preso en el extranjero
 

AVENTURA EN LIBANO …… COMO OLVIDAR?

Cuando encargue mi ticket aéreo: Buenos Aires - Beirut ( Libano), y vuelta Tel-Aviv ( Israel) – Buenos Aires, mi agente de viajes, un poco sorprendido, solo atinó a decir: INTERESANTE ITINERARIO, AUNQUE MUY DIFICIL¡¡¡.

Lo que no se entendía era como enlazar dos países que se encuentran profundamente peleados, y que no tienen fronteras habilitadas entre si.

Sin embargo explique que mi plan era Ingresar a LIBANO con visa en mi pasaporte Argentino, y cruzar a SIRIA ( zona dominada por el actualmente nombrado con motivo de la represión, Bashar al-Assad) también con visa, aunque en mi pasaporte Italiano, seguir a Jordania de la misma manera, y luego ingresar a Israel por la frontera Jordana, ( si habilitada), siempre evitando cualquier sello Israelí en los pasaportes, porque después de ello se torna imposible ingresar en un país árabe, si los funcionarios de migraciones lo detectan.

La modalidad de este viaje era: S, SR, SIF, o sea SOLO, SIN RESERVAS, y SIN ITINERARIOS FIJOS.

Cuando llegué a Líbano, lo primero que hice fue ir a la zona centro de la ciudad, y empezar r a buscar donde pernoctar, ya que se llegaba la noche y no estaba demasiado benigno el clima.

Así es como previo regateo, conseguí una habitación en un lindo hotel muy bien ubicado, a escasos 200 metros del lugar donde se había perpetrado el magnicidio del ex primer ministro Hariri, que actualmente es un campo vacio, con una enorme estatua de la víctima, zona en la que antes de la explosión había numerosos Edificios.

Al llegar a Líbano, uno se encuentra con un país en franco proceso de recuperación, con alto grado de militarización que se evidencia en zonas cercadas con alambres de púas, barricadas o trincheras armadas con bolsas de arena, todas camufladas antiaéreo, con armas de repetición pesadas, carriers y tanquetas y otros vehículos militares que se encuentran por todos lados, además de las “heridas” de guerra y bombardeos que se ven en muchos edificios atacados, con numerosas marcas de balas o bombas, como parecería “ de película”.

Al día siguiente, mi plan era ir a Baalbek, pequeña ciudad situada a unas tres horas de viaje al nor- oeste de Beirut donde se encuentran unas ruinas romanas en un estado de conservación realmente envidiable, y se hace mas evidente la presencia de Hezbollah, con fotos y carteles por todos lados de su líder, Hasan Nasrallah.

Como dije antes llama mucho la atención el nivel de militarización existente en el país, por lo que me permití tomar algunas fotos que graficaran esta situación.

Cuando había ya subido al minibús que me iba a llevar hasta Baalbek, y mientras esperaba, fui increpado en árabe por un muchacho libanes que seguramente se vio agredido por mi afán fotográfico, pero la cosa no paso a mayores. (Demás esta decir que yo era el único extranjero en el minibús – y que no hablo árabe, o sea que su molestia la comprendi por sus gestos y el tono de su voz)

Emprendimos el viaje a Baalbek, y el “colectivito” tenía que sortear por caminos de montaña muy escarpados, puentes, o tramos de la ruta que eran reparadas luego de los ataques, y al llegar a Baalbek, visite con total comodidad en las ruinas l Propileo, El templo de Júpiter, el templo de Baco y de Venus, armas de una Basílica Bizantina muy bonita, de las que algunas fotos se pueden apreciar en el álbum adjunto.

A la vuelta, tomo otro minibús, que tenía como ayudante del chofer un libanes de pelo engominado y campera de cuero, que iba gritando a los pasajeros que esperaban el itinerario, y cobrándoles el pasaje a los que subían.

Siguiendo con mi curiosidad, durante el camino de regreso, tome algunas fotos mas, lo que genero un evidente malestar en el ayudante del chofer, que me increpo severamente aunque no me di demasiado por aludido , y luego siguió hablando con el resto del pasaje, en clara referencia a mi, que era el único extranjero en el vehículo.

Cuando el vehículo estaba reingresando a Beirut, por una vía que para nosotros sería algo así como el acceso norte a Buenos Aires, se detiene para bajar pasajeros, y el ayudante pide al chofer que lo espere. Cruza la avenida de tres manos de cada lado hasta la banquina de la mano contraria, y vuelve con tres soldados armados que estaban apostados en una barricada, hasta el minibús, para acusarme ( siempre en árabe) por las fotos que previamente yo había tomado, y es así que se me requiere la cámara para ser chequeada por el personal militar, que las revisa y me instan a descender del vehículo con mis pertenencias , aunque todo este trámite me dio tiempo a que le diga la ayudante de chofer algunas cosas en claro español, en alusión a su “ pseudo patriotismo”, y su verborragia, que me jugaban en contra.

