DeNunCianDo - Servicios de pediatría, pacientes moribundos

Médicos culpan a EPS y Gobierno
Servicios de pediatría, pacientes moribundos
Por: Carolina Gutiérrez Torres

En por lo menos seis departamentos se ha presentado la clausura sistemática de camas para la atención de niños.

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La Clínica Pediátrica Eusalud de Kennedy tiene planeado el cierre total a mediados de diciembre. El centro registra 30.000 atenciones al año. / Gabriel Aponte

En medio de las movilizaciones estudiantiles y de los gritos que decían abajo a la reforma a la educación exigimos universidades públicas gratuitas y de calidad se desarrolló una protesta de hombres y mujeres de uniformes blancos o vestidos de luto que no fue ni tan multitudinaria ni tuvo tanto cubrimiento mediático, pero no por ello menos importante. Una marcha pequeña que pasó inadvertida, en la que pediatras de clínicas públicas y privadas decidieron expresar la inmensa preocupación que los embargaba realizando, en un acto simbólico, las exequias de los servicios de pediatría del país.

No era gratuito que marcharan junto a carros fúnebres, luciendo angustiados, lamentándose. Ellos mismos habían visto agonizar lentamente el sector desde años atrás, hasta que la enfermedad se volvió tan grave que fue necesario informárselo a la opinión pública por medio de consignas que exigían atención inmediata por parte del Gobierno.

Ellos mismos, pediatras preocupados por su futuro, habían recibido con angustia la noticia del cierre de 22 camas en el Hospital Infantil Universitario de la Cruz Roja de Caldas (abril), la clausura del servicio de urgencias y 12 camas de hospitalización en la Clínica Antioquia (agosto) y el cierre de la Unidad de Cuidados Intensivos de la Clínica Las Vegas de Medellín. Y fueron recibiendo más y más malas noticias que provenían de Antioquia, Caldas, Atlántico, Tolima, Valle del Cauca y, claro, Bogotá.

La Clínica Palermo, en la capital, decidió poner fin a sus servicios de pediatría. La noticia dejó un sinsabor entre el personal médico de la institución, que sostiene que la clínica tomó esa determinación porque no ve “rentable” la tarea de atender a menores. (El Espectador, 26 de septiembre de 2011).

La Sociedad Colombiana de Pediatría, seccional Bogotá, denunció que este “cierre sistemático” respondía a que las clínicas y los hospitales privados consideraban que no era un buen negocio atender a niños, porque los tratamientos para sus enfermedades (gripes y diarreas esencialmente) son poco costosos. En medio del debate llegó un nuevo anunció: “Inminente cierre de servicio de pediatría en Clínica Eusalud de Bogotá”, tituló la prensa. Y fue en ese momento en el que la comunidad médica decidió marchar.

El escenario no podía ser más alarmante: se seguían anunciando cierres de camas en un país con una deficiencia histórica en este sector. Según el Cendex (Centro de Proyectos para el Desarrollo) de la Universidad Javeriana, este es el escenario de hoy: en Colombia hay en promedio seis camas por cada 10.000 niños (de cuidados intensivos, intermedios y de alta complejidad); en Europa esa cifra oscila entre 30 y 70 camas, y en EE.UU., es de 40. Las diferencias entre regiones son abismales: mientras Bogotá tiene 13,6 camas por 10.000 habitantes, Antioquia tiene 4,8 y Arauca 1,7. Y para que quede más clara la deficiencia se podría decir que el promedio de camas para adultos es de 9,1 por 10.000 habitantes.

¿Quiénes son los verdaderos responsables?

Víctor Guillermo Montagut, presidente de la Clínica Eusalud, dice no queremos cerrar, pero esto es insostenible, llevamos dos años acumulando pérdidas de $40 millones anuales por cuenta del servicio pediátrico. Su explicación es sencilla: las EPS, que son las que deben pagarles a ellos los servicios prestados a los pacientes, se rigen por un manual tarifario creado en 2001 por el Seguro Social; un manual que, en palabras de Montagut, no ha tenido un incremento significativo con los años. “En estos diez años lo han reajustado sólo el 25%, mientras el costo de vida, a agosto de 2011, había crecido 57%. Eso ha hecho que con el tiempo los servicios sean menos sostenibles”.

Montagut habla desde el quinto piso del edificio de la Unidad Pediátrica de Eusalud, que dejará de serlo el 11 de diciembre, cuando está planeado su cierre. Es un edificio de paredes gastadas ubicado en Kennedy: 38 camas. Programado cierre total: 38 camas hospitalización, servicio de urgencias pediátricas, 30.000 atenciones al año. El director menciona dos causas: “La iliquidez del sector”, que se traduce en las millonarias cuentas que las EPS todavía no les han pagado ($10.000 millones a toda la entidad) y la escasez de pediatras que elevan los costos del personal médico, “no hay pediatras”.

Los que sobreviven

El jefe de pediatría de una reconocida clínica de Bogotá, que sobrevive a la crisis y que pidió no revelar su nombre para evitar roces con sus contrapartes en el Gobierno, se pregunta: “¿Por qué el Estado no ha puesto en cintura a las EPS? Si no regula las tarifas para que las EPS les den un valor justo y adecuado a los procedimientos pediátricos, será imposible mantener abierto el servicio”.

Sergio Isaza, integrante del Departamento de Pediatría de la Fundación Santa Fe, dice que su servicio ha sobrevivido porque no solamente tienen contratos con EPS —lo que quiere decir que no dependen de sus pagos—, sino también con empresas de medicina prepagada y pólizas de seguro. “Además contamos con un ‘plus’, y es que tenemos especialidades de atención a pacientes que generan más ingresos como cuidados intensivos, cirugía y oncología. Eso le da una seguridad económica al Departamento de Pediatría”.

Las EPS, que están en medio de la polémica, han dicho que los recursos no fluyen porque el Estado también les debe dinero. Y sobre las regulaciones y el ajuste de los precios de los procedimientos pediátricos el que tiene que responder es el Gobierno. Y ya dio una primera luz. El viernes, en el despacho del Ministerio de la Protección Social, se reunieron representantes de las asociaciones de pediatría, el ministro Mauricio Santa María, la viceministra Beatriz Londoño y la directora general de Calidad de Servicios, Carolina Londoño.

Es ella, Londoño, quien le dice a El Espectador que en ese encuentro de casi tres hora se acordó “avanzar en una regulación” que obligue a mejorar los servicios pediátricos, que cree incentivos para asegurar su permanencia, que regule las tarifas y las condiciones de contratación entre las EPS y los prestadores de servicio, y una última medida: que se establezcan unos exigentes estándares de habilitación y clausura de centros pediátricos “para evitar que un prestador diga ‘hoy cierro’ y un día después deje de prestar el servicio”.

Vendrán nuevos encuentros y la formulación de unas medidas más concretas y tangibles. En eso confía la Asociación de Pediatría que, aclara, viene haciendo este llamado desde el pasado abril.

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