Cinco crímenes del pop en contra del rock

La lucha entre el pop y el rock se originó prácticamente al inicio de los tiempos. Y aunque la línea que divide a ambos géneros se ha ido haciendo cada vez más delgada con el paso de los años (borrándose incluso en varios puntos), la controversia entre ambos ha alimentado por muchos años las páginas de chismes y los foros de fans, como si de una guerra mundial se tratara. Normalmente, es el pop el que lleva la peor parte, por aquello de que muchos de sus intérpretes sólo bailan, no componen ni tocan algún instrumento, aunque el rock a veces tampoco ha salido bien librado del cúmulo de experimentos al que algunos rockeros lo han querido someter en aras de un supuesto avance.
¿Pero qué pasa cuando estos dos géneros se unen? Qué pasa cuando un intérprete pop decide que quiere cantar su tema favorito del rock, cuando la disquera decide que, como ya tuvo un hit, quiere otro y le da el mejor tema de unos rockeros a otra banda o solista, con la esperanza de seguir sacando huevos de oro de la gallina. Pues que, aunque los resultados no siempre son malos, en algunos casos pueden llegar a ser espeluznantes. Y esa es precisamente nuestra intención el día de hoy, hablar de algunos de los peores covers que solistas y grupos pop le han hecho a canciones del rock, de aquellas versiones que podrían y de hecho han hecho sangrar a nuestros oídos. Esta es la lista de cinco de los peores covers de poperos a temas del rock:

Los Guns N’ Roses fueron por muchos años el epítome del rock: feos pero considerados galanes, con canciones que alcanzaron los charts casi de manera instantánea y que hasta este día continúan rotando en nuestras cabezas, con un guitarrista genial, un cantante polémico y todo el sexo, drogas y rock and roll que pudieran conseguir. En fin, todo lo que Sheryl Crow no ha sido y nunca será. Una chica guapa de sonrisa Colgate, con canciones country-pop agradables e indefensas que un día, así sin más, se levantó y dijo “quiero hacer un cover de Guns N Roses”. Vaya, tampoco es que esto necesariamente haya pasado, quizá fue su disquera, su novio o su representante, el chiste es que la cantante agarró “Sweet Child o’ Mine”, le quitó el solo de guitarra y lo duro del rock para ponerle un saborcillo country y lanzarla a los oídos de todo el mundo.
Como bien dijo Joaquín en nuestra sección de covers dedicada a esta canción, los fans de la banda se horrorizaron al escuchar tal sacrilegio, mientras que los señores del Grammy y otros premios decidieron que la señorita Crow la había cantado como los ángeles. ¿Que qué opino yo? Sin ser fan de GNR, debo decir que este clásico no es nada sin su riff de guitarra y que la experiencia ya nos ha demostrado que tratar de sustituir el sonido de este instrumento con arreglitos de cuerdas casi siempre da pésimos resultados. Ojala alguien se lo hubiera dicho a Sheryl antes de escandalizarnos con su versión de este gran clásico del rock:

De entre todas las princesas del pop que pululan en estos días por el mundo de la música, debo decir que la que me cae menos mal es Hilary Duff, simplemente porque su éxito se debe sobre todo a su trabajo y no a los escándalos. Claro que esto tampoco significa que me guste su música, de hecho, no creo haber escuchado más de una canción de ella. Lo que sí odio es su gusto musical, o el de sus managers o quienquiera que le escoja las canciones a grabar. La princesita tiene ya un historial de arruina-canciones, pues hace un par de años se le ocurrió samplear la legendaria “Personal Jesus”