Luego de esperar mas de una hora en la sede de la patrulla , que el oficial a cargo hablando por radio y celular varias veces con su superior, relatándole el hallazgo de la fotos, me cargan en un camión militar con dos bancos laterales y techo de lona, custodiado en la subida por dos soldados con sendos fusiles de ataque AK 47, y luego de alejarnos de la ciudad y subir una montaña, por un camino angosto y escarpado, con varias chicanas en medio del camino, construidas con bloques de piedra de un metro de alto y ancho por dos de largo, que obligaban al camión, prácticamente a detenerse para sortearlas, llegamos a un puesto de vigilancia, donde el oficial a cargo se baja a hablar con otros superiores, y luego me explica a mí que aparte de los elementos que ya me había secuestrado, debía darle el dinero en efectivo que llevaba encima, que por otra parte era todo lo que tenia para el viaje, que a pesar de poder usar la fuerza no quería hacerlo. Previo a ser esposado hice entrega del dinero que poseía, aparte de la mochila secuestrada antes, en la que no había pasaporte mío, por cuanto lo había dejado en el hotel y emitieron un papel escrito en árabe que no firmaron ellos, que debí firmar yo, para seguir viaje, ya de noche hasta mas hacia arriba a la dependencia que resulto ser una cárcel militar de máxima seguridad.

Estaría faltando a la verdad, si dijera que venía yo tranquilo, esposado , y a duras penas hablando ingles con el oficial a cargo, pero cuando cuando llegamos a la dependencia de destino, las cosas tomaron un curso mejor: el oficial a cargo del traslado ingreso por la guardia a otros los elementos secuestrados, entre los que estaban mil 3.900 dólares estadounidenses que me hacen inicialar uno por uno, cámara fotográfica, mapas e información impresa de internet, anteojos, etc.
Las horas siguientes transcurrieron moviéndonos de uno a otro recinto bloqueados con cerraduras eléctricas de puertas con rejas, que se activaban previo timbre en forma remota, se usaron para sucesivos interrogatorios que referían a los mismos temas, y que buscaban una contradicción en mis respuestas, como: porque vino a este país si no tiene amigos o familiares?, por que tiene pasaje de regreso desde Israel?, por que anda sin documentos?, porque lleva ese dinero encima?, como se traslado hasta el lugar de la detención?, por que anda solo?, etc. Es que el cargo de la sospecha era espionaje, y debían tomarse todos los recaudos tendientes a probar mi inocencia, asi se quedarían “más tranquilos” ellos y yo.

En la seguidilla de trámites, me identificaron con foto de frente y perfil, con mi nombre escrito en una placa en árabe, impresión de huellas dactilares, isopado bucal para A.D.N., y finalmente fui conducido a una última guardia que recibió mis pertenencias con cargo, quienes como dato curioso estaban ¡ tomando mate!. Si, como suena: esa era la bebida de infusión usada en esta guardia que fue el preludio del calabozo que me iban a asignar para pasar la noche, que fue fría y lluviosa, con paredes muy altas y lisas, con una letrina, y mantas con su buena campaña paran dormir en el suelo, con una única ventana muy pequeña que daba a un pasillo desde el que se veía el patio central de unos 6X6 , cubierto con policarbonato, donde a la mañana siguiente todos los reclusos salimos a desayunar y estirar las piernas, entre los cuales , demás está decirlo yo era el único extranjero.

Cerca del mediodía llego a la dependencia militar un funcionario de la Embajada Argentina en el Líbano, con un traductor de español-árabe, para que se tradujeran los interrogatorios al Libanes, y se adecuaran los protocolos, tendientes a generar un salvocondcucto, que me permitiera salir en libertad.

En esa instancia, el funcionario, de apellido Mujica, se desenvolvió con una cintura y una habilidad notable, y al finalizar me dijo: “ Semperena: esto ocurrió en Líbano con una división de elite del ejército, y Ud. Ahora se va a Siria. Que no le ocurra allá nada parecido, porque con Bashar al-Assad allá, sin consulado ni embajada argentina, en un país con un régimen dictatorial y militar, sin una justicia independiente, a una persona en esta situación, la pueden encarcelar por meses, años, o lo pueden desaparecer” . Cualquier coincidencia con lo que ocurrió después, y esta ocurriendo en este mismo momento, es prueba premonitoria.

SIN EMBARGO, SON LAS COSAS QUE NOS QUITAN EL ALIENTO, Y LIBERAN ADRENALINA, DE LAS QUE CONSERVAMOS MEJORES RECUERDOS EN EL TIEMPO.

Venado Tuerto, 01-agosto de 2011