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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Heráclito
26-12-2020, 20:11:47
Excelente resumen.

Así cambió el poder en 2020

Por JUANITA LEÓN | PAULA DORIA · 26 DE DICIEMBRE DE 2020

El 2020 fue tan raro que es difícil recordar qué hitos importantes sucedieron fuera del covid, que desnudó todas las falencias y desigualdades del país. Sin embargo, pasaron cosas importantes y el poder se transformó así:



1. Iván Duque encontró un norte y se empoderó

El Presidente pasó de no tener un norte claro, carecer de peso en el Congreso, de que le hundieran ahí su anhelado proyecto de objeciones a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP) y prácticamente le tumbaran a su Ministro de Defensa (GUILLERMO BOTERO) a quedarse con todo el poder de los órganos de control y empezar a jugar duro en la judicatura.

Desde diciembre del año pasado, puso a su mejor amigo FRANCISCO BARBOSA como Fiscal General; y este año logró que el Congreso escogiera a sus candidatos a la Procuraduría (su exministra de Justicia MARGARITA CABELLO) y a la Defensoría del Pueblo (CARLOS CAMARGO). Y mantuvo los estrechos vínculos con PIPE CÓRDOBA, EL PODEROSO CONTRALOR que le ayudó en la elección de los demás en el Congreso.

También logró que la abogada PAOLA MENESES, su amiga de infancia, fuera elegida magistrada de la Corte Constitucional. Además, que los siete magistrados de la nueva sala de la Comisión Nacional de Disciplina Judicial fueran los que él ternó con el visto bueno de los partidos de coalición.

Movidas que hacen parte de un engranaje que incluyó destapar el tarro de la mermelada, incumpliendo su promesa de campaña de gobernar sin entregar contratos ni burocracia.

Este año llegaron cuotas de los partidos al Gabinete: FERNANDO RUIZ, al ministerio de Salud como cuota de Cambio Radical y el clan Char; ÁNGEL CUSTODIO CABRERA al de Trabajo como ficha de La U; y RODOLFO ZEA al de Agricultura en representación de los conservadores.

Esa nueva relación incluye, además del Centro Democrático y el Partido Conservador, a los bloques de La U, Cambio Radical y algunos liberales.

Con esta coalición reforzada, sacó adelante en el Congreso lo que quiso (no mucho, en realidad, porque COMO HA CONTADO LA SILLA su agenda de transformación es poco ambiciosa) y además, gobernó a punta de decretos por cuenta del estado de emergencia económica.

Esto sin contar que tiene una hora diaria de televisión, con la que SUSTITUYÓ las ruedas de prensa y las preguntas incómodas de los periodistas, y que millonarios recursos fueron invertidos para manejar su mensaje en el ecosistema digital.

Pero quizás lo más importante es que EL COVID LE DIO AL PRESIDENTE UN GUIÓN y un norte para su gobierno.


2. Uribe dejó de ser intocable

La noticia política este año fue la captura del expresidente ÁLVARO URIBE el 4 de agosto, acusado de manipulación de testigos, y su posterior renuncia a su curul en el Senado para evitar ser juzgado por la Corte Suprema a la que considera sesgada.

Después de 67 días confinado en su hacienda Ubérrimo, quedó en libertad mientras el fiscal GABRIEL JAIMES decide si archiva su proceso o lo acusa en febrero, cuando se vence el término para hacerlo.

Independientemente de lo que suceda el próximo año, la medida de aseguramiento contra Uribe no solo lo tumbó de su silla en el Senado, sino que le quitó el manto de intocable y puso a todo un sector (cada vez menor) que se cobijaba con la popularidad de Uribe, a buscar alternativas.

“Creo que empezamos a vivir el principio del fin de la era Uribe, lo que no quiere decir que desaparezca sino que se debilita y se transforma”, dice el analista político Carlos Suárez.

En las encuestas de opinión, su favorabilidad ha caído a tal punto que el mismo Expresidente lo reconoce y dice que le entristece.


3. Se desinfló el paro y se centralizó el poder

Las movilizaciones masivas del 2019 pusieron al PRESIDENTE DUQUE contra la pared y lo obligaron a abrir una Conversación Nacional. Aunque nunca logró interpelar a los que habían marchado, fue el resultado de la fuerza con la que llegó la calle al 2020.

Esa fuerza se extinguió.

