Por Adrian Díaz

En las últimas horas, numerosos medios de habla hispana reportaron que la NASA había confirmado la existencia de un universo paralelo en el que el tiempo iría en dirección opuesta. ¿Qué de cierto hay en estas afirmaciones? En N+1 hacemos un desglose de todo lo que se ha mencionado al respecto...y claro, una conclusión final.

¿Cómo nació este fakenews?
Al parecer, todo nace de un artículo publicado hace unos meses en el portal NewScientist que se titulaba ‘Welcome to the antiverse’. La historia del portal inicia con la descripción de cómo se detectan partículas de alta energía desde un globo gigante en la Antártida.

El proyecto que se hace mención es ANITA (Antena Antártica de Impulso transitivo), el cual fue diseñado para estudiar neutrinos cósmicos de alta energía a través de la detección de pulsos de radio emitidos por sus interacciones con el hielo de esta zona del planeta.

Específicamente, la nota de NewScientist relata cómo el equipo de ANITA realizó una detección inesperada en 2016: un neutrino que provenía del suelo y no del espacio. El hallazgo fue publicado en Physical Review Letters.

Entre el mar de posibles explicaciones (hipótesis), el artículo hace hincapié en uno de ellos: la posibilidad de que, para explicar esta detección, se tenga que proponer la existencia de un universo paralelo al nuestro. “En este mundo espejo, positivo es negativo, izquierda es derecha y el tiempo corre hacia atrás”, menciona el medio.

La NASA no lo confirmó
El principal desliz de muchos medios yace en cómo titularon sus notas. La NASA no ha confirmado la existencia de un universo paralelo al nuestro. A la fecha no existe ningún comunicado de prensa oficial que diga lo mencionado, por web o redes sociales.

Sin embargo, la NASA sí está relacionada con el proyecto. ANITA es una colaboración de múltiples entidades. La agencia espacial norteamericana es solo una organización que financia este observatorio. De hecho, es el primer observatorio de neutrinos que financia la NASA.

Conclusión final
“Afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias”, decía el siempre recordado Carl Sagan.

El redactor de esta noticia considera irresponsable el rebote de una noticia sin fuentes, sin precisión científica ni estudios que corroboren sus afirmaciones. Escribir sobre una hipótesis no es irresponsable, pero venderla como verdad sí.

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