, sentir que se contrae y se abre esperando a que empuje su lengua más profundamente, te hace sentir poderosa y puta hasta el enésimo grado. Disfruto de todo mi placer que se convierte en tuyo. Por supuesto, tanto hombres como mujeres, porque perciben las mismas sensaciones que yo también siento. Y no importa que no puedas verlos: oír es sublime. A mi también me lo lamieron para sentir lo que se siente.
- Excelente explicación, comenté asombrado.
- ¿Su marido se lo lame a menudo?
- No, mis archivos datan de antes de la boda. Pero ahora que estás aquí ...
- Gracias. - No pude decir más. - ¿En qué posición debo ponerme? No es fácil llegar al pendejo, sobre todo si el hombre está follando o follando el culo a una mujer ...
- ¿Piensas en Lucía? - aventuró. - Yo también lo estaba pensando.
- Bueno, no lo sé ... yo ...
- La mejor posición será cuando lamas el coño de Catherine, ella acostada y tú arrodillado, con el culo en el aire. Pero puedes acostarte boca abajo mientras te folla. - Si se inclina bien hacia ti, le lamo el culo y los tres disfrutamos como locos.
- ¿Pero ya lo has hecho?
- No, lo diseñamos pensando en ti. Ponte en posicion.
Me arrodillé, incliné la cabeza hacia adelante hasta que tocó la cama y abrí las piernas, lista para usar. Luego se movió a sus nalgas, las acarició, las tocó y las extendió para poder llegar al ojete con la lengua.
Le dejé todo a ella, pasivamente.
- ¡relajate! - Me dijo. - Verás que te podré meter la lengua.
Empujo y después de varios intentos logró meter la lengua un poco. La mejor parte fue cuando la saco, porque sentí que estaba a punto de correrme. Un orgasmo anal ...
Me dio la vuelta y terminó el trabajo haciéndome correrme en su boca con tres o cuatro chorros de semen.
Finalmente, mientras tomábamos aliento, le pregunté qué más le había dicho a Lucía.
- Discutimos durante mucho tiempo y finalmente llegamos a la decisión de que íbamos a acostarnos contigo. Ya no queremos perder una sola oportunidad de tener sexo.
- ¿Y por qué yo?
- Porque te gusta follar. Y porque de esta forma no salimos del círculo de amistades.
- Entonces, ¿por qué no encontramos los tres? - pregunté sin pensar demasiado.
"Por supuesto", respondió. - Pero primero que se joda Lucía la semana que viene. Tienes derecho a viajar solo para mi. despues nos organizaremos.
Me impresionó su determinación y la complicidad que habían logrado las dos mujeres.
- ¿Quiero decir que no puedo decidirme? - Yo pregunté.
- No. - dijo secamente. - ¿Problemas?
- No, pero ...
- Entonces está bien.
Así que me quedé pensando en la extraña situación, pero al final decidí que estaba bien. Muy bien.
- ¿Y Laura? - Yo pregunté. - ¿No la metiste en la trama también?
- ¿Trama? ¡Jaja! No - respondió ella pensativa. - No podemos entenderlo. Necesita follar, su marido ya no la monta, pero no ha mostrado ningún signo de interés en unirse a nosotros.
- ¿Quizás es frígida?
- No sé. – dijo ella. – ahí es donde tu tienes que intentarlo. Estoy segura de que encuentras la forma adecuada de hacerlo.
- ¿Y qué opinas de mi esposa?
- Bueno, ella es la única mujer con la que no quiero dormir, tú y Lucía.
- ¡Sí! - ¡Ja ja!

Una semana después me llamó Lucía. Después de los saludos habituales, el mensaje se disparó.
- ¿Estás libre el miércoles por la noche?
"No lo sé", respondí. - Pero siempre puedo liberarme.
- Bien. Luego iré a tu matadero el miércoles. Me lo vas a meter en el culo.
No fue una pregunta, y colgó el teléfono.