Entre el covid, que encerró a todo el mundo y obligó al aislamiento social; la torpeza del Comité del Paro que no aprovechó la oportunidad de entablar un diálogo con el Gobierno para lograr las reformas que pedía la gente ni logró coordinar en su interior todas las facciones; la crisis económica que le cambió las prioridades a la gente; y la reacción brutal de la policía y el vandalismo en septiembre que asustó a muchos, el ‘país de la cacerola’ se diluyó, como CONTÓ La Silla.

La movilización de noviembre, que esperaba replicar el éxito de la del 2019, no logró convocar a los ciudadanos del común por fuera de los sindicatos o del activismo organizado.

La gran excepción, en términos de convocar el interés de la ciudadanía, fue LA MINGA INDÍGENA. Siete mil quinientas personas se trasladaron desde Chocó, Risaralda, Cauca y Antioquia y marcharon de forma pacífica hasta Bogotá, y protestaron para exigir al gobierno que tome medidas para detener el asesinato de líderes indígenas, el desplazamiento y para que cese la violencia entre grupos armados que se disputan el territorio como el Clan del Golfo y el ELN, que tienen en esos territorios rutas de narcotráfico.


4. Se transformó el ecosistema informativo

Este año se consolidaron varias tendencias en los medios que prometen cambiar el ecosistema informativo del país: Semana se convirtió en tribuna de la derecha, los tres grandes medios nacionales y varios regionales comenzaron a cobrar por sus contenidos, los segundos diarios regionales desaparecieron y proliferaron los medios digitales.

El covid le dio la estocada a varios medios regionales importantes, que ya venían en crisis y que no lograron soportar las restricciones de la pauta oficial ni la imposibilidad de hacer eventos y foros con los que habían sustituido la pauta que migró hacia Facebook y Google.

Esto provocó la desaparición del diario La Tarde, de Pereira, de El Mundo, de Medellín; la Opinión de Cúcuta se volvió virtual: el País, de Cali, se acogió a la ley de quiebras para tratar de salvar la compañía en febrero de este año. Televisa, el gigante de las revistas, cerró sus oficinas en Colombia.

La segunda tendencia es que los tres grandes medios nacionales del país, después de muchos años de planearlo, decidieron definitivamente apostarle a los muros de pago para los usuarios frecuentes: el Espectador había comenzado a cobrar contenidos desde 2018, pero El Tiempo comenzó a hacerlo este año en octubre tras cerrar su canal de televisión y el diario Llano 7 Días; y la revista Semana, que había empezado a cobrar por contenidos hace dos años pero que luego de la compra de Gilinski había desaparecido el muro, lo retomó también en octubre.

La tercera gran transformación fue la de LA REVISTA SEMANA, que en noviembre quedó oficialmente en manos de Gabriel Gilinski, heredero del Grupo Empresarial dueño del Banco GNB Sudameris, Productos Yupi y Plásticos Rimax.

Desde 2019, cuando compró la mitad de la revista con la promesa de no interferir en los aspectos editoriales, Gilinski logró lo impensable: la salida de Daniel Coronel, el columnista más influyente del país, y de los otros cuatro columnistas de la revista, incluido Antonio Caballero; la renuncia de todo el equipo investigativo liderado por Ricardo Calderón; el cierre de Arcadia, Semana Sostenible, Fucsia, Jet Set y Soho; y la salida del director durante 25 años Alejandro Santos y del otro dueño, Felipe López.

Con todos esos cambios y tras ahorrarse las indemnizaciones de los que llevaban décadas en la revista, Gilinski se acerca a conseguir dos cosas que buscaba desde que la compró: reducir las pérdidas económicas de la revista y convertirla en el Fox News colombiano dándole a la derecha una plataforma importante para avanzar en su agenda.

Paralelamente a esta transformación de los impresos, el ecosistema digital se pobló DE NUEVOS MEDIOS, varios de ellos con una apuesta por radicalizar en contra del uribismo y el Establecimiento.

El resultado de todos estos cambios, fuera de cientos de periodistas sin empleo, es que la crisis de los medios tradicionales provocada por Internet desde hace años tocó fondo y la información de calidad y con pretensión de objetividad será cada vez más un bien de lujo por el que habrá que pagar.


