Varios aspectos para comentar:

Ingenuidad: Bien por la “Minga de resistencia por la autonomía y armonía territorial y por el cese de la guerra”, pero esto sería posible si se tratara de la guerrilla de los sesentas y setentas que tenían un ideario político, pero que hoy, aunque persisten algunos temas en su agenda, se han convertido en una organización narcotraficante, violadora del DIH, que no va a perder el territorio que les permite cultivar, procesar y exportar la droga simplemente por respeto a los indígenas. Se trata de negocios no de ideales y en estos casos prima el bolsillo. El Sexto Frente de las Farc seguirá hostigando a la población civil para restarle apoyo al ejército y cambiar en su favor la ecuación de la guerra.

Miopía política: Como si los demás colombianos fuéramos españoles puros y ellos los únicos con derecho al territorio colombiano rechazan la presencia de la insurgencia y el ejército "porque estos territorios son nuestros desde tiempos inmemoriales. Si hoy están dentro de la República de Colombia es porque desde la conquista española nos las han venido robando.". Colombia es un país heterogéneo donde también habitan comunidades negras, pero sobre todo, la mayor parte de los colombianos somos mestizos, mezcla de indio, negro y blanco. Y por fortuna habitan en este país varias culturas como la caribe, la paisa, la santandereana, la llanera y salvo algunos delirantes, cada quien aporta para enriquecer al país. El problema que hoy tienen los indígenas es que no se consideran colombianos y mientras se crean una isla, seguirán vistos como extraños, prohijando la discriminación y el aislamiento. Lo curioso es que son indios para gobernarse pero colombianos para buscar ayuda.

Pacifismo. Esto hay que resaltarlo. Tienen claro el objetivo final, aunque el camino para llegar allí aún no lo descubren. Aciertan cuando le señalan a Timochenko que hay que "terminar la guerra y empezar ya una negociación política para terminar el conflicto; es imprescindible para construir la paz". Igualmente, cuando tienen una visión de país al indicar: "Entiendan que Colombia es más, mucho más, que la guerrilla y el ejército, y que la paz debe ser una construcción de todos y todas las colombianas.".

Documento contradictorio, pero con una conclusión válida que se aplaude. hay que construir caminos de paz a través del diálogo. Esto lo quiere el país, salvo los extremos políticos. La guerrilla demuestra día a día que quiere seguir la guerra sin importar los métodos. Al fin y al cabo es su negocio. Sin la guerra no tendrían razón de ser.