La historia del vendedor de lotería del Tolima que a sus 60 años se convirtió en mujer

[Ayudante De Santa]

[Tyler Durden]

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Pasó de ser Miguel Ángel a convertirse en Ángela en su etapa de Adulto Mayor.
Un vendedor de lotería del municipio de Líbano, departamento del Tolima, llama la atención de los pobladores por su look y su particular forma de vestir: Cabello largo, labios y cejas pintadas, medias y zapatos de colegiala y vestidos de mujer.

Y es que a Miguel Ángel, como es su verdadera identidad, todos en el pueblo lo conocen como “Ángela”, nombre con el que lo llaman con mucho cariño y respeto ya que desde hace cuatro años se acostumbraron a verlo como él siempre quiso ser: Una mujer.

Su cambio se dio a la edad de 60 años, cuando tomó la decisión de no ser más “alguien que no quería ser”, ya que desde muy niño, Miguel Ángel sintió inclinaciones hacia la femeninidad. Sin embargo, para él era muy difícil dejar aflorar sus sentimientos ya que creció en un hogar católico y con un padre machista que inclusive fue violento con él y sus seis hermanos.

Su valentía, como muchos la califican, de ser quien verdaderamente es, llegó también cuando su padre falleció hace 13 años y cuando su madre fue refugiada en un asilo a la edad de 95 años. Esto lo llenó de fuerzas para comenzar una nueva vida sin preceptos familiares bajo la identidad de “Ángela”.

“Mejor que no se dieron cuenta”, se refirióa su padres en una revelación que hizo en el diario El Tiempo, donde hace poco concedió una entrevista.

Poco le importó lo que pensaran sus demás hermanos, puesto que asegura que “casi no tiene contacto con ellos” y mucho menos se preocupa por lo que ellos “vayan a pensar”.

Ángela es muy discreta con su intimidad y nunca ha hablado sobre si ha tenido o no una pareja. Eso sí, la primera vez que se vistió de mujer sintió “Libertad y felicidad”.

Es muy devota a Dios y dice que entrará al “reino de los cielos” ya que en la vida se ha portado bien: “Al cielo no entran personas entran almas libres y en paz”, dijo en el diálogo con el periódico.

Su oficio como lotero comenzó en el año de 1984. Antes de esto trabajó en restaurantes y en cantinas sirviendo trago, también haciendo oficio en casa de su madre, quien a diario salía a vender lotería.

Dice que vendiendo lotería se hace entre 10 mil y 15 mil pesos al día. Esto el alcanza para pagar una pieza en una habitación de tres metros por tres, en un inquilinato del barrio las Ferias en la Calle 1ª con Carrera 14, así lo dio a conocer en el portal El Nuevo Día, donde también ofreció una entrevista.

Manifiesta que no es una persona nocturna y que a las 10 de la noche ya está acostada en su casa. No le gusta la rumba y más bien le agrada leer la Biblia. Incluso, su anhelo más grande es convertirse en una predicadora de la palabra de Dios.

Hoy, la vendedora de lotería se encuentra agilizando las diligencias para comenzar a tramitar su cambio de identidad en la Registraduría Nacional ya que así como su imagen, quiere dejar atrás el nombre de Miguel Ángel, ese que lo acompañó hasta los 60 años y que quiere sustituir por el de ahora que apenas lleva “cuatro años de vida”.

Foto de portada: elnuevodia