Con la puesta en marcha de las nuevas y mucho más potentes centrífugas de enriquecimiento de uranio, Irán podría crear armas nucleares en unos 9-12 meses, aseguran expertos occidentales.

Irán instaló este miércoles la primera placa de combustible nuclear de fabricación nacional en el reactor de investigación de Teherán en una ceremonia solemne que contó con la participación activa del presidente Mahmud Ahmadineyad. Paralelamente los medios de la república islámica anunciaron la puesta en marcha de centrífugas de cuarta generación para enriquecer el uranio en la planta nuclear de Natanz.

Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OEAI), la colocación de la placa nuclear completa el ciclo de investigación, producción y utilización de la energía nuclear en Irán.

A juicio de los expertos del OEAI, las nuevas centrífugas tipo Ir-4, junto con las Ir-2 ya disponibles, podrán aumentar la rapidez de enriquecimiento en tres veces.

A comienzos de febrero el general Aviv Kochavi, jefe de la inteligencia militar israelí, dijo tener “pruebas” que demuestran que Irán dispone de más de cuatro toneladas de uranio enriquecido a un 3,5% y cerca de 100 kilos de uranio enriquecido al 20%, material nuclear suficiente para fabricar cuatro bombas atómicas.

“Si estos se enriquecen más, a un nivel del 90%, sería suficiente para la fabricación de cuatro bombas atómicas”, advirtió el general. “Cuando Ali Jamenei (el líder espiritual de Irán) ordene fabricar la primer arma nuclear lo harán, según creemos, en el transcurso de un año”, agregó.

Instalaciones nucleares protegidas

A finales de 2011 Fereydoun Abbasi-Davani, responsable del programa nuclear de Irán, anunció que las autoridades del país se disponían a ordenar el traslado de las instalaciones de enriquecimiento al 20% de Natanz a la planta subterránea de Fordu, aún en construcción. Abbasi-Davani comentó que tal decisión se debía a la insuficiente protección de las instalaciones de Natanz, vulnerables a posibles ataques de EE. UU. y de sus aliados.

Al mismo tiempo el responsable del proyecto reiteró que “todas las instalaciones nucleares iraníes, incluyendo las de Fordu”, se encuentran bajo el completo control del OIEA, cuyas cámaras siguen la situación 24 horas al día.

Sin embargo, el sexteto de mediadores internacionales formado por Rusia, China, EE. UU., Francia, Reino Unido y Alemania trata de lograr la suspensión de enriquecimiento de uranio en cumplimiento del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP), del que Irán es firmante.

Las negociaciones quedaron suspendidas en 2009, año en que el OIEA acusó a Irán de proceder a la construcción de la segunda planta de enriquecimiento e instó a Teherán a confirmar su compromiso de no emprender la construcción de otras instalaciones nucleares.