La gente sigue entregando su dinero

Reclaman su dinero
PERSONAS QUE DIERON dinero para comprar taxi a varios almacenes se consideran estafados porque la dueña, al parecer, desapareció.

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- Medellín | Publicado el 4 de diciembre de 2008
Más de cien personas que habían invertido sus ahorros en la empresa Autotaxis, que les ofrecía taxis con facilidad de pago a 48 meses, se llevaron ayer una desagradable sorpresa, cuando no encontraron a la dueña del negocio.

De inmediato, varias de las personas que se consideraron estafadas, ocuparon otra empresa, que ayer abrió sus puertas, ubicada en la calle 33 en la glorieta de Bulerías, porque presumen que el negocio es de propiedad de un familiar de la dueña de Autotaxis.

Los manifestantes indicaron que no saldrían de las instalaciones de este almacén de carros, hasta que no apareciera la comerciante o que las autoridades les garantizaran la devolución de su dinero.

La inspectora 11B de Medellín, Rosmira Villa, se hizo presente en el lugar y dialogó con los afectados y les manifestó que su presencia allí se debía a que tenía que hacer una revisión del establecimiento, porque parecía que fuera de la familia de la mujer que los manifestantes buscaban y advirtió que no podía garantizar nada ni recibir denuncias, pero que rendiría un informe al Alcalde y que estaría atenta a que no fueran a mover nada de este establecimiento, para lo cual lo iba a dejar vigilado por la Policía.

En este local había varios taxis exhibidos, mientras que las personas que se consideran defraudadas los miraban y los tocaban constantemente como anhelando tener uno de ellos.

Ayer, pasadas las seis de la tarde, se notaba en muchos de estos ciudadanos la tristeza y melancolía porque consideraban que habían perdido todos los ahorros de su vida. Otros, por el contrario, estaban exaltados y amenazaron con no salir de allí hasta que les garantizaran una solución al problema.

Dos dueños
Rubén Darío Castaño, dueño de un talller de litografía, con sus ahorros y los de su esposa, una estilista capilar, le entregó a la empresa denominada Servitaxis 11 millones de pesos, el pasado 16 de junio. Le dijeron que una vez aprobado el crédito en 20 días hábiles le entregarían el carro, un Hyundai Atos.

"El pasado viernes me dijeron que me iban a entregar el carro. Fui a la oficina y tremenda sorpresa me llevé porque ya tenía dueño. Se me salvaron seis millones de pesos porque los tenía en un CDT y los iba a entregar el día en que me montara en mi carro", concluyó Rubén.

Por su parte, John Sierra vendió su taxi, Renault 9 modelo 97, con el fin de modernizarse con un Kia nuevo, por el que le cobraban 52 millones de peos. Dio 14 millones de pesos y le aprobaron el crédito para pagar el resto en 48 cuotas mensuales. "Quedé en la ruina y sin trabajo se lamentaba ayer John, mientras mostraba el registro de Cámara de Comercio de Servitaxis. "Uno es bobo. Cómo es que no veo que aquí dice que esta empresa tenía un capital de un millón y medio de pesos, cuando un carro tiene un costo superior a los 20 millones de pesos. Uno en medio de la euforia de carro nuevo no lee y vea lo que me pasó".

La que aparece como dueña de Servitaxis tenía otros cuatro almacenes de venta de taxis con diferentes nombres en Medellín, Envigado e Itagü

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