Estados Unidos promete conceder una amnistía a los funcionarios sirios que se pasen a la oposición y liberarlos de sanciones, tal y como han hecho con el ex primer ministro desertor Riad Hiyab. Washington sigue de esta forma con su plan estratégico para configurar un nuevo Oriente Medio, ya que Siria es “el punto neurálgico” de esta estrategia que persigue un objetivo global, afirma el analista político Miguel Guaglianone. “Tener un Gobierno prooccidental en Siria permitiría que el estado de Israel pudiera controlar absolutamente la zona de Oriente Medio”, explica el experto el sentido del plan estadounidense. Guaglianone alega que los esfuerzos de la ONU, que está buscando un nuevo mediador para la región tras la dimisión de Kofi Annan, "no va a cambiar la situación de intervención armada que existe en Siria". Instaurar en países soberanos gobiernos favorables a Estados Unidos tumbando los regímenes desfavorables “fue el modelo que se usó en Irak, que se está usando en Afganistán y es el modelo que está operando en Libia”, recuerda el experto. En todo este asunto, lamenta Guaglianone, la voluntad del pueblo sirio no se tiene en cuenta en absoluto, ya que se trata de “la necesidad de Estados Unidos de mantenerse como potencia unipolar”. Tal necesidad existe porque, debido a la grave crisis interna, Washington ha venido perdiendo cada vez más influencia en la zona, concluye.