Tras las desastrosas inundaciones del pasado mes de agosto, Corea del Norte podría sufrir una hambre terrible parecida a la que azotó el país a finales del siglo XX, asegura Kim Hartzner, jefe de la organización humanitaria danesa 'Mission East'. Hartzner, cuya organización se ocupa de suministrar ayuda alimentaria a los niños, dijo a Reuters que existe una “probabilidad aumentada” de que se repita la crisis alimenticia de los 90, cuando más de un millón de norcoreanos murieron de hambre debido a una serie de desastres naturales. “La escala y el tamaño del desastre ha sido terrible”, comentó Hartzner en relación a las inundaciones que asuelaron el país el pasado mes de agosto cobrándose la vida de 169 personas, y dejando a más de 200.000 sin hogar. Hartzner, que visitó el estado norcoreano, constató la carencia de materiales básicos de construcción para restaurar las casas. Según él, los fuertes daños causados a los terrenos cultivables no tendrán un efecto inmediato, sino que se dejará notar en dos o tres meses. Tras visitar las regiones norcoreanas más afectadas por el desastre, Hartzner advirtió que las consecuencias en la producción de alimentos podrían ser muy graves si las cosechas de arroz y maíz se vieran afectadas. Los expertos estiman que tras la hambruna de los 90 Corea del Norte sigue sufriendo carencias constantes de alimentos, lo que tal vez se debe a la política económica duramente centralizada del gobierno del país, que impide a los agricultores aumentar su productividad. “Un 70% de los niños sufren desnutrición aguda”, asegura Hartzner, que visitó varios orfanatos. “Está claro que la gente está muriendo. Cuánta, es algo que no puedo responder”, afirma el experto. Sin embargo, a principios de agosto la ONU dijo que ahora Corea del Norte está lejos de sufrir una hambruna como la de los 90. Además, varios organismos internacionales informaron que tras las inundaciones las autoridades norcoreanas relajaron el grado de su tradicional aislamiento, facilitando el acceso a ciudadanos extranjeros al país. El problema del hambre sigue siendo uno de los más agudos para la humanidad. Según estima la ONU, en el mundo unos 900.000 millones de personas la padecen. Y no cesan los temores a una crisis alimenticia mayor, ya que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), los precios mundiales de los alimentos aumentan de forma significativa. Algunos expertos pronostican que la crisis alimenticia de 2007-2008 podría repetirse.