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El joven británico Ryan Lock, que a sus 20 años había dejado el Reino Unido para luchar con las fuerzas kurdas contra el Estado Islámico, se suicidó poco antes de Navidad para evitar caer en manos de los yihadistas cuando quedó acorralado, según han confirmado a la BBC fuentes kurdas.
Lock, que luchaba como voluntario, murió durante la batalla para recuperar la ciudad de Raqqa, el principal bastión de la milicia en Siria y capital ‘de facto’ de su llamado El YPG le dijo a la BBC que “se encontraron marcas de una herida bajo su barbilla”, sugiriendo que había sido un suicidio.
Según explicaron, cinco combatientes, entre los que se encontraba el británico, fueron acorralados por el Estado Islámico en la aldea de Ja’bar y mostraron una “resistencia considerable” antes de ser asesinados. Tras recuperar los cuerpos, los exámenes mostraron que “parece que el luchador británico se suicidó para no caer cautivo”.
Lock, que era cocinero, viajó hasta Siria en agosto, tras decir a sus amigos y familiares que se iba de vacaciones a Turquía. El martes, su cuerpo fue trasladado a Irak en preparación para ser llevado de regreso al Reino Unido.
Lock, que era cocinero, viajó hasta Siria en agosto, tras decir a sus amigos y familiares que se iba de vacaciones a Turquía
En una declaración a la BBC, su padre, Jon Plater, ha asegurado: “Desde que escuchamos la devastadora noticia sobre Ryan, todo ha sido bastante difícil, especialmente las dificultades que rodean la repatriación”. “Estamos agradecidos al YPG por traerlo a casa”, ha afirmado.
Lock es el tercer ciudadano británico en morir luchando junto a los kurdos contra el Estado Islámico.
Lock es el tercer ciudadano británico en morir luchando junto a los kurdos contra el Estado Islámico