DeNunCianDo - En Segovia, los niños abandonan las escuelas en busca del dinero de las minas

En Segovia, salen niños de las escuelas a trabajar en las minas

La deserción estudiantil en Antioquia, en educación media, asciende al 46 por ciento, en el caso del municipio del nordeste, la cifra sube al 63 por ciento. Trabajo informal es el culpable.

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POR DANIEL RIVERA MARÍN | Publicado el 5 de marzo de 2012- El Colombiano

Las piedras que les sobran a los mineros en Segovia, significan arroces para Maryoris. Se sienta sobre un bulto de escombros a esperar a que de esa boca negra suban la carreta con los desperdicios.

Tiene 18 años y 60 días de su segundo embarazo, porque ella quiso ser mamá joven. Coge las rocas y las lava, les va buscando pequeños puntos de oro, puntos que le van juntado pesos. En seis semanas buenas se puede ganar entre 600 y 800 mil pesos, "eso me da para ir viviendo y debiendo".

Es chatarrera. Lo es desde que su papá se fue de la casa y nunca más se volvió a aparecer ni en cuerpo ni en dinero. Tenía 12 años, y así llegó a la mina, o al menos, a la puerta del socavón. No siguió estudiando porque quedó en embarazo y porque se dormía en clase -cuenta entre risas-.

Juan* y Camilo*, dos niños de ocho años, acompañan de cuando en vez a sus madre a chatarriar . Eso sí, siempre el fin de semana, cogen la batea y buscan el oro entre la arena. La lavan. Alberto, que se para al lado de la cueva esperando lo que llega desde el hueco, dice con desparpajo que ni él sabe hacer eso.

Descansando. Sentado. Sin camiseta, con una cadena gruesísima que parece de oro, pero no, y fumando mientras tose y tose, Andrés se refresca para volver a entrar a la mina. Trece años lleva en las mismas, todos los días, cuando era un adolescente -ahora cuenta con 26 años- se metió por primera vez al socavón. Claro, se asustó. Pero de temores no se vive. Siente que le quedó faltando estudio, que con su segundo de primaria no fue suficiente, "porque a veces uno quiere otro trabajo".

Deserción en Segovia
Datos de la Secretaría de Educación de la Gobernación de Antioquia muestran que en el municipio del nordeste del departamento hay 9.864 personas en edad escolar; entre ellos están desescolarizados 1.570.

En Segovia, la cobertura en preescolar llega al 86,09 por ciento; en primaria al 114 por ciento; en secundaria (hasta noveno), es del 69,83 por ciento; y, finalmente, la cifra de la preocupación, a décimo y once solo llega el 37,15 por ciento de la población.

Johny Alexis Castrillón Salazar , alcalde de Segovia, sabe que la minería es el sustento del pueblo, que los pequeños mineros representan más de 200 años de tradición y que hay que apoyar la industrialización de esos más de 200 socavones; pero, con igual firmeza, sabe que ahí, están algunos de los niños que dejan puestos vacíos en el aula.

"Es una situación complicada, porque yo soy segoviano y también la fiebre del oro, en algún momento, me sacó de la educación. Ahora, el problema es más grande en un pueblo de estos donde la violencia ha dejado a tantas personas sin padres, los muchachos desde muy jóvenes les toca salir a trabajar, aprenden, incluso, desde los 10 años, y una vez ven el dinero, es muy difícil recuperarlos", confiesa el Alcalde con cierto dolor.

La inspectora del Trabajo en la región, Marla Uribe Velásquez , que llegó en 2007 al municipio con la meta de hacer menguar el trabajo infantil, está de acuerdo con el gobernante, "este es un problema de la idiosincrasia segoviana".

Cuenta que ha detectado que la iniciación de los menores en el trabajo minero se debe a varios factores como que en vacaciones el padre se lleva al niño para que no se quede solo en la casa, o la misma pobreza los lleva hasta el oficio, más cuando son familias disfuncionales, o si el infante no quiere seguir estudiando lo mandan a la mina, "para que vea que eso no es tan fácil, dicen".

Según el último estudio realizado por el Departamento Nacional de Estadística (Dane), entre 2007 y 2009 el trabajo infantil en Colombia aumentó en un 34 por ciento. En total, son 1.050.147 menores los que trabajaban en condiciones irregulares. En el reporte figura que la minería se lleva el 0,5 por ciento de estos pequeños, lo que se traduce en 5.250 niños.

Jorge Giraldo Ramírez , decano de la Escuela de Ciencias y Humanidades de Eafit, que hace poco hizo parte de un estudio sobre la minería en el departamento, cree que a los factores culturales y de tradición, se suma la bonanza del oro en el mundo. "En los últimos cinco años el metal no ha bajado de 1.500 dólares la onza". Asegura que esa demanda trae una presión sobre la población que se cree apta para las labores.

El académico manifiesta que "uno pudiera decir que esto es más atractivo que la coca para la gente que busca dinero rápido. Porque se paga mejor, es informal, pero todavía no está criminalizado".

Oferta educativa
Hace 25 años Segovia tenía 20 mil habitantes, hoy son más de 50 mil. Y aunque la cifra se dobló, y muchas cosas han cambiado en el pueblo, la infraestructura educativa se ha mantenido como detenida en el tiempo. Quieta. En la Institución Educativa Santo Domingo Savio, que es la principal del municipio, tienen una sobrepoblación de 300 alumnos.

Para Juan Carlos Puerta Mejía , director de Educación, Cultura y Deporte de la Alcaldía de Segovia, este es un punto clave para atraer a los muchachos al sistema escolar, "porque el 65 por ciento de nuestra población es menor de 25 años". Cree que con unos buenos espacios la educación será más atractiva.

Precisamente, Felipe Andrés Gil Barrera , secretario de Educación del departamento, evidenció que "recibimos la infraestructura escolar en muy mal estado y ahora nuestra apuesta es por los Parques Educativos, para integrar las aulas con lo digital, la investigación y la educación superior".

Por otro lado, los dos funcionarios coinciden en que la poca fuerza que tiene la educación superior en Segovia ha ayudado a aumentar el drama de menores trabajando en las minas.

Y es que el Sena, por ejemplo, ni siquiera tiene una sede en el municipio, la más cercana está en Puerto Berrío, por lo que, quienes reciben clases allí, lo hacen en salones que prestan los colegios cuando pueden; de eso se queja Jeison Sánchez , de treinta años, que está estudiando en el Sena Tecnología en Supervisión de labores mineras. Cuenta que no han podido ver, en un año y medio, una materia para la que necesitan computadores, y todo porque no hay dónde.

Él también trabajó en las minas, eso sí, una vez cumplió los 18 años. Durante cuatro años estuvo en el socavón, pero sufrió varios accidentes, y también se le bajó la fiebre del oro, al ver que sus sueños no pasaban de las rocas.

Aunque el panorama aún no es muy claro, y menos con la educación superior, Felipe Andrés Gil asegura que las condiciones cambiarán en el nordeste, y "el Sena es un gran protagonista de eso, pues tienen entre sus planes a corto plazo, hacer un centro minero de formación, ahí tenemos una tremenda esperanza".

Como cuando el minero entra a la cueva, donde poco ve, la educación en Segovia tiene más trabajo y sueño que realidades. Historias de personas que empezaron buscando oro entre las rocas son muchas, las de profesionales, son pocas, pero entre la fibra piedra se ve brillar, el oro.

* Nombre cambiado.