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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Heráclito
26-09-2018, 06:39:58
¿Fuego amigo? Divididos el CD y el gobierno, Cambio Radical y el liberalismo entran a terciar y junto con los parlamentarios rebeldes de la U pueden sacar adelante su propia reforma a la justicia o apoyar la de Duque, dejando a Uribe como el gran perdedor.

Lo cierto es que la propuesta de corte única no va a pasar por la falta de consenso con la Rama Judicial.

Con su propia reforma a la justicia, Uribe le mete presión a Duque

Por JUAN ESTEBAN LEWIN · 26 DE SEPTIEMBRE DE 2018

https://lasillavacia.com/sites/default/files/portadas/uribeypaloma25-09-2018.jpg

La presentación, anoche, de un proyecto de reforma a la justicia por el Centro Democrático encabezado por la senadora Paloma Valencia y con Álvaro Uribe a su lado, pone al gobierno del uribista Iván Duque en aprietos: la reforma que él presentó hace dos semanas pierde el sello uribista y queda el mensaje de que su jefe político se deslinda claramente de una de sus principales apuestas en el inicio de su gobierno.

Valencia, que había presentado una ambiciosa y polémica reforma en 2014 (tan polémica que cuando El Espectador erradamente la presentó como nueva en la campaña electoral de este año se armó un fuerte debate), la retomó y presentó junto con otros congresistas del Centro Democrático, incluyendo al senador José Obdulio Gaviria y al representante Samuel Hoyos.

Con la foto quedó el mensaje de que el ex presidente respalda su propuesta:

Algo que Uribe dejó claro al intervenir en la rueda de prensa.

"Yo quiero dejar sobre el tema un mensaje político", dijo "Independientemente de nuestro ideal de estructura de la justicia, el Centro Democrático colaborará para que el presidente Duque obtenga de este Congreso una reforma a la justicia que la mejore sustancialmente. Pero también es nuestro deber explicarle a la opinión pública ideales que tenemos en la materia".

Con eso dejó claro que Duque y él tienen visiones diferentes de cómo mejorar la justicia y que, si bien su partido le ayudará al Gobierno, son claramente dos actores aparte.

Ese mensaje de distancia entre uribismo y Gobierno se nota en el contenido de los dos proyectos de reforma.

Dos reformas opuestas

El Gobierno, en cabeza de la Ministra de Justicia, Gloria María Borrero, presentó hace poco más de dos semanas su reforma a la justicia.

Frente a la del Centro Democrático, prácticamente solo coincide en que, como las más recientes, se centra en redefinir la administración de la Rama y los poderes de las Altas Cortes, y coinciden en algunos asuntos, como en cambiar quién vigila a los jueces o quién administra la Rama.

Pero de ahí en adelante son opuestas en muchos puntos, especialmente cuatro.


Una Rama más pequeña vs una Rama sin cambios: la propuesta del Centro Democrático reduce la cantidad de jueces y tribunales, empezando por unificar todas las altas cortes en una sola, que llama el Tribunal Supremo Constitucional, y que hará las veces de Corte Suprema, Consejo de Estado (la reforma lo deja vivo pero solo para la Corte Constitucional).
Además, aparentemente eliminaría uno de los dos niveles de jueces que existen para crear solo uno, pues dice que “La Rama Judicial estará conformada por dos instancias (...) Los tribunales ejercerán la segunda instancia.“. Eso significa que ya no podrá ocurrir, como hoy, que en algunos casos los jueces municipales son la primera instancia y los de circuito son la segunda.

En contraste, la reforma del Gobierno mantiene las tres altas cortes actuales, no modifica la cantidad de jueces y, en general, mantiene la estructura de la Rama.


Una tutela intacta pero no contra sentencias vs una tutela limitada: El proyecto de Valencia no modifica la acción de tutela, y deja en el Tribunal Supremo Constitucional la función de revisar las tutelas que decidieron otros jueces.
Sin embargo, implícitamente elimina la tutela contra sentencias, pues dice que el Tribunal “conocerá únicamente y en única instancia sobre los recursos extraordinarios de amparo constitucional que sean interpuestos contra providencias proferidas por los demás tribunales“.

Aunque no desarrolla qué es el “recurso extraordinario de amparo constitucional”, como la tutela no es un recurso, significa que crea una vía diferente a la tutela para atacar una sentencia que vulnere derechos constitucionales. De hecho, en la rueda de prensa Valencia explicó que se desarrollará en una ley.

En contraste, el proyecto de Duque propone limitar el uso de la tutela en algunos puntos, como evitar las tutelatones limitando quienes pueden interponerlas para que solo sean los directamente afectados, obligar a que se presenten ante jueces que saben de los asuntos que traten, crear un plazo máximo para usarla, y permitir que haya una ley estatutaria que regule y limite la tutela contra sentencias y contra particulares.