5. La brutalidad policial se puso en el centro del debate

Tras el asesinato de del abogado Javier Ordóñez a manos de dos policías, cientos de personas salieron a manifestarse en contra del ABUSO POLICIAL FRENTE A LOS CAI, varios de ellos violentamente.

El resultado fue que solo en Bogotá hubo un saldo de 10 muertos, nueve por herida de bala, 400 heridos, entre ellos 70 por arma de fuego, y 72 CAI vandalizados. Como lo DEMOSTRÓ La Silla a partir de la reconstrucción de decenas de videos tomados en el barrio Verbenal, varios de los muertos fueron asesinados por policías.

La alcaldesa de Bogotá, CLAUDIA LÓPEZ, denunció personalmente ante los entes de control la brutalidad policial y la ineficacia de la justicia para investigar estos abusos, asumiendo la vocería de cientos de jóvenes pobres que, COMO MOSTRÓ LA SILLA, llevan años sufriendo humillaciones por parte de policías.


6. El conflicto armado se fragmentó y se comenzó a cerrar la ventana de la paz

Como CONTÓ La Silla, luego del desarme de las Farc, que entre otras regulaba el negocio de la coca, este año se consolidó una dinámica distinta en el narcotráfico que ha hecho proliferar distintas bandas por región.

Estos grupos, entre los que se encuentran las disidencias farianas (que en algunas zonas actúan coordinadas y en otras se enfrentan), luchan contra otros con presencia más estable como el llamado Clan del Golfo y, en algunos lugares, con guerrillas como el ELN y el EPL, esta última en el Catatumbo, por el control territorial y de las rentas ilegales.

Pero, también, a veces por la legitimidad y la influencia frente a la población civil. Durante la pandemia, por ejemplo, haciendo cumplir la cuarentena.

En resumen, este año quedó en evidencia -trágicamente, a partir del regreso de las masacres (357 personas asesinadas en 85 masacres, según datos de Indepaz)- que en Colombia no hay una, sino varias guerras locales, con actores y lógicas que no son exactamente iguales, pero con algo en común: en todas partes están arreciando.

Eso, mientras el Gobierno, según los expertos y sus propios anuncios, le apuesta a la estrategia militar centrada en combatir los cultivos ilícitos, a los que ve como la causa de toda la violencia política, incluyendo el asesinato de cientos de líderes sociales y de 63 desmovilizados de las Farc este año.

Como dice el investigador experto en el conflicto Juan Carlos Garzón “este año fue el de la fragmentación de los grupos armados ilegales y de la violencia organizada. Pero también de la intervención del Estado que se da de manera segmentada y desarticulada. Aunque esto último no es nuevo, se hizo notable en la pandemia”.


7. Se rescató el sistema de salud

El covid arrasó con vidas e ilusiones, pero dejó una cosa buena: mejoró el sistema de salud en Colombia. El país pasó de tener 5.346 camas UCI en febrero a 10.693 a la fecha.

El gobierno pagó el 98,9 por ciento de las deudas de los pasivos laborales generados en el 2020 e informados por los 504 hospitales públicos al Ministerio de Hacienda y Crédito Público. A corte de noviembre, van 364 mil millones de pesos girados a 239 mil trabajadores del sector salud de 190 perfiles profesionales.

Se capacitaron 52 mil trabajadores de la salud en manejo de pacientes de UCI.

Y más importante que todo lo anterior, los colombianos nos dimos cuenta y volvimos a valorar (y agradecer) la labor de los médicos, enfermeras y demás trabajadores de la salud. Y a respetar el valor de la ciencia.


8. La Fuerza Pública perdió credibilidad y se politizó

El 2020 no fue un buen año para la Fuerza Pública. Tanto la Policía como las Fuerzas Militares llegaron a sus niveles históricos más bajos de favorabilidad desde que se hace la medición de la Gallup Poll hace 15 años como resultado de una seguidilla de escándalos: chuzadas ilegales, perfilamiento de periodistas, indicadores similares a los que provocaron los falsos positivos, acusaciones de corrupción al comandante de la Policía, asesinato a manos de policías de jóvenes que salieron a protestar el 8 y 9 de septiembre el asesinato del abogado Javier Ordóñez a manos de otros policías. Y pocos éxitos contundentes en la lucha contra las disidencias y las bandas criminales.

