Farc y Elecciones

[Ayudante De Santa]

[INDIVIDUAL]

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Son seguramente legítimas las protestas de las cuales ha sido objeto el candidato presidencial y excomandante de las Farc, Rodrigo Londoño. Es propia de una democracia la libertad que tienen los ciudadanos de manifestarse en contra de un partido y sus candidatos.
Además de ser legítimas, las protestas han sido, quizás, hasta algo saludable para los mismos exguerrilleros. Ha sido un baño de realidad para medir el rechazo profundo y generalizado que existe en el país en contra de las Farc. De hecho, Londoño, más conocido como el comandante Timochenko, tuvo que salir escoltado por su equipo de seguridad y por el Esmad desde Génova, Quindío, la cuna de la guerrilla fundada por Marulanda. Es allá donde el candidato del partido de las Farc quiso comenzar su campaña presidencial. Por su parte, Iván Márquez, candidato al Senado, tuvo que cancelar un evento en Florencia, Caquetá.
Por eso, suena como un delirio cuando Rodrigo Londoño afirma que las protestas hacen parte de una campaña de desprestigio. La verdad es que, en los asesinatos, los secuestros, los abusos y las violaciones perpetradas por las Farc durante medio siglo está la raíz de la protesta. Es decir, las Farc son los principales responsables de su propio desprestigio.
Se entiende la frustración de la gran mayoría de los colombianos que, no solamente han sido víctimas de la violencia, sino que consideran un insulto las candidaturas de los cabecillas de las Farc sin antes haberse sometido a la Jurisdicción Especial para la Paz, contribuyendo así a la verdad y a la reparación. Tener más humildad beneficiaría a las Farc.
Al mismo tiempo, el derecho a la protesta no justifica de ninguna manera el tentativo de atentar contra el bienestar físico de los candidatos del partido de las Farc. En Génova, protestantes agredieron y dañaron el vehículo en el cual se desplazaba Timochenko. En Florencia hubo quienes se enfrentaron y lanzaron piedras a la Policía. Estos actos violentos socavan la efectividad y la legitimidad de la protesta. De hecho, quienes se manifiestan de manera violenta terminan imitando a aquellos contra los cuales se protesta. Como consecuencia, la protesta violenta debilita la democracia y perpetúa los ciclos de violencia.
En estos días se volvió tendencia en Colombia el hashtag #RechazoATimoSinViolencia. Expresa la actitud más acertada y eficaz que se puede asumir hoy hacia el partido de las Farc y sus candidatos. Guste o no, hubo unos acuerdos de paz que facilitaron la transición de la guerrilla desde la violencia hacia la participación política. Puede doler y hasta indignar a cuantos han creído y esperado una derrota militar de la insurgencia, pero finalmente un proceso de paz ha sido la manera más eficaz para favorecer el desarme y la desmovilización de las Farc. Hoy se requiere el respeto de los acuerdos que fueron también ratificados por la comunidad internacional.
En una democracia la manera más eficaz, además que legítima, para derrotar a un partido y sus candidatos, es el voto. Es en las urnas que el partido de las Farc puede ser derrotado de manera civil y democrática.






Columnista

Aldo Civico

(http://www.elcolombiano.com/cronologia/noticias/meta/aldo-civico)