La falta de refugios para niños inmigrantes ilegales obligó a trasladar a un centenar de menores detenidos por la Patrulla Fronteriza de EE. UU. a una base de las Fuerzas Aéreas en Texas.

Los niños, que provienen de Guatemala, El Salvador, Honduras y México, fueron detenidos en diferentes momentos y lugares, y trasladados a la Base de las Fuerzas Aéreas de Lackland.

Aunque Brent Boller, un portavoz de Lackland, dijo al periódico San Antonio Express-News que la base “simplemente da alojamiento temporal” a estos chicos, lo cierto es que finalmente las agencias federales tienen que recurrir, como en este caso, a albergues temporales mientras esperan resolver la situación de ilegalidad de los pequeños.

Además, las leyes actuales del país no garantizan que estos niños tengan un abogado durante la audiencia que determina si serán repatriados o no, por tratarse de procesos de deportación y asilo, lo cual dificulta que puedan defender su propio caso. De hecho, en 2011, casi la mitad de todos los niños acogidos no contaban con ningún tipo de representación ante el juez, según informó Elaine Komis, portavoz de la Oficina Ejecutiva de Revisión de la Inmigración en el Departamento de Justicia.

Lavinia Limon, presidenta de la Comisión para Refugiados e Inmigrantes de Estados Unidos, indicó que la Patrulla Fronteriza detiene a la mitad de los niños que cruzan la frontera. Además, agregó que la mayoría de los que se ponen en contacto con su organización de manera voluntaria huyen del reclutamiento forzado por parte de bandas o para la prostitución.

Otras organizaciones que reciben subvenciones del Gobierno para cuidar niños en sus refugios supervisarán la base de las Fuerzas Aéreas para asegurarse de que ésta cumple con los requisitos necesarios para albergar a niños.