Una joven de 15 años ha muerto desangrada en Kenia al tratar, aparentemente, de practicarse a sí misma la ablación genital, aunque las activistas que luchan contra esta tradición consideran "sospechosa" esa versión de los hechos.
La noticia fue recogida hoy por el diario "Daily Nation", que indica que la joven murió al someterse a sí misma a la operación después de que su madre le prohibiera hacerlo en agosto pasado junto con varias de sus amigas.
El suceso ocurrió en Irindi, un pueblo remoto del distrito de Meru Norte.
La madre de la adolescente, Julia Kanuu, dijo a la emisora BBC que su hija, de nombre Pamela, optó por auto-mutilarse porque las compañeras de su edad "le llamaban cosas".
"Otras chicas que no han sido mutiladas prosiguen su educación y les va bien en la vida, y por eso no quería que ella se sometiera a ello", explicó la mujer.
Sin embargo, varias organizaciones que luchan contra esta práctica en el país han calificado de "sospechosa" esta versión de los hechos.
Agnes Pareyio, directora de una casa-refugio en Narok, en el suroeste de Kenia, que acoge a niñas que no quieren ser sometidas a esa práctica, dijo a Efe que "nunca se ha producido un caso así en el país".
"Lo más probable es que alguien le haya hecho la operación y al tener como resultado la muerte de la niña, está tratando de eludir responsabilidades", afirmó Pareyio.
Para la responsable en Africa de la organización "Equality Now", Faiza Mohammed, la muerte de la joven es una "muy mala noticia" y pidió que la policía investigue el incidente.
"Resulta difícil de creer que se lo hiciera a sí misma, a lo mejor hay gente escondiendo algo, la policía debe investigarlo", declaró.
Las autoridades policiales no han ofrecido hasta ahora detalles del incidente.
La mutilación genital femenina, que consiste en la extirpación parcial o total del clítoris y de los labios vaginales, se suele hacer con utensilios rudimentarios y con falta de higiene lo que puede
provocar infecciones a las niñas que, además, quedarán marcadas por el dolor de por vida.
En Kenia, la ablación está prohibida desde 2002 tras la aprobación de la Ley del Menor, que prevé penas de un año de prisión y multas de hasta 600 euros para quien someta a los menores a "costumbres o tradiciones que puedan afectar negativamente su vida, salud, bienestar o desarrollo físico y psíquico".
En ese país, donde la práctica afecta al 38 por ciento de las mujeres de entre 15 y 49 años, la ablación genital se realiza como un ritual de transición de la infancia a la vida adulta.
Según Mohammed, incidentes como este "demuestran que la mutilación se sigue practicando en medio de un gran secretismo y que hay que reforzar las campañas" en contra.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 136 millones las mujeres han sido mutiladas en todo el mundo, y más de dos millones y medio de niñas son sometidas al año a la ablación, que se practica en 28 países africanos y en algunos de Oriente Medio
Fuente: EFE