¿Se le puede creer a Putin?

¿Rusia meterá las manos por Nicaragua? Como los estadounidenses, los rusos no tienen amigos sino intereses y es obvio que quieren de nuevo ser protagonistas de primer orden en el mundo y nada mejor que establecer una cabeza de playa en el patio trasero de los gringos, como Nicaragua.

Pero de ahí a aventurarse en aventuras bélicas, tampoco. Lo que si quiere es petróleo, y el mar en litigio al parecer tiene reservas aunque hasta ahora las exploraciones no han tenido los resultados esperados. Pero hay que hacer presencia y Colombia, como caminando sobre cáscaras de huevo, debe seguir el procedimiento de las pulgas contra los elefantes, la lengua, como bien lo resalta María Isabel Rueda.

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¿Se le puede creer a Putin? Por: MARíA ISABEL RUEDA | 7:48 p.m. | 16 de Noviembre del 2013 Luego de días de silencio sobre el sobrevuelo de los aviones, llegó el comunicado de la Cancillería rusa, ante el reclamo del gobierno colombiano. En agosto de este año, tres buques de guerra rusos atracaron en Puerto Corinto (Nicaragua). Informa el canal de televisión Estrella, tomando declaraciones de sus capitanes, Vladimir Ruban, jefe de los buques rusos, y Neksey Ousyannika, que los rusos “apoyaremos a Nicaragua si se desata un enfrentamiento armado”. (...) A continuación, menciona uno de los capitanes “torpedos, cohetes, cohetes de larga distancia, más o menos 600 kilómetros, cañones...”. Remata la periodista del canal: “El gobierno ruso está esperando otra invitación para enviar más naves de guerra a este país”. (Ver http://youtube.com/watch?v=FzNaOFU_BA#t=14.) El anuncio del apoyo ruso, o pasó inadvertido para la Cancillería colombiana, o ella le restó cualquier trascendencia. Hay una tercera posibilidad: ¡estatuas!, como jugábamos cuando éramos pequeños. O sea, no se hizo nada. Lo cierto es que para que los colombianos nos enteráramos de que existía este peligroso apoyo militar ruso en territorio limítrofe con Nicaragua se necesitó que la semana pasada dos bombarderos rusos Tupolev 160 sobrevolaran sin permiso no solo una sino dos veces espacio aéreo colombiano, exactamente por encima de las aguas en litigio con Nicaragua en el mar Caribe. Luego de días de silencio sobre el sobrevuelo de los aviones, llegó el comunicado de la Cancillería rusa, ante el reclamo del gobierno colombiano. Pero, ¡oh sorpresa! Distaba de ser la prueba de que Rusia no se va a meter en el problema entre Colombia y Nicaragua, porque pasó algo rarísimo: del sobrevuelo de los bombarderos rusos, el comunicado no dijo ni mu. Solo sostuvo que las declaraciones que dieron sus oficiales de marina en Puerto Corinto habían sido malinterpretadas y que su cooperación técnico-militar con países de América Latina “no apunta a alterar el equilibrio político y militar de la región”. El comunicado también contenía una recomendación a los países de solucionar sus diferencias con diálogo y diplomacia “en cuanto a la decisión proferida por la Corte Internacional de Justicia acerca del asunto territorial mencionado”. ¿Es este el anuncio de que Putin, el hombre más poderoso del mundo, da como un hecho que el fallo de La Haya ya se comenzó a aplicar y que por eso su gobierno no tiene que dar ninguna explicación de sobrevuelos de bombarderos, porque estos se realizaron sobre mar territorial que según el fallo de La Haya ya no es colombiano? La última vez que el presidente Santos habló sobre el tema, dijo con palabras indignadas: “El fallo de la Corte Internacional no es y no será aplicable hasta tanto no se celebre un tratado que proteja los derechos de los colombianos. Repito: no es aplicable”. Sin embargo, lo de los aviones rusos es el primer indicio grave de que el fallo ya comenzó a aplicarse. El segundo es que el comandante del ejército nicaragüense, general Avilés, anuncia que como “hay una nueva realidad jurídica en el Caribe”, ha firmado un acuerdo con Rusia (y con EE. UU.) para patrullar las aguas que hoy son nicaragüenses, dizque para combatir el narcotráfico. ¿Que un barco de guerra ruso esté navegando en el Caribe para evitar que le lleguen drogas a los EE. UU. no es tan exótico como que un barco brasileño navegara en aguas del mar de la China para evitar que le llegue contrabando a Rusia? Como en cualquier momento puede pasar, pregunto a nuestro Ministro de Defensa: ¿Qué sucederá el día en que un buque de la armada colombiana se encuentre frente a frente con un buque de guerra ruso en aguas que nos pretenden quitar en nuestro archipiélago? Supongo que lo mismo que la pulga que le reclama al elefante: ¡hola, no empuje!

Fuente: El Tiempo