Cruce de llamadas entre líderes europeos: habrá reunión de urgencia del G-7

La canciller alemana Angela Merkel habló con Sarkozy, Berlusconi y Cameron en medio de las turbulencias en la Eurozona y en los mercados por la crisis de deuda. En la noche del viernes se comunicará con Barack Obama





Según un vocero gubernamental, Merkel se comunicó desde su lugar de descanso con el presidente francés Nicolas Sarkozy, el primer ministro italiano Silvio Berlusconi y con el premier británico David Cameron.

"Todos los interlocutores estuvieron de acuerdo en que las decisiones (adoptadas) en la cumbre de la UE del 21 de julio deben ser implementadas rápidamente", señaló el vocero. Merkel tenía previsto hablar en la noche del viernes por teléfono con el mandatario estadounidense Barack Obama.

En la cumbre de Bruselas, Nicolas Sarkozy y Angela Merkel habían anunciado que deseaban plantear, a fines de agosto o inicios de septiembre, iniciativas para mejorar la gobernabilidad de la zona euro, seriamente afectada por la crisis de la deuda, pero sin más precisiones.

Una fuente de la Presidencia de Francia indicó que Sarkozy habló sobre la situación económica el viernes con Merkel, así como con los jefes de Gobierno español, José Luis Rodriguez Zapatero, e italiano, Silvio Berlusconi, y que más tarde lo haría con el presidente estadounidense, Barack Obama. "No se hará ningún comentario" sobre el tema de las conversaciones, añadió la fuente.

Por su parte, Berlusconi anunció que Francia e Italia decidieron de común acuerdo convocar un G7 anticipado sobre el tema económico a nivel de ministros de Finanzas, "quizá preparatorio para un G8 de jefes de Estado y de Gobierno". El premier italiano afirmó, durante una rueda de prensa en Roma, que Italia acometerá nuevas reformas económicas y acelerará algunas de las medidas de su plan de austeridad recientemente aprobado para calmar la inquietud de los mercados.

El jefe de Gobierno italiano dijo que apresurará las reformas para lograr el equilibrio fiscal en 2013 con el fin de reactivar la economía y calmar a los mercados. El Parlamento italiano adoptó el pasado 15 de julio un plan de austeridad reforzado con el que pretendía eliminar el déficit para 2014 y protegerse de la crisis de la deuda, pero que castiga duramente a los sectores más débiles.

"El plan de ajuste fue considerado positivo, pero la situación actual nos obliga a acelerar las medidas", afirmó Berlusconi, quien reconoció que "el mundo vive una crisis financiera, lo que afecta a todos los países".

El gobierno conservador se comprometió a acelerar las medidas adoptadas de un año y a proponer una reforma del mercado laboral ante el Senado, la cual será elaborada junto con los actores sociales. "Actuaremos en cuatro sectores: dos a nivel financiero y dos a nivel de crecimiento y desarrollo", explicó Tremonti, quien aseguró que el Parlamento -que no parará con ocasión de las vacaciones- introducirá en la Constitución una enmienda que obliga a mantener el equilibrio de las cuentas públicas.

Con las medidas de austeridad adoptadas en julio, Italia intentaba calmar el acoso de los mercados, nerviosos por su enorme deuda pública de unos 1,9 billones de euros (cerca del 120% del PIB) y un crecimiento económico casi nulo. Para evitar la quiebra de la tercera mayor economía de la Eurozona, el Gobierno de derecha rediseñó el plan de ajuste, con medidas y recortes muy rigurosos que pensaba introducir al término de su gobierno en 2013, lo que fue criticado.

La propuesta del Gobierno de modificar la Constitución fue rechazada por el líder de la oposición, Pier Luigi Bersani, quien considera que todo retoque de la Carta Magna necesita mayor tiempo, "lo que no es compatible con la actual emergencia", dijo.

Los mercados mundiales seguían muy nerviosos este viernes, ya que las cifras de empleo en los Estados Unidos, mejores de lo previsto, no lograron aplacar las inquietudes sobre el estado de la economía mundial y la crisis de la deuda en la zona euro. En Europa, Fráncfort perdió 2,78%, Londres, 2,71%; París, 1,26%; Madrid, 0,18%; Milán, 0,7% y Suiza, 2,14 por ciento.