Santos valoró que Farc confesaran ataque a helicóptero en Anorí y dice que visitará a Falcao

Palo porque bogas, palo porque no bogas.

Si las FARC hubieran negado el ataque les habrían caído rayos y centellas por mentirosos, y ahora que lo reconocen (y es algo excepcional que hagan eso) también les caen rayos y centellas, por asesinos.

Se olvida que estamos en guerra, que las muertes seguirán produciéndose en ambos bandos, que, infortunadamente, no hay espacio para una tregua después de la experiencia negativa del Caguán.

El ataque se rechaza, ni más faltaba, pero que las FARC hayan reconocido su error es una demostración de que no controlan por completo sus frentes y que, seguramente, hacia el interior de la organización debe haber una controversia, indicativo de que les preocupa el proceso y tienen la voluntad de sacarlo adelante.

Entiendo al presidente Santos porque ésta es la lectura que se saca del reconocimiento del acto de guerra cometido, pero como es Santos y no su antecesor el que lo dice, entonces hay que rechazarlo.

Un país polarizado que, ojalá el fin del conflicto armado transforme en una nación con diferencias, pero unida en torno a un destino común.