Río revuelto, ganancia de corruptos (a propósito de la fallida reforma a la justicia)

Río revuelto, ganancia de corruptos (a propósito de la fallida reforma a la justicia)

por Heráclito

Ahora que el país está indignado con justa razón por las tropelías cometidas contra la Reforma a la justicia, los oportunistas de siempre han encontrado una ocasión propicia para colarse y pescar en río revuelto, llamando a convocar una constituyente como la solución más viable para poner a marchar a la justicia.

Hay otras soluciones, claro, como la de aceptar las objeciones de Santos, aprobar las buenas medidas que tiene la Reforma y desechar las cuestionadas, o la de hundir el proyecto que es, al parecer, la que al final se va a tomar, con la ventaja de que se empezaría de cero, quedando resuelto el problema definitivamente, impidiendo una movida política.

Y es que si sólo se aprueba una parte, el problema quedaría vivo en este país de abogados dando lugar a múltiples interpretaciones como la de si se puede hacer en sesiones extras, o de si se puede negar en conciliación lo aprobado en los ocho debates, o de si se está rompiendo la esencia de la Constitución, y así hasta el infinito.

Pero se dio papaya y los enemigos de Santos, o lo que es lo mismo, los amigos de Uribe, con éste a la cabeza, recogieron la idea delirante de Luis C. Restrepo sobre una Cosntituyente, al extremo de proponer, como lo hace el representante conservador Juan Diego Gómez Jiménez, de revocarle el mandato a los tres poderes, porque "El Estado está en crisis y tenemos que volver a ordenarlo todo":

Cita:

“Tenemos un número de congresistas investigados, muchos magistrados investigados también por la Contraloría y varios exministros también cuestionados, así que el Congreso, el Ejecutivo y la Rama Judicial deben ser objetos de esta iniciativa”,

El propio Uribe, no sólo apoya la Constituyente, sino que deja en claro el por qué de su disgusto. No es porque los congresistas hayan legislado en causa propia, porque hayan atacado la propia Constitución, porque hayan buscado blindarse ante futuros procesos judiciales. Su ira es porque Santos llamó la atención sobre la caída de los procesos contra sus fieles alfiles:

Cita:

“¿Qué se puede pensar de un presidente como Santos que impulsa una reforma, presiona su aprobación y enseguida, con toda la mala condición, dice que no se puede permitir la excarcelación de ex funcionarios de AIS y Chuzadas?”

Es cierto, tenemos un congreso corrupto y los colombianos están indignados por su descaro, pero en aras de recomponer el camino no podemos terminar en el trecho equivocado permitiendo que los huérfanos del poder se apoderen de la Constituyente, y por medio de ella se tumbe al Gobierno y se promulgue una nueva Constitución que le permita el regreso al poder a Uribe.

Un grave tropiezo donde jugó la inpetitud del ministro Esguerra, la mediocridad de Simón Gavria, las componendas de los conciliadores y los tratos por debajo de la mesa, no puede hacernos olvidar las buenas cosas que está haciendo la actual administración como tampoco la corrupción de la pasada.