Pero todo lo anterior son síntomas del poco liderazgo que tiene el ministro de Defensa y el Presidente sobre la Fuerza Pública y de un fenómeno de fragmentación y politización de la Fuerza Pública, con crecientes niveles de beligerancia ideológica abierta y encubierta.


9. Se fortaleció la ‘banda de los 4’

Una de las grandes transformaciones del poder este año es la coalición que se ha creado con pretensiones electorales y políticas alrededor de las "ías", orquestada por el contralor Carlos Felipe Córdoba y el Fiscal Francisco Barbosa, con el beneplácito y por ahora en beneficio del presidente Iván Duque.

Esta ‘banda de los 4’, como informalmente se les llama en algunos círculos políticos, está integrada por el Fiscal, por el Contralor, por EL REGISTRADOR ÁLEX VEGA, y por el Defensor del Pueblo Carlos Camargo.

Las cuatro entidades que ellos dirigen no solo han aumentado con creces sus presupuestos (la Nación pidió 53 mil millones de pesos para los órganos de control, un aumento del 16 por ciento frente al presupuesto del año pasado) sino que tanto el Contralor el año pasado como el Registrador este año lograron pasar reformas constitucionales que reforzaron su poder.

Con plata y burocracia que reparten generosamente entre los políticos, los encargados de las entidades de control jugaron duro este año para ayudar a elegir a los candidatos del Presidente a varios puestos en la justicia y en los demás entes de control, como la Procuraduría.

Algunos piensan que ellos serán el ancla del futuro ‘duquismo’.


10. La alianza empresarios/políticos en Antioquia se resquebrajó

En Antioquia se vivió una de las grandes transformaciones de poder con la decisión del alcalde DANIEL QUINTERO de romper la alianza que había gobernado la ciudad durante décadas.

Como CONTÓ La Silla, Quintero, el candidato que derrotó al uribismo en su tierra y ganó la Alcaldía viniendo de defender los Acuerdos de Paz, de ser viceministro de Juan Manuel Santos de la mano de CÉSAR GAVIRIA y de apoyar a GUSTAVO PETRO en la segunda vuelta presidencial; el activista profesional del salto triple entre la política tradicional y la alternativa, pateó el tablero del establecimiento en Medellín.

Les dio la espalda a los empresarios, que hasta ahora habían tenido un sólido matrimonio con la dirigencia política local, y en el proceso ha dado poder a nombres cercanos a políticos no tan bien relacionados como LUIS PÉREZ y GABRIEL JAIME RICO, así como caciques tradicionales de municipios como Envigado, Itagüí y La Estrella.

Ese recambio está centrado en EPM, se evidencia en muchos más sectores y está generando una oposición hasta ahora inédita en Medellín, en la que se unieron contra la Administración grupos distintos como parte del uribismo y la izquierda, el fajardismo y el círculo del exalcalde FEDERICO GUTIÉRREZ.


11. Los Char se consolidan a pesar de Aída

El año empezó mal para el Clan Char con la captura el 28 de enero en Venezuela de AÍDA MERLANO, quien logró en tiempo récord las tres sanciones más graves para un político: La Corte Suprema confirmó la condena de 15 años de cárcel, el Consejo de Estado le quitó la investidura y la Procuraduría la inhabilitó por diez años para ejercer cargos públicos.

Todo por el esquema de corrupción que montó para ser elegida senadora en 2018.

Merlano CONFESÓ NO SOLO LA COMPRA DE VOTOS a su favor sino que acusó a ALEX CHAR de varios actos de corrupción, incluido el cobrar coimas por la entrega de contratos durante su administración.

El golpe mediático, sin embargo, fue fugaz. Y EL CHARISMO SIGUIÓ CONSOLIDÁNDOSE ESTE AÑO, no solo ayudando al gobierno Duque a formar su coalición legislativa a cambio de varios puestos importantes en el gabinete incluyendo el del Ministro de Salud y teniendo a un Char en la presidencia del Congreso, sino eligiendo una amiga y aliada como Margarita Cabello en la Procuraduría.

El próximo año se sabrá si los Char van en cuerpo propio a la Presidencia. CÓMO LO REVELÓ LA SILLA, ya tuvieron una reunión en el Ubérrimo con ÁLVARO URIBE para hablar sobre una eventual alianza para el 2022, uno de cuyos ejes narrativos será la pelea contra el bogocentrismo.

Fuente: La silla Vacía