Las autoridades sanitarias de Estados Unidos están esforzándose por averiguar todos los detalles de la carrera laboral del técnico médico ambulante David Kwiatkowski, acusado a finales de julio de causar intencionalmente un brote de hepatitis C en Nuevo Hampshire. Luego tendrán que realizar pruebas médicas a decenas de miles de personas para comprobar quién puede estar contagiado.

Hace dos años a Kwiatkowski le diagnosticaron presuntamente hepatitis C, pero la fecha en la que resultó infectado en realidad no se conoce. Por el momento se sabe que durante los últimos cinco años el hombre ha trabajado en 13 hospitales en 8 estados del país.

Ahora se le imputan cargos por robar drogas anestésicas y utilizar jeringuillas que luego empleó en pacientes. Una vez arrestado en Nuevo Hampshire, se ha confirmado definitivamente el contagio de 30 personas: a estos pacientes les ha sido diagnosticada la misma cepa de hepatitis C que tiene Kwiatkowski. Unas 4.700 personas más -esta es la cantidad de pacientes que habían pasado por el laboratorio cardiaco, los quirófanos y los cuidados intensivos del hospital de Exeter de Nuevo Hampshire cuando el sanitario trabajó allí en estos tres espacios- están todavía esperando que se les hagan las pruebas.

Tomando en cuenta que las potenciales víctimas en otros estados del país aún están por identificar y que, muy probablemente, una parte de ellas ni se dio cuenta de que se contagió con el virus y, por lo tanto, no tomó medidas de precaución en sus relaciones con otras personas, es posible que en un futuro muy próximo el número de víctimas del sanitario aumente en varios centenares.

“Prácticamente estamos hablando de una epidemia”, dice Elenore Casey Crane, fundadora de Patients Speak, organización que representa intereses de varias víctimas del sanitario en Nuevo Hampshire. Por el momento, se desconocen los motivos del comportamiento de Kwiatkowski. En el caso de que la corte le declare culpable de los cargos que se le imputan, le esperan hasta 24 años de prisión. La Hepatitis C es una infección viral que se transmite a través del contacto con la sangre contaminada y está considerada como una de las enfermedades más graves y más difíciles de tratar. Según la cifra oficial, en EE.UU. causa más fallecimientos anuales que el VIH.