Acusado de perpetrar crímenes contra la humanidad en Uganda y otros países africanos, luego de una campaña en su contra en un video viral difundido en Internet se convirtió en uno de los hombres más repudiados por la comunidad global.

Joseph Kony, el hombre más buscado del momento - AP
No en vano se cataloga a África como “el continente olvidado”. Hasta hace una semana atrás la mayoría de la población mundial ignoraba la existencia de Joseph Kony y de sus atrocidades, sin embargo, a través de un controvertido video viral publicado por la ONG estadounidense “Invisible Children”, que superó las 57 millones de visitas, el accionar de este individuo llegó a estremecer a los espectadores de los cinco continentes. En pocos días y en muchas naciones se recordó que en este “continente olvidado” también hay gente que sufre y muere por causas totalmente injustificadas, que existe un país que se llama Uganda, y que día tras día lucha por la supervivencia de sus hijos en tierras infectadas por el odio y la desidia.




Si bien el documental que causó furor en la web sembró cierta polémica, tanto por la sospecha de irregularidades en el manejo de los fondos de la ONG que lo produjo y lo difundió, como por los recursos utilizados para persuadir al espectador, y que por supuesto no son datos para perder de vista, por otra parte contribuyó a generar un mayor interés en la comunidad internacional por defender la vida y condenar a todo aquel que la menosprecie.

Pero para lograrlo hay que informarse, y para saber con profundidad quién es Joseph Kony, dialogamos en forma exclusiva con Benon Oluka, un periodista ugandés, que ha estado cubriendo esta causa desde el año 2004. Para explicarnos esta historia se remontó al pasado, indicando que desde que Uganda se independizó del Reino Unido en octubre de 1962 nunca se logró una estabilidad permanente en la región. Su actual presidente Yoweri Museveni asumió en 1986 y fue reelegido en reiteradas oportunidades, por supuesto que, como en la mayoría de los países africanos, los procesos electorales no se caracterizan por la transparencia, y de hecho esa es una de las principales razones que vienen motivando a las revoluciones en África y Medio Oriente.

En el marco de esta inestabilidad institucional y en medio de golpes de estado y guerras civiles que viene azotando a la nación en el tiempo, se fueron formando diversos grupos guerrillerosque intentaron derrocar al gobierno, uno de ellos es el LRA (Lord's Resistance Army) en español conocido como el “Ejercito de Resistencia del Señor”, liderado justamente por Joseph Kony. Desde finales de 1987, cuando conformó la agrupación, Kony viene atemorizando a gran parte de la población de Uganda, y si bien en un principio su ambición era derribar al poder ejecutivo, con el paso de los años y al no lograr conseguir su meta, perdió de vista su objetivo y continúo cometiendo atrocidades sin sentido alguno.

Su accionar es perverso, macabro y extremadamente cruel. Oluka nos contaba que como a Kony le era difícil reclutar gente que quisiera luchar en su Ejército, comenzó a secuestrar chicos de las escuelas y de las aldeas, llegaba con su gente, se apoderaba de los menores y los obligaba a matar a sus padres a sangre fría. A los niños los forzaba a convertirse en sus soldados, a las niñas las violaba, las transformaba en esclavas sexuales y algunas de ellas en sus esposas, se presume que llegó a tener más de 60 esposas y cerca de 50 hijos. Debido a que los ataques de Kony se perpetraban generalmente a la madrugada, los niños solían agruparse y caminar más de 10 kilómetros para pasar la noche fuera de la aldea, buscaban un lugar seguro y dormían todos juntos en el suelo y a la intemperie, esa es la razón por la cual son llamados los “viajeros nocturnos”. Benon Oluka afirma que sus embestidas se producían en el norte de Uganda, en los distritos que limitan con Sudán, puesto que en este otro país se encontraba la base
de operaciones del LRA, que contaba con el apoyo del gobierno sudanés. Se cree que la cifra de menores secuestrados supera los 40.000, y suman otras miles las personas asesinadas por su organización.

Actualmente Kony dejó de ser el demonio en Uganda, expulsado por las milicias ugandesas. La situación allí se normalizó en 2006, cuando se trasladó y desde entonces continúa operando de la misma manera en el sur de Sudán, en la Republica Democrática del Congo y en la Republica Centroafricana, donde ya no solo secuestra niños sino que ahora está interesado en que los adultos también vivan en cautiverio bajo sus mandatos.

Si bien Joseph Kony ocupa el primer lugar en la lista de personas con pedido de captura de la Corte Penal Internacional, e incluso Estado Unidos ha enviado en 2011 un total de 100 asesores militares, aún nadie ha podido detenerlo, vive muy bien camuflado en los bosques tropicales centroafricanos, liderando su Ejército para continuar faltándole el respeto al género humano.

“Kony 2012”, el documental de 30 minutos publicado en Internet, ha generado un gran revuelo en la opinión pública internacional, y aunque no hay que olvidar que varios aspectos de la ONG, con sede en California, parecerían no estar demasiado claros y algunas cifras mencionadas no serían las correctas, esta semana la popularidad del video provocó que el gobierno de Uganda se pronunciara al respecto y fortaleciera su compromiso de capturar a Kony “vivo o muerto”, según declaraciones del Ministro de Defensa a la agencia Reuters.

Por otra parte, se volvió a confirmar el poder de propagación y convencimiento que tienen las redes sociales, que bien utilizadas pueden llegar a ser un instrumento clave a la hora de destruir infiernos como los que construye Kony y tantos otros personajes siniestros que desafortunadamente continúan atentando contra la evolución de la humanidad.