Más poder al Congreso vs el Congreso intacto: la reforma propuesta por el Centro Democrático, en la lógica de la de Equilibrio de Poderes que sacó adelante el Gobierno Santos pero finalmente perdió casi toda su fuerza, va más allá de la Rama Judicial y le da más peso al Congreso.

Lo hace de varias maneras, pero sobre todo permitiéndole definir libremente en qué se irá una quinta parte de todo el presupuesto de inversión de la Nación, que para el 2019 serían unos 8 billones de pesos, más de lo que se necesitaría para rescatar a Electricaribe.

Eso le permitiría a los congresistas decidir sobre montos millonarios sin tener que negociarlos con el Gobierno, por encima de la mesa y de forma colectiva, lo que reduciría la necesidad de la mermelada (los cupos indicativos) pero también podría dejar en manos de la mayoría la definición de toda esa plata.

En contraste, el proyecto del Gobierno no toca al Congreso.

Esas diferencias, más allá del natural debate que hay alrededor de decisiones de política pública, muestra que las diferencias entre las dos posiciones no son cosméticas. Y, en esa medida, refuerzan el mensaje de distancia entre Duque y Uribe.

“Una cosa es el Gobierno y otra el Centro Democrático”

La vicepresidente, Marta Lucía Ramírez, reiteró este fin de semana en una entrevista con María Isabel Rueda que una cosa es el gobierno Duque y otra el partido uribista. Aunque dijo que hay “cercanía afectiva, de cercanía ideológica e intelectual entre el presidente Iván Duque y el expresidente Álvaro Uribe”, el mensaje de anoche es de dudas frente a esa cercanía, por lo menos en este momento.

Que Uribe apoye una reforma a la justicia diferente a la de Duque es “un disparo a profundidad”, como le dijo a La Silla un alto funcionario del Gobierno que pidió guardar la reserva de su nombre para no alborotar el avispero.

Eso porque, aunque su apoyo sea implícito, la movida de Valencia es evidente.

De hecho, es coordinadora de ponentes de la reforma a la justicia de Duque como representante del uribismo (el otro es Germán Varón, senador de Cambio, quien representa a ese partido y su reforma).

"Es evidente que diferimos pero el Congreso será el escenario para dialogar", resume otro alto funcionario del Gobierno.

Que ahora saque un proyecto diferente es un golpe fuerte por varios motivos.

Uno es que la propuesta de reforma a la justicia es uno de los dos “pactos nacionales” que Duque ha buscado convertir en su bandera, junto con los proyectos anticorrupción.

Como la idea de los pactos es encontrar consensos entre todos los sectores, que a las críticas de varios sectores se sume que su partido presenta una reforma propia y muy diferente en puntos centrales, le quita fuerza al liderazgo de Duque en los pactos.

Otro es que la reforma a la justicia es tan importante para el Gobierno que Duque la priorizó en su agenda de reformas y eligió a la ministra Borrero por su capacidad de sacarla adelante.

Eso porque Borrero es experta en el tema, venía de dirigir la Corporación Experiencia en la Justicia, el principal tanque de pensamiento del tema (de hecho el proyecto de Valencia cita varios estudios de la CEJ y a la misma Borrero) y tiene buenas relaciones con magistrados de las Altas Cortes.

Por eso, que al Presidente su padrino político le monte competencia con una reforma paralela, le da en uno de los puntos más débiles y lo pone en una situación política difícil, al igual que a su Ministra de Justicia.

Uno más es que el proyecto del Centro Democrático mantiene la unificación de las Altas Cortes, un punto de la reforma que Duque defendió en campaña pero del que luego se echó para atrás.

Que Uribe ahora demuestre que respalda ese cambio, y Duque no, deja una señal de que el Presidente está desalineado de su jefe político en un asunto sensible para éste, que viene de vivir una fuerte puja con la Corte Suprema que podría reactivarse si los nuevos magistrados de instrucción fijan una fecha para la indagatoria que quedó suspendida.

Como todo ocurrió anoche y Duque está en Nueva York, la novela seguramente continuará a su regreso, cuando decida qué hacer con su proyecto (que ya había caído mal en la oposición y en Cambio Radical, por lo que parece quedarse sin respaldo), con su ministra y con las relaciones políticas con su partido, en el que los rumores de molestia parecen haber encontrado un primer eco en Uribe.

Fuente: La Silla Vacía

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Misos
26-09-2018, 21:41:33
...Que curioso, y metían miedo diciendo que esto se convertiría en otra Venezuela

MEMIN
27-09-2018, 13:52:48
q pasen las lumbreras del derecho constitucional y nos expliquen si esto esta bien para el pais