El presidente de Afganistán, Hamid Karzái, ha reconocido que su país está "en una situación límite" debido a desinterés demostrado por EE.UU. a la hora de cooperar en la investigación de la matanza en Kandahar, supuestamente cometida por un soldado norteamericano.

Karzái dijo este viernes que la delegación afgana encargada de investigar la masacre de 16 civiles, en su mayoría mujeres y niños, no recibió el respaldo esperado de los funcionarios estadounidenses.

El único sospechoso 'oficial' de la matanza fue evacuado esta semana a Kuwait, donde evitará eventuales acciones de la justicia afgana. Su abogado, en tanto, lo describió como una persona "afable".

La salida del presunto autor de la matanza indignó a las autoridades afganas, que exigieron que el militar sea juzgado en Afganistán. Mientras tanto la comisión parlamentaria afgana que investiga el caso cree que "en la masacre […] participaron de 15 a 20 militares estadounidenses" y no uno, como asegura el Pentágono.