Qué rico se la metí a mi vecinita Jamila!!

Esta experiencia me sucedió con una vecina mía llamada Jamila, quien recién ha llegado al edificio en donde vivo hace un poco más de un mes aproximadamente con su mamá y con su hija. Tiene una pinta de modelo o promotora, es rubia, blancona, no es tan alta de estatura, pero es dueña de unas tetas ricas, redonditas y naturales y unas piernas sabrosas. A sus 23 años ya es mamá, pero soltera.

Una tarde de este mes que ya terminó, mi tía me pidió que cobre el fondo común del edificio, ya que ella es la encargada de hacer eso e iba a salir. Entonces, fui a cobrar a todos los apartamentos, dejando al último el de la Sra. Claudia, mamá de Jamila.

Toqué el timbre de su apartamento y salió Jamila, que hasta ese día yo no sabía ni cómo se llamaba, porque no había tenido oportunidad aún de hablarle y conocerla. Sin embargo, me conocía de vista y sabía que éramos vecinos.
- Hola ¿se encuentra la Sra. Claudia? - le dije.
- Hola, no mi mami no está ¿tienes algún encargo? - me respondió sonriendo.
- Bueno sí. Venía a cobrar lo del fondo común - le dije.
- Ah ya! Sí, mi mamá me dijo que le pague a la Sra. Elena (mi tía). Pasa un ratito para que esperes mientras busco el dinero - me dijo.
- OK, gracias - le dije.

Entonces pasé a su apartamento y me dijo que me sentara en la sala mientras ella buscaba el dinero, ya que no se acordaba dónde lo había puesto su mamá. Mientras lo buscaba en el aparador, que estaba cerca a la sala, le pregunté por su nombre.

- ¿Cómo te llamas? - le pregunté.
- Jamila - me dijo.
- Qué bonito nombre, muy dulce. - le dije.
Ella me sonrió nuevamente y me agradeció. Obviamente, ella también me preguntó por mi nombre.

Como ella no encontraba el dinero en el aparador, me dijo que lo iba a buscar en el cuarto de su mamá. Yo le dije "OK, te espero". En esos momentos yo ya estaba un poco arrecho, ya que ella estaba con una blusita marrón que marcaba muy bien sus ricos pechos y hacía resaltar su piel blanca; además estaba con una faldita de jean que hacía resaltar sus ricas piernas y con unas sandalias con las que uno podía ver sus lindos pies. Parecía que iba a salir.

Como Jamila se estaba demorando un poco, fui a una parte de su casa donde habían unos retratos de ella y su familia. Mientras los veía Jamila regresó del cuarto de su mamá con el dinero.
- Ya lo encontré, disculpa la demora. Es que no me acordaba dónde mi mami lo había dejado - me dijo con una voz dulce y sonriendo.
- No te preocupes Jamila - le dije. Con esa sonrisa hubiese esperado todo el tiempo que hubiese sido necesario.
Ella se sonrojó un poco y me dijo:
- Jaja...ay qué cosas dices! Bueno, aquí está el dinero.

Entonces, sentía que al darme el dinero todo iba a terminar y yo me iba a regresar a mi apartamento sin haber campeonado; entonces, empecé hablarle de sus fotos que había estado viendo.

- Lindas tus fotos con tu familia - le dije. Preciosa esta bebé, ¿es tu hermanita? - le pregunté.
Ella riéndose me respondió:
- Jajaja....¿mi hermanita? noo, es mi hija.
- ¿Queeé? ¿tu hija? naah..me estás bromeando, eres muy joven, tienes casi mi edad - le repliqué.
- Sí, es mi hija, ya cumplió un año, y ahorita está durmiendo - me decía.

Fue en ese momento en que ella me dijo que el padre de su hija se había desentendido de ella por irse con otra mujer hace un año aproximadamente. Yo le decía que ese tipo era un tarado al preferir a otra y no estar con una chica muy linda como ella. Vi que se sonrojó un poco y empecé a acariciarle el rostro diciéndole que era muy bella y que me gustaba mucho. Ella no me decía nada pero se me fue acercando y yo sin pensarlo le robé un prolongado beso. Qué rico besaba Jamila! Cómo jugaba su lengua con la mía. Ella tenía sus manos en mi cuello y yo tenía su cuerpo pegado al mío sintiendo sus deliciosos pechos. Seguíamos besándonos rico hasta que empecé a besarle el cuello mientras le acariciaba su culo y sus piernas. Ella también acariciaba mi bragueta sintiendo mi pinga y diciéndome "la tienes bien dura". Entonces se volteó y empezó a rozar su culo con la faldita sobre mi pinga, llevó mis manos a sus pechos y empecé a tocarlos y a apretarlos suavemente mientras seguía besándole el cuello. Ella ya estaba arrecha y yo bien calentón cuando empecé a cogerle y apretar su concha por debajo de su falda. Se notaba bien carnosa y mojada. Ella ya estaba caliente y ya se escuchaban sus primeros gemidos de placer cuando me dijo para ir a su cuarto.

Entramos a su cuarto, donde empezamos a desvestirnos. Yo me iba quitando mi camisa y pantalón y le iba quitando también su blusa y su faldita. La dejé en calzón y sostén y me la llevé a su cama, donde la recosté y le fui sacando el sostén para lamer y morder sus ricas tetas, redondas y naturales. Tenía parados sus pezones. Luego fui besándola bajando por su abdomen, después besé sus ricas piernas y luego me dirigí a su calzón, el cual se lo quité para lamer su vagina que estaba deliciosa porque era rosadita y razurada. Ella me apretaba como loca la cabeza, ya estaba muy excitada, ya escuchaba sus primeros orgasmos. De un momento, me pidió que la penetre. Había llegado el momento de mojarla, así que me puse encima de ella, ella fue abriendo sus piernas, las puso alrededor mío y empecé a metérsela rico y lento sin condón, ahí pude comprobar que ella realmente llevaba buen tiempo sin sexo, su concha estaba apretadita super caliente, húmeda y deliciosa. Así, empecé a tirármela lento porque quería disfrutarla al máximo y porque ajustaba bien rico su concha. Ella gemía de placer diciéndome "mmm...qué rico...sigue" Seguía metiéndosela y sacándosela suavemente cuando empezó a pedirme que la penetre más fuerte. Así lo hice, empecé a tirármela más duro y veía cómo sus ricas tetas se movían mientras la penetraba rápido. Ella seguía gritando de placer y yo seguía tirándome a Jamila duro y rico hasta que me pidió que me viniera en ella. Y así fue, boté todo el semen que tenía acumulado y le bañe todita su vagina. No sé cuántos chorros de semen boté, pero fue bastante la cantidad con la que bañé su concha apretadita, ya que fue muy prolongada la lechada.

Ella terminó muy exhausta, así que me pidió descansar un momento. Yo también había terminado un poco cansado; sin embargo podía tirarme más polvazos con Jamila. Se paró para ir a ver a su hija que estaba durmiendo en el cuarto de su mamá. Regresó y con una cara de felicidad me dijo que no se había despertado. Vi me reloj y eran casi las 4pm cuando Jamila me dijo que su mamá llegaría después de las 6pm, así que en esas dos horas que nos quedaban lo hicimos 2 veces más para mojarle nuevamente su rica vagina y saciarla.

Fue una rica experiencia con mi vecinita Jamila. Ahí les dejo unas fotitos que le pude tomar sin que ella se de cuenta después que tiramos. Lástima que ya se había puesto su ropa interior mientras dormía, pero en esa cama tiramos delicioso.