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Por supuesto esa no fue su primera vez. En el 2004 la cantante decidió regrabar uno de los temas icónicos del rock para incluirlo como bonus track en su álbum homónimo de ese año. Hablo de “My Generation”, canción escrita por Pete Townshend para el álbum debut de The Who y en la que la banda retrató a la perfección la rebeldía del rock and roll y los años 60, con un Roger Daltrey tartamudeando las palabras y por momentos desgarrando la garganta, mientras el bajo, la batería, la guitarra y los coros responden con agresiva rapidez a cada palabra.
Desafortunadamente, la Duff convirtió la agresividad e inconformidad de las vocales y la letra en un pujidito juvenil sin un gramo de actitud, cantado con toda la flojera del mundo y con una voz tan artificial como el colorante de los algodones de azúcar. En fin, un auténtico crimen:

Si hubiera que elegir una canción que representara la década de los 90, más de uno seguramente nombraría a “Smells Like Teen Spirit” de Nirvana como una de las grandes contendientes. Himno de una generación enojada, descontenta y bastante perdida, este tema representaba la rebeldía del grunge y por supuesto la angustia adolescente que inundó los principios de la década y, aunque ustedes no lo crean, las pantallas de MTV.
Y angustia es de hecho el sentimiento que causa ver a este tema convertido en un pretexto para mostrar el cuerpo frente a miles de jovencitas lujuriosas, para quienes su máxima inquietud es no poder estar cerca de los integrantes de esta boy band inglesa llamada Take That.
El grupo fue por muchos años una de las mayores glorias del pop británico, logrando llenar estadios y vender discos al por mayor gracias a temas como “Back For Good” y por supuesto a las galanuras de sus integrantes. Desafortunadamente, el libro de reglas de las boy-bands dicta que en sus conciertos tiene que haber un momento en el que los integrantes dejen los bailes y agarren los instrumentos para demostrar que ellos “son músicos de a de veras”. Y digo desafortunadamente porque, como verán en este vídeo, ese momento fue aprovechado por los ingleses para convertir este himno del grunge en un rock artificial enducolorado y lujurioso, aunque eso sí, “conservando el auténtico sabor del espíritu adolescente”.

Las drogas han sido siempre un componente básico del rock e inspiración de numerosas canciones como ésta, escrita por Anthony Kiedis para el quinto álbum de estudio de los Red Hot Chili Peppers, el legendario Blood Sugar Sex Magik.
El tema fue inspirado por la depresión y la soledad que sentía Kiedis luego de haber pasado varios años intentando mantenerse alejado de los vicios, algo que curiosamente lo alejó también de sus compañeros de agrupación. En ella se narra la experiencia del cantante al tratar de conseguir droga en Los Ángeles, ciudad que en la letra es considerada por el músico como su única compañera.
El tema fue retomado por All Saints para formar parte de su álbum debut de 1997. La banda no sólo suprimió el último verso, en el que Kiedis aborda las drogas, también sustituyó los sentidos riffs de guitarra por una tonadita R&B combinada con un pop “sexy” perfecto para lucir sus voces y figuras ante la cámara, pero que no se acerca, ni por un momento, a la angustia y el dolor que sobresalen en la versión original.

Por supuesto esta lista no podría estar completa sin la princesita del pop. Britney Spears ya ha cometido varios crímenes en contra el rock, entre ellos un cover a “I Love Rock ‘N’ Roll” que podría pararle los pelos de punta a cualquiera, pues no hay nada más alejado de este género que lo que esta mujer ha hecho los últimos años en los escenarios de todo el mundo. Por supuesto, al final lo que importa es que las ventas aumenten, algo que siempre se logrará con un poquito de controversia y una canción de éxito asegurado.
¿Y qué podría ser más adecuado para cumplir con estos objetivos que hacer un cover a una de las canciones más famosas del rock? Nada, habrá pensado su disquera, de esa manera se concretó este crimen en contra de “(I Can’t Get No) Satisfaction”, uno de los temas icónicos de sus majestades satánicas, The Rolling Stones, y que aquí es despojada de su actitud, de su famosísimo riff de guitarra y básicamente de todo lo bueno, para convertirla en un bodrio de incalculables proporciones.

Pues con esta mujer terminamos la lista, pero por qué no nos dicen cuáles son, para ustedes, los peores crimenes del pop en contra del rock.