Revise bien el foro espero no repetir tema que ya van dos temas en un dia y 1/2 y eso no aguanta pero igual repetido = candado reglas son reglas.



Aunque hay trabajo, los nacionales no lo toman porque no resulta muy rentable convertir bolívares a pesos.

Hace más de un mes, Wilson Suárez tomó la decisión de renunciar a su trabajo como operario de una empresa de plásticos en Ureña (estado Táchira) y dedicarse a introducir alimentos de contrabando hacia Colombia. Lo hizo porque veía que el sueldo que ganaba se le reducía cada vez que cruzaba la frontera para regresar a su casa, en Cúcuta.

En el último semestre, los 1.400 bolívares fuertes que se ganaba mensualmente pasaron de 700 mil pesos, a valer ahora 392 mil, en Colombia, producto de la devaluación del bolívar, que en seis meses bajó de 0,50 a 0,28 centavos de peso.

La situación de Suárez la viven centenares de colombianos que están a la espera de que el bolívar se revalúe, o de lo contrario, dedicarse a la informalidad. A su vez, otro grupo menor sigue renuente a regresar a sus sitios de trabajo en empresas de las fronterizas poblaciones venezolanas de Ureña y San Antonio, donde la situación pasó a ser crítica debido a la falta de trabajadores, pese a la amplia oferta.

"Tenemos trabajo, pero no los trabajadores necesarios, precisamente porque el valor de la moneda es muy bajo y el sueldo que les pagan en las empresas venezolanas no les alcanza para subsistir en Colombia", asegura Isidoro Teres, presidente de la Cámara de Industria de Ureña, quien dice que por esa razón el trabajador colombiano ha perdido su interés laboral en la frontera.

Una de las empresas que viven esta difícil situación es Diseños Axis, que hace parte de las 400 industrias que en Ureña se dedica a la fabricación de bluyines. Miguel Álvarez, el gerente (e.), dice que requiere, como mínimo, tres operarios que no ha podido conseguir porque ninguno quiere trabajar por el sueldo que les ofrece.

Según la Cámara de Comercio del estado Táchira, en el eje fronterizo hay aproximadamente 4.000 empresas inscritas y todas tienen personal, en su mayoría, colombiano.

Buena parte de ellas son lavanderías industriales, talleres de bluyines, carrocerías para vehículos de pasajeros, plástico, metalmecánica y madera, entre otros.