sexo en la oficina con el novio de mi amiga

Soy Loli y os voy a contar la experiencia más caliente que he vivido jamás. Antes de casarme con mi difunto esposo, yo no era profesora de la ESO como ahora, trabajaba en una oficina. El novio de mi amiga me atraía muchísimo, tanto que a veces he soñado con él. Lo deseo como una loca pero lo que jamás imaginé que él me deseaba a mí de igual manera.

Sucede que él trabaja en las mismas oficinas que yo, claro que en diferente departamento. Él siempre pasaba todas las mañanas a mi oficina a darme los buenos días, hasta que un jueves me vió con un chico hablando, cosas de trabajo, pero él no lo entendió así y ya no pasó a darme los buenos días.
El viernes tampoco llegó por la mañana, entonces cuando yo estaba a punto de irme al almuerzo, él llegó y bruscamente cerró la puerta, le puso la llave y sin decir nada me cogió del brazo y me quitó la blusa bruscamente. Yo tenía puesta una blusa blanca con botones y una falda corta abierta de los dos lados de las piernas y pegada al cuerpo.
Sólo me dejó el sostén. Cuando vió mis tetas grandes y duras se sorprendió y le pregunté que porque no vino el día de ayer a decirme buenos días, me dijo que estaba muy celoso porque me vio hablando con Juan.

Le dije que entre Juan y yo no hay nada y él me confesó que desde hace mucho tiempo quiere que sea de él. Me deseaba como un loco a lo que yo le respondí que si se olvidaba se que era el novio de mi mejor amiga y que yo estaba apunto de casarme. A él no le importaba.
Me cogió, me levantó y me acostó en el escritorio acariciando con su lengua cada parte de mi cuerpo.
Yo no dije nada porque quería que llegara hasta donde él quisiera, al fin y al cabo solo sería una vez. Él siguió acariciándome cuando llegó a mi coño se excitó aún más. Me empezó a chupar más y más profundo, mientras yo gemía de placer.

Yo no aguantaba más, me sentía en el cielo, sentía que en todo el universo solo existíamos él y yo, quería vivir el momento sin recordar que él era el novio de ella y yo estaba a punto de casarme. Al verme tan excitada, él me puso contra la pared mientras yo lo abrazaba con mis piernas para no caerme, me empezó a penetrar despacito.
Estaba muy mojada y sentía como tu miembro iba penetrándome , lo sentía navegando dentro de mi, lo abrazaba con mis manos y mis piernas, sentía cosas que jamás antes había experimentado. Y el sólo hecho de pensar que mis jefes podían llegar y llamar a la puerta me excitaba aun más.

Yo lo disfrutaba y empecé a tener mi primer orgasmo, sentía que la vida se me iba en él. Qué bien follaba.
Le pedí que se sentara en la silla para poderle mamar su pene. Lo cogí como un helado en el desierto y empecé a mamarlo más y más rápido hasta que llegara a mi garganta. Finalmente se corrió en una explosión increíble.
Después me senté en él y nos empezamos a besar.

Entre besos, caricias y susurros, de repente sentí que su miembro se estaba excitando de nuevo. Me quitó despacito de su lado, me puso a cuatro patas en el escritorio y me empezó a penetrar por mi vagina. Yo me dejaba llevar, cuando sentía entrar su pene en mí, despacito lo metía y lo sacaba...mmmmmm
Él mientras hacía eso, me acariciaba con una mano mi clítoris y con la otra mis nalgas. Me sentía en el cielo, en las nubes, sentía que no aguantaba más que estaba a punto de tener un orgasmo. Intenté aguantar esa sensación, pero al final estallamos los dos a la vez.

Nos quedamos ahí unos minutos recuperándonos cuando vi en el reloj que llevábamos más de una hora follando y yo tenía que regresar a mis quehaceres en la oficina, al igual que él.
Cuando ya casi nos estábamos despidiendo entre besos y caricias, sentí nuevamente que su polla estaba bien erecta y me empecé a excitar... Tú nunca tienes suficiente, ¿verdad?, me dijo.

Él se sentó y yo empecé a sentarme en su verga. Él me cogía de las nalgas y me acariciaba y me las abría y metía la punta de unos de sus dedos, eso me excitaba aun más, después empezó a susurrarme y meterme la punta de su lengua en el odio mientras yo subía y bajaba y veía los ojos de excitación que él tenia y lo mucho que estaba gozando conmigo.
Me excité tanto con esa imagen que me corrí en ese momento con un orgasmo interminable...
Sentía cómo su verga corría dentro de mi, cómo gozaba y disfrutaba que me moviera como lo hago, chupaba mis senos como un loco, con excitación increíble, era único. Se corrió y pude sentir lo caliente de su semen en mi.

Pasado el tiempo, seguimos siendo amigos pero jamás volvió a ocurrir lo que pasó esa tarde del viernes. La verdad es que el hombre aún me atrae...