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Javier Vásquez, ex vocalista de las agrupaciones Son de Cali y Niche, volvió a vivir después de superar tres infartos cardíacos y uno respiratorio. Relato en primera persona de lo ocurrido y su nueva oportunidad.
El pasado 12 de enero, a las tres de la tarde y mientras dormía, Javier Vásquez sintió un dolor en el pecho. "Me despertó. Pensé que por el aire acondicionado se me habían cerrado los bronquios. Tomé un medicamento para eso pero no funcionó y cada vez el dolor fue más fuerte".

Aguantó durante cinco horas hasta que ya no pudo más. "Es un dolor horrible, es como si te metieran un hachazo en el pecho y luego empezaran a abrírtelo. Estaba solo y aguanté hasta que el dolor me puso a torcerme como una culebra. Vomité, sudaba mucho y cuando la vecina me llevó a urgencias ya estaba morado. En la clínica se dieron cuenta de que tenía un infarto. Al llegar me dieron otros dos al corazón y uno respiratorio. Los médicos dijeron que ya era código azul, lo que creo significa que uno está más del otro lado que de acá; pero hoy le doy gracias a Dios por darme esta nueva oportunidad en la tierra. Fue como volver a nacer.

"Entré por urgencias pidiendo a gritos que me quitaran el dolor. Era tan fuerte lo que sentía, que me puse agresivo. Tenía mucha impresión por la dolencia, entonces me pusieron morfina en el pecho y me calmé un poco. Después me entubaron".

La atención en la clínica Valle del Lili fue inmediata, y mientras los médicos le salvaban la vida, el intérprete suplicaba a Dios por lo que hoy considera un milagro. "Mientras me tenían dormido, yo mismo me decía que no me iba a morir. Soy muy pegado de Dios y alcanzaba a oír lo que hablaban los doctores, pero muy lejos. Siempre estuve aferrado a la vida y el Señor me dio esta nueva oportunidad. En un momento quedé como muerto; no sentía nada. Tres días estuve inconsciente y no pasaba nada, pero volví a la vida. Los médicos estaban aterrados porque según ellos nadie aguanta tanto tiempo. Desperté y estaba entubado y eso me molestó la garganta y hasta las cuerdas vocales; así que como pude me hice entender y me quitaron los ******os".

En medio de todo esto, el cantante, que ahora es solista, se arrepintió de sus errores y tan pronto volvió a vivir comenzaron los cambios. "No vi ningún túnel. Solo le suplicaba a Dios, y sabía que mi familia también oraba por mí. Esto es un aviso y nadie es perfecto. No soy vago, pero a veces todos tenemos errores y este fue un llamado de atención; por eso enseguida dije: 'Diosito, ya te escuché'". Y lo cuenta en medio de risas: "Estaba separado de mi esposa hace cuatro años y esto sirvió para acomodar mi vida, volver con ella y estar con toda la familia. Y si me iba a ir, quería irme bien con Dios. Le pedí tiempo para poner todo en orden. Pedí una oportunidad para poder arrepentirme y estar aquí. Ahora tengo una vida bonita, tranquila y con amor".

Los infartos fueron consecuencia de "una mala alimentación. En noviembre del año pasado fui a Europa y Estados Unidos y me dediqué a comer de todo. Subí 20 kilos y llegué a pesar 98. Nunca pensé que me fuera a pasar algo porque hacía deporte, pero se me cerraron las tres arterias por tanta grasa".

Después de un mes de incapacidad, este 15 de febrero el salsero volverá a los escenarios. Para recuperarse completamente tiene una dieta balanceada, visita al cardiólogo y hace ejercicio.
"En un momento quedé como muerto. Tres días estuve inconsciente, pero Dios me escuchó y volví a vivir".