El culo de mi suegra

Se la puse en la concha, ella gemia y decia que le diera como le daba a la hija, en un momento la saque y se la puse en el agujero del culo y ella empezo a moverse con una habilidad increible
Todo comenzó cuando me puse de novio con una chica de unos 19 años, yo en ese momento tenía 18.
Mi novia tenía un cuerpo espectacular, tetas grandes, un culo perfecto, como los que se ve en los que se ve en la tv, era una perra como para darle todo el tiempo sin descansar.
Un día me invitó a ir a la casa a cenar, entonces ahí conocí a mi suegra, una mujer de unos 40 años con un culo paradito y durito, unas tetas grandotas que con solo verlas se te paraba la pija.
Yo tuve que disimular un poco para que no se diera cuenta de que le miraba el culo todo el tiempo, pero al mismo tiempo se me hacía inevitable no mirarlo, es que nunca había visto a una mujer mayor con un culo así, y lo que me calentaba también eran los gemelos de sus piernas, bien musculosos, como si hiciera deporte. Ella se llamaba Liliana, y tenía cara de fiestera, de que le gustaba coger, pero que no se acostaba con cualquiera sino que ella elegía según sus gustos.
Yo con el tiempo empecé a tener más confianza con ella y me quedaba a dormir en su casa cuando mi novia me invitaba. A mi novia me la cogía de todas las formas que se podía, pero mi mente estaba en cogerme a la madre, en ese momento lo veía como imposible, y no estaba equivocado, porque era obvio que la madre no la iba a cagar a la hija con un pendejo de 18 años. Bueno, el tiempo pasó y las cosas de la vida nos llevaron a mi y a mi novia a pelearnos y dejar de salir.
Ahora tengo 24 años y yo me enteré que mi ex novia se había ido a estudiar a Buenos Aires, yéndose a vivir con su padre, el ex marido de Liliana.
Un día estaba con mis amigos tomando una cervezas y decidimos ir a bailar a un boliche de esos que van muchas personas mayores de 30 años. Cuando entramos estaba lleno de veteranas vestidas para provocar una erección a cualquier hombre. Ya un poco alegres por los efectos del alcohol, nos fuimos a la pista a bailar, y paso lo imaginable, mi ex suegra bailando en el medio de la pista sacudiendo el culo para todos lados, me acerqué a saludarla y nos pusimos a charlar un poco mientras tanto bailábamos, ella también había tomado un poco porque se movía como puta cuando ponían música caribeña.
En esas sacudidas que daba mientras bailaba, me franeleaba con movimientos de cintura y me apoyaba el culo en la pija, ella como tenía confianza conmigo no medía lo que hacía. Ya recaliente, la invité a tomar un trago por lo cual ella accedió sin problemas porque me apreciaba mucho y otra que ni se imaginaba lo que yo tenía en mente. Nos emborrachamos bastante y como ella vivía cerca del boliche me invitó a tomar un café a la casa para que se me pase la borrachera. Nos fuimos en taxi, y cuando estábamos sentados yendo a la casa, yo le miraba las tetas por su escote que se estaban saliendo. Cuando llegamos, yo tenía la pija re parada y no aguantaba las ganas de mandársela a la vieja esta. Ella prendió la tele y justo estaban dando esas películas medias subidas de tono, nos sentamos en un sillón para ver la tv y charlar, yo me le acerqué para ver si me tiraba algún palo, ella se debe haber dado cuenta de que yo estaba caliente porque me dijo que me sacara la remera que me iba a masajear.
Yo estaba en cueros y ella me tocaba la espalda y más se me paraba la pija, entonces le dije que yo la masajeaba a ella para devolverle el favor, de repente se sacó la blusa y se quedó con el corpiño solamente, empecé a masajearla y no me aguanté y le empecé a masajear en el costado de las tetas y como ella no decía nada, solo disfrutaba, le empecé a tocar las tetas, como ella no hizo nada para evitarlo, del pedo que tenía, saqué la pija y se la empecé a pasar por la espalda, como ella estaba sentada y yo parado, ella se dio vuelta y mi pija le rozó los labios, entonces ella me la agarró y se la empezó a meter en la boca, la sacaba y la metía con una velocidad increíble, luego de chuparla un rato se paró, se levantó la pollera hasta la cintura y se agachó agarrándose de la mesa mostrándome el culo mas perfecto que una vieja con cara de puta podía tener, me miró con una cara como diciendo metémela que es ahora o nunca, yo había soñado con ese culo un montón de tiempo y ahora me estaba invitando a que lo rompiera.
Agarré mi pija y me mandé de una, la tomé de la cintura y se la puse en la concha, ella gemía y decía que le diera como le daba a la hija cuando yo salía con esta, le daba, le daba y le daba con todas las ganas, en un momento la saqué y se la puse en el agujero del culo y ella empezó a moverse con una habilidad increíble, era el polvo que cualquier pendejo hubiera soñado con una veterana.
Después ella se enderezó y me empujó al sillón, agarró mi pija y se la puso en concha nuevamente, pero ella estaba arriba mío ahora, se movía como las actrices porno y yo ya no aguantaba más, entonces le dije que quería acabar en su culo, ella se puso como un perrito en el piso y yo le entré con todas las ganas, cuando no aguanté más acabé en ese culo hermoso y la saqué chorreando leche y se la derramé en los muslos y en esos gemelos que me encantaban, la dejé blanca de la leche, ella se enderezó y me limpió la pija con la lengua tragándose hasta la última gota.
Fue un sueño hecho realidad, nos dormimos, y cuando nos despertamos cogimos un par de veces más de todas las formas.
Las veteranas la tienen muy clara y saben como tratar la pija de un pendejo y hacerlos calentar al toque.
Nunca más me la volví a coger pero cuando me agarre nostalgia del buen sexo que tuve ese día no voy a dudar en ir golpear su puerta y decirle que me invite a tomar un café.