DeNunCianDo - Oficialismo:Los porqués de la negociación en medio de la guerra

Tregua temprana no garantiza el éxito, sostienen expertos.

Hace poco más de una década, en plena negociación de paz del Caguán, las Farc planteaban el cese del fuego como un punto de llegada y no de partida. Según decían, "tendrían que estar negociados y cumplidos al menos 8 de los 10 puntos de la agenda de negociación" y "el Gobierno tendría que controlar el paramilitarismo, reorientar la política neoliberal y suspender los despidos masivos". (Siga este enlace para leer: otros desafíos para la mesa de conversaciones).
Pero a este cuarto intento de paz llegan con la propuesta de dialogar en tregua. Y, a diferencia de otros procesos, esta vez es el Estado el que considera que el cese de acciones militares solo debe darse al final de una negociación. (Siga este enlace para leer: 'El país no debe exagerar el optimismo': De la Calle).
Aunque son muchos los colombianos que creen que no vale la pena negociar con la guerrilla si mantiene sus ataques, expertos en conflicto, analistas y militares retirados justifican plenamente la posición adoptada por el presidente Juan Manuel Santos. (Siga este enlace para leer: 'Iván Márquez', el dogmático de las Farc).
Varios argumentos le dan fuerza a esa determinación. A diferencia de los 90, hoy las Farc atraviesan por el peor momento militar de sus 50 años y están replegadas. Una tregua les daría un respiro y, dicen altas fuentes militares, "podría afectar su disposición de paz". Una segunda razón es histórica: tanto en los diálogos con el gobierno Betancur como en la zona desmilitarizada del Caguán, las Farc aprovecharon las negociaciones para reforzar su ******o militar. Lo que se suponía era una herramienta de paz terminó jugando a favor de la guerra. (Siga este enlace para leer: 'Que quede claro, tenemos voluntad de avanzar': Farc).
Una tercera razón es pragmática: el presidente Santos ha reiterado que al mantenerse las operaciones militares y la presión sobre la guerrilla durante la negociación, si el proceso no llega a buen puerto el país no habrá puesto en riesgo su avance en seguridad. (Siga este enlace para leer: 'Farc debe declarar cese unilateral de hostilidades': Enrique Santos).
Este año han muerto en combate 269 guerrilleros de las Farc y el Eln y van 1.837 capturados. Las Farc, como ocurrió esta semana con 'Danilo García' en el Catatumbo, han perdido cerca de 20 jefes de frente en lo que va del 2012. (Siga este enlace para leer: las señales detrás de la presencia de la viuda de 'Marulanda' en Cuba).
Andrés Molano, de la Universidad del Rosario, considera que la buena salud de un proceso de paz pasa por la construcción de confianza entre las partes, y dice que para ese objetivo "el cese del fuego debe ser una alternativa y no una condición". (Siga este enlace para leer: 'Marco para la paz es un despeje legal': congresista Miguel Gómez).
"Una tregua no garantiza el éxito de ningún proceso -agrega-. En esto no hay fórmulas, pero de entrada es más realista no arrancar generando demasiadas expectativas y permitir que los compromisos sean progresivos".
El proceso de Betancur tuvo tregua declarada entre marzo de 1984 y 1987. En ese lapso se produjeron hechos como la toma del Palacio de Justicia (cometida por el M-19, que también entró en la negociación) y el asesinato de centenares de militantes de la Unión Patriótica, el partido nacido de las negociaciones. Cada violación del cese del fuego fue minando la confianza del país frente al proceso, que se rompió por una emboscada contra una patrulla de soldados bachilleres en el Caquetá, ya en la administración Barco. (Siga este enlace para leer: un asunto de interés regional).
María Victoria Llorente, directora de la Fundación Ideas para la Paz, señala otras dificultades: "Las Farc no son el único actor armado ilegal en el país. Si se arranca con un cese del fuego, cualquier escaramuza podría poner en riesgo la mesa". Además, advierte Llorente, para garantizar el cese de fuegos deben discutirse previamente mecanismos de verificación y control. La mesa debe instalarse en Noruega el 8 de octubre y empezará de inmediato a discutir la agenda, algo que sería improbable si la atención se desviara hacia una tregua. (Siga este enlace para leer: la conexión noruega en los diálogos con las Farc).
Aunque el excomisionado de Paz Víctor G. Ricardo señala que la negociación sí debe avanzar hasta el silencio de las armas, lo cierto es que la posibilidad de que el proceso termine dándole oxígeno a una guerrilla acorralada generaría serias dificultades políticas, apenas empezando. (Siga este enlace para leer: 'Vocería política es una salida': Fernando Carrillo).
"El país no se puede permitir un cese al fuego cuando el diálogo que inicia es entre un Estado que ganó la guerra y un grupo derrotado", dice el general Harold Bedoya, excomandante de las Fuerzas Militares. Y el también general retirado Álvaro Valencia Tovar, una de las voces más respetadas en el estamento militar, señala que un cese de fuegos solo debería contemplarse "cuando el proceso avance y se vean pruebas reales de paz de la guerrilla". (Siga este enlace para leer: 'la justicia no será obstáculo para la paz': Corte Suprema).

Los antecedentes de este proceso también juegan en favor de la posición del Gobierno de negociar en medio del conflicto: los contactos se iniciaron con la bendición de 'Alfonso Cano', el máximo jefe de las Farc que murió en una contundente operación militar hace un año, y pese al golpe, esa guerrilla decidió seguir adelante y llegar a la etapa formal de negociaciones que se iniciará en menos de un mes.
La paz no se hace entre amigos: Santos
El presidente Juan Manuel Santos advirtió este sábado en Sincelejo que la paz se hace entre enemigos y no entre amigos.
"Precisamente, poner personas que están y que han estado en el combate nos garantiza que, si este proceso tiene éxito, haya bases sólidas para que la paz sea duradera", manifestó en defensa de los generales (r.) Óscar Naranjo y Jorge Enrique Mora como negociadores del Gobierno.