Santos dice a Procurador que no haga política y que “deje de meterse” en proceso de paz

Lo que importa no es lo que se diga sino lo que se hace y esa es la menor manera de responderle al Procurador que casar peleas innecesarias cuando lo que se trata es de sumar. Aparte de eso, no se habla en la noticia de la enérgica respuesta de Santos en la misma alocución a la columna infame de Plinio Apuleyo Mendoza, repleta de calumnias contra el proceso de paz. Además, Santos contó que el motivo de la verborrea de Mendoza era por haber perdido un contrato con el gobierno, lo que lo transformó de santista incondicional en antisantista venenoso.

Esa facultad se la da la Constitución y las leyes exclusivamente al presidente de la República como jefe de Estado, único encargado de dirigir y llevar adelante este proceso de paz. Entre las facultades del Procurador General no se encuentra ésta y es lo que le recuerda Santos.

Respecto a lo que se trata en La Habana, los acuerdos a los que se llegue van a ser refrendados por el pueblo colombiano y es lo aprobado y sólo eso lo que entrará en vigencia.

Finalmente, respecto a la confidencialidad, es la columna vertebral de todo proceso de paz que se ha llevado a cabo en el mundo para evitar interferencias externas que le impidan avanzar, lo que no quiere decir, como perversamente lo señala el uribismo, que se esté entregando el país al castro chavismo, tesis delirante y risible como los golpes de Estado diarios que descubre Maduro.

Lo hasta ahora pactado (queda por finalizar el punto de las víctimas y el de la desmovilización) son reformas liberales que debieron hacerse hace un siglo, impedidas por los terratenientes, dueños de vidas y bienes, lo que provocó que hoy Colombia ocupe uno de los primeros lugares entre los países más inequitativos y desiguales del planeta.