La esperaba en mi apartamento, preguntándome qué excusa le había dado a su marido para venir a verme y sobre todo cómo haría para saber cuál era la dirección de mi matadero. Pero tocó el timbre: estaba casi a tiempo.
Abrí la puerta y ella entró corriendo.
- Siento llegar tarde - dijo -, pero quería hacer un recorrido amplio porque no quiero que vean que voy a verte.
Me eché a reír.
- Mira, nadie me conoce aquí.
- ¿Como se supone que iba a saberlo?
"Sí", comenté. - ¿Como supiste?
- Me dijo Catherine.
No contesté. Quizás los otros amigos hablen demasiado ...
- ¿Estás listo?
- Siempre estoy listo.
- ¿Es cierto que tienes la costumbre de poner velas en el culo de las damas?
Asentí.
- Bueno, leí eso en tus historias.
- ¡Pura fantasía! - exclamé.
"Mierda", respondió. - Si me emociona leerlos, significa que son reales ...
- Si quieres una vela, yo siempre tengo ...
- No, me encanta la verga.
- Esta aquí.
Le señalé.
Tengo que admitir que es extraño follar con una mujer después de 15 años de ser su amigo sin siquiera haberle tocado el culo. Me pregunté por qué había esperado tanto. Bueno, no podría haber sabido que los maridos ya no las montaban. Quién sabe si Laura también estaba siendo descuidada ... ¿Y mi esposa? ¿Me la follé lo suficiente? Ciertamente, el trabajo nos mantuvo ocupados más de lo necesario.
- Bien aquí. - observó Lucía mirando a su alrededor.
- ¿Estás lista? - la interrumpí.
- Lo he estado esperando durante años.
Me arrodillé frente a ella y deslicé mis manos por debajo de su falda hasta su trasero.
- ¡Oye, pero estás usando ropa interior! - Bromeé. - ¡No es justo!
- La próxima vez vendré sin. - me aseguró. - Esta vez me los quitas.
De hecho, me gusta quitar las bragas. Deslicé mis manos por debajo de los bordes laterales y las quité con cuidado. Las dejé caer para ir a acariciarla en la intimidad. Los apartó con los pies.
Después de un tiempo, sin embargo, ya no pudo resistir y se desnudó en un instante. Seguí su ejemplo y nos tiramos a la cama. Sin demora nos abrazamos y tiramos de la manera tradicional, cara a cara, besándonos apasionadamente. Antes de meterlo por el culo siempre es bueno socializar.
Pero no pasó mucho tiempo antes de que me detuviera.
- Tomemos en serio las cosas. - Dijo sin aliento. - Primero que nada, ¿te gusta mi trasero?
- Te lo dije cuando te di el masaje. ¡Es lo más hermoso que he visto en mi vida!
Es una frase para todos, pero su trasero era realmente lindo.
- ¿Y por qué nunca me has tocado?
"Porque eres la esposa de un amigo mío", le respondí. Y eras
- ¡Inculable!
- Ponte a trabajar entonces. Lo he estado esperando durante demasiado tiempo.
Tomé el lubricante y coloqué mi dedo medio en su ano, luego le pasé el líquido por la raja del culo. Luego toqué su ano para engrasarla bien. Ella gimió libremente, abrió más las piernas y esperó a que yo cometiera el sacrilegio. Lo llamo así porque la puesta en el culo tiene lugar debajo del sacro.
Estaba bromeando, pero ella se estaba volviendo loca. Por otro lado, debe ser así. Inicie el trabajo.
Empujé la primera parte con la ayuda de mi mano, sentí el agarre anal apretarse y expandirse alrededor del glande, luego aproveché el momento y la perjudique en dos movimientos.
Encogió los pies y se separó más, apretando los puños.
- ¡Vamos vamos vamos vamos! - gritó animándome.
Luego la sodomicé hundiéndosela como si la estuviera penetrando por la vagina. Entraba y salía fácilmente y ella disfrutó cada vez que la penetraba.
Después de un minuto o dos empezó a sodomizarse golpeándose la pelvis como cuando la masturbaba para darle un masaje. Llevé mi mano a su vagina para hacer que ella también tuviera un orgasmo vaginal y así se vino.
Sus movimientos convulsivos me hicieron exprimir una copiosa y satisfactoria eyaculación. Su recto estaba lleno de esperma. El pájaro, exhausto, salió a tomar aire. Me eché a un lado, pero seguí dándole dedo para acompañar su orgasmo hasta el final. Cada vez que la tocaba tenía un chasquido incontrolado en la pelvis, lo que me enorgullecía de mi trabajo.
Cuando se recuperó, se acostó a mi lado y colocó suavemente su mano sobre mi pene.
- ¿Como le fue? - Yo le pregunte a ella.
- Tendré que hacerlo cien veces más para recuperar el tiempo perdido.
- Te ayudaré, será un placer le respondí.
- Sí, estuvo de acuerdo. - Lo descubrí leyendo tus historias.
- No me importaría convertirme en el semental de las esposas de mis amigos dormidos ... - confesé.
- Deberías haber comenzado antes.
- Eras tabú para mí. ¿No has pensado en decirles que sí a tus pretendientes?
- Si es posible lo guardamos todo en casa - dijo con convicción. - Si surge algo, lo guardamos en la familia.
- Esperemos que no ...
- Sí. ¿Sabes que? No entendemos una mierda de Laura ... Entiendo que ellos tampoco follan, pero no entiendo si es frígida o qué ...
- La escucharé, si tengo la oportunidad.
- La oportunidad existe en una semana, - dijo luego enderezándose. - Este año te toca a ti acompañarla a la cena benéfica de la parroquia
- ¡Qué verga!
- Es cierto, pero es una gran oportunidad para hablarle. Nuestras familias siempre pagan dinero para la beneficencia. Pero, francamente, nunca queremos ir a esa cena. Laura, en cambio, siempre quiere ir allí.
- Tendrá media hora para conducir. - Élla concluyó. - Que la pases bien.
- No voy a fallar. - respondí, resoplando. - Pero entre ella y los viejos que vienen a esa cena, tengo una velada muy pesada ...
Cuando tenga una buena reputación subiré la segunda parte de la historia con las esposas se mis amigos y otras sorpresas

guaca
27-02-2021, 18:42:35
pronto publicaré la segunda parte

! Master !
27-02-2021, 19:31:08
Se combinan juntas partes.