La Fiscalía de Río de Janeiro denunció este miércoles ante la justicia a la petrolera estadounidense Chevron y a 17 personas, entre ellas su presidente en el país, por "delito ambiental" por el derrame petrolero ocurrido en noviembre que aún persiste a 370 km al noreste de Río de Janeiro.

A través de un comunicado, el organismo gubernamental indicó que "los cargos están basados en las conclusiones de la investigación de la policía del accidente del 7 de noviembre de 2011, que ocurrió porque los acusados no respetaron los protocolos de seguridad".

La Fiscalía denunció puntualmente a las empresas Chevron, Transocean (propietaria de los equipos de la plataforma) y a 17 personas por delito ambiental y daño al patrimonio público en virtud del derrame.

El organismo pide 31 años y 10 meses de prisión (la pena máxima solicitada en la denuncia) para el presidente de la empresa en Brasil, George Buck, no sólo por “dificultar la acción fiscalizadora del poder público (al) presentar un plan de emergencia engañoso" sino también por "alterar documentos presentados a las autoridades".

El derrame "afectó todo el ecosistema marítimo, pudiendo llevar a la extinción de especies, y provocó un impacto en las actividades económicas de la región, además de daños al Estado, una vez que el derrame todavía está en curso", añade la fiscalía.

El Ministerio Público solicitó además la congelación de todos los bienes de los demandados, entre los que hay 11 altos ejecutivos y empleados de Chevron, cinco de Transocean, y una analista ambiental a quien la Policía acusa de almacenamiento irregular y procesamiento de productos tóxicos del derrame.

También exigió el pago de una fianza de un millón de reales (unos 550 mil dólares) para cada persona y 10 millones de reales (unos 5,5 millones al cambio) para cada empresa.

Chevron calificó en un comunicado de "escandalosos y sin fundamento" los cargos y aseguró que "defenderá vigorosamente" a sus empleados ante esta acción penal.

"No hay evidencia técnica o de hecho que demuestre una conducta intencional o negligente por parte de Chevron o sus empleados asociados con el incidente", indicó la nota de la empresa, que sostiene además que no hubo "impacto en la vida marina" por la fuga.

"No hay petróleo en la costa de Brasil, ninguna persona fue herida y no hay base técnica para señalar que exista algún riesgo para la salud humana", destacó Chevrón.

El derrame de unos tres mil barriles de petróleo se produjo en noviembre pasado en el bloque de Campo do Frade, 370 km al noreste de Río de Janeiro.

La semana pasada la Justicia brasileña emitió una orden que impide a la cúpula directiva de Chevron salir del país.

En su defensa, el grupo aseguró que "ha colaborado completamente y de forma transparente con todas las autoridades competentes del Gobierno brasileño" para esclarecer lo sucedido en el Campo de Frade, la concesión donde ocurrió el derrame, que se encuentra en la mayor cuenca petrolera de Brasil.