La de Medellín ha sido una lucha valerosa

El alcalde Gaviria dice que resulta doloroso que artículos parcializados desconozcan logros de la ciudad.

MEDELLIN. Recientes artículos de medios extranjeros sobre la seguridad en Medellín son una expresión de "periodismo carroñero". La ciudad experimenta recrudecimiento de la criminalidad en unos sectores del Occidente, pero no se pueden desconocer sus avances ni que la ciudadanía y su gobierno han demostrado valentía para enfrentar la realidad que les tocó vivir.

Esas apreciaciones del alcalde, Aníbal Gaviria Correa, hacen parte de una vigorosa defensa de la transformación de la ciudad, en la que asegura que ni el número de sicarios que actúan es el que dicen y que la tasa de homicidios hoy es igual o menor que la de muchas urbes del tamaño de Medellín.

Independiente de donde provengan combos y bandas, de sus pactos o sus guerras, Gaviria sostiene que su compromiso es seguirlos atacando.

¿Las publicaciones que retoman el tema de la seguridad son coincidenciales o hay algo más, cuando se trata de contenidos negativos?

"Cuando salió el primer artículo uno tiene el derecho a pensar que fue circunstancial. Cuando aparece el segundo, muchos empezamos a decir qué está pasando, porque hay una situación contradictoria. No se reconocen dos aspectos de gran significado y que generarían una imagen diferente a la que han querido dejar. Primero, es el contexto de las transformaciones que ha vivido Medellín en los últimos años en todos los ámbitos: social, económico y de lucha contra la violencia. Y segundo, extrañamente desconocen los excelentes resultados logrados este año en la disminución de actividades delictivas, específicamente de homicidios, superior al 50 por ciento, con una tasa de 40 por cada 100.000 habitantes, que es igual o menor a la de muchas ciudades del tamaño de Medellín y que es 10 veces menor a la tasa que tuvo la ciudad hace dos décadas, en las más duros días del narcotráfico, que pareciera ser el pasado en el que se quedaron esos artículos".

¿Pero no cree que puede ser una buena oportunidad para abordar el tema del sicariato, así se haya reducido?

"Partimos de que nunca hemos tratado de maquillar ni de negar u ocultar realidades difíciles de la ciudad. Por eso, y es otra gran casualidad y contraste, estamos creando la Secretaría de Seguridad para focalizar más el ataque a todas las actividades delictivas: bandas, combos, microtráfico, extorsión. Continuamos con las políticas que han sido exitosas en la disminución, y además las reforzamos".

¿Cree que la Secretaría si es la solución?

"Esa Secretaría va a ejecutar un plan de seguridad en estos cuatro años, que ajustamos con el gobierno nacional y que incluirá, entre otras líneas, una importante inversión en tecnología para la seguridad, un consolidado apoyo a los organismos de seguridad y a la fuerza pública, el laboratorio de criminalística para mejorar la investigación y con ello aumentar los niveles de ataque a la impunidad, que es el principal alimento del delito. Dentro de ese plan avanzará en las estrategias, en conjunto con la Policía y el Gobierno, para el ataque a las bandas en dos frentes: las cabezas y la financiación de las mismas".

¿Más que nueva estructura administrativa, será un cambio de estrategias?

"Es una focalización en las estructuras, pero no diría que un cambio en la estrategia, sino un mejoramiento y perfeccionamiento para que los resultados sean todavía más contundentes que los que estamos teniendo".

¿En cuanto al sicariato, la administración tiene estimativos sobre los hombres en armas que puede haber?

"Estos artículos están llenos de imprecisiones, desactualizados, hablan de temas de hace 8 o 10 años. Tienen entrevistas y fotos de hace dos o tres años. Aparecen publicados hoy y no le aclaran a los lectores cuándo fueron unas y otras. Tampoco dan una información contrastada con otras fuentes conocedoras del tema, sino unilaterales, interesadas en muchos casos. Es un periodismo carroñero que puede que venda mucho, con seguridad hace mucho daño, pero no es un periodismo que muestre la realidad de Medellín.

Parte de esas imprecisiones, el de los supuestos 5.000 sicarios. Las informaciones que hoy tienen la Policía y organismos de seguridad es de unos 3.000 a 3.500 integrantes de los llamados combos y bandas, pero la denominación de sicario tampoco es la que les cabe, porque en esos integrantes hay muchos que cumplen funciones distintas, pero no la denominación exacta de sicario. Lo que uno sí puede decirles a la ciudad y al mundo es que el número ha disminuido desde hace 20 años".

¿Están identificados los sectores más vulnerables de la criminalidad y hay tareas específicas para enfrentarlos?

"La información que tenemos sobre homicidios y delitos de alto impacto está claramente georeferenciada y comparativa con años anteriores desde el punto de vista numérico y porcentual. Ha sido motivo de discusión en consejos de seguridad y en reuniones con el comandante de la Policía y el secretario de Gobierno, que hay recrudecimiento de acciones violentas en el Occidente. Lo hemos identificado en San Antonio de Prado, la parte alta de Belén, Altavista, la Comuna 13. Y tomamos las medidas desde la prevención y la atención. Un ejemplo, hace 15 días se adelantó una operación en Altavista con la captura de 20 personas en respuesta a ese incremento de la actividad delictiva".

¿Por presencia de quiénes?

"Muchos dicen que hace parte de la llegada supuesta de "los Urabeños" por ese sector. Algunos dicen que sí, otros que no. Yo he dicho en consejos de seguridad y públicamente que no me interesan los nombres ni de los delincuentes ni de las bandas. Llámense como se llamen, los vamos a atacar cada vez más duro. Independiente de los pactos o guerras que se produzcan entre ellos, la autoridad tiene la obligación de atacar el delito, provenga de donde provenga".

¿Y qué poder le queda a la Oficina en Medellín?

Reitero, independiente de nombres, vamos a seguir atacando las actividades delictivas. Estas bandas y actividades mutan. Hace 20 años la cabeza era Pablo Escobar. Posteriormente era "don Berna", y así han caído y seguirán cayendo, más allá del origen o territorio que estén ocupando o intenten hacerlo.

¿Acaso no es suficiente lo hecho en lo social, cuando los críticos se enfocan más en las falencias?

Para un gobierno como el nuestro que tiene dos grandes prioridades: alcanzar mayores niveles de respeto por la vida y de equidad, es doloroso leer y percibir la tergiversación que estos artículos presentan como información ante el mundo. Esos dos frentes son los que la ciudad ha atacado, en los que ha conseguido avances y en los que estamos comprometidos para lograr mejores resultados en los próximos cuatro años

En lo social es imposible para un buen analista de las realidades de Medellín desconocer los avances en los últimos ocho años, en aspectos como los colegios de calidad y las bibliotecas en los sectores olvidados, el programa Buen Comienzo, Medellín Solidaria con 45.000 familias de los más bajos recursos atendidas, los programas conjuntos de Gobernación y Alcaldía en términos de desplazamiento, con liderazgo del municipio en el retorno a San Carlos como ejemplo internacional, el de becas de EPM con las universidades..."

¿Son suficientes los aportes del sector privado, de la academia o la iglesia, para lograr la pacificación de la mano con el desarrollo o se tienen que fortalecer?

Totalmente de acuerdo. Le recuerdo con cariño y convicción una frase de mi posesión como Gobernador hace ocho años, que reiteré como Alcalde. Aquí muchos han puesto bastante, otros han puesto mucho, otros poco, hay unos que no solo ponen, sino que quitan, pero lo que está claro es que todos tenemos que poner más.