Desempleo juvenil, una bomba de tiempo global

Hay 81,2 millones de jóvenes sin trabajo. Las protestas se multiplican y ya jaquean la estabilidad de los gobiernos. Medio Oriente y España son un reflejo. En la región, Colombia es la nación más afectada


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Túnez tiene una tasa de desempleo juvenil del 31,2%, la más alta del mundo árabe. Egipto, del 19 por ciento. Este dato se transformó en una olla en ebullición que terminó desbordando. Junto con otros reclamos de más libertad política y democracia, fueron las razones que hicieron caer a sus presidentes.

Las manifestaciones del movimiento M-15 en toda España piden lo mismo. Las revueltas en Siria, que ya dejaron casi 900 muertos, tienen igual esencia: el desempleo juvenil (entre 15 y 25 años de edad) es del 20% en un país en el que 55% de sus habitantes tiene menos de 25 años.

A nivel global, este mal afecta a 81,2 millones de personas, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la única entidad que hace una medición internacional. Equivale al 13% de la población en condiciones de trabajar de todo el planeta.

La crisis económica de 2008 marcó un antes y un después para el desempleo joven. Por la precariedad de sus trabajos, la baja calificación y la inexperiencia, son los primeros en ser despedidos ante una crisis financiera como la que se vivió.

Las empresas, asustadas por lo que pasó, son reticentes a volver a contratar. Y si lo hacen, ofrecen bajos sueldos o contratos temporales.

¿Por qué ahora ese joven sin trabajo es un riesgo para la clase política? Para los expertos, hay una relación directa entre desempleo juvenil y exclusión social. Esta situación conlleva a más delitos, problemas mentales, violencia, drogas y conflictos familiares. Históricamente más movilizados, los jóvenes deciden ahora ir a las calles a pedir cambios y exigir un futuro.

"Se ha marcado un punto de inflexión. Hay una generación sobrecalificada, que dice basta, que tiene que ocultar aspectos formativos porque son demasiados para lo que ofrecen de sueldo las empresas", le dijo a Infobae América Lara Hérnández, una de las voceras del movimiento M-15 que tomó las plazas en España.

El especialista argentino en temas laborales, Ernesto Kritz, titular de SEL Consultores, opina en las misma línea. "Hay un mayor nivel educativo en los jóvenes que crea más expectativa laboral, y ésta colisiona con una economía que no crea tanto empleo", afirmó

España tiene el récord de desempleo joven de la UE: 43,5%, el mayor además de toda su historia, según cifras oficiales. La media de la región plantea un alerta: 20,4 por ciento.

Casi toda Europa padece lo mismo. Presionados por la crisis de deuda y los elevados déficits fiscales, los gobiernos tomaron el camino del ajuste. Cortaron gastos, beneficios sociales y despidieron empleados públicos. El panorama empeoró.

En España, se sumó el efecto "ladrillazo" como lo bautizaron los locales. El auge de la construcción -gran empleador en cualquier economía- se terminó y los exorbitantes precios de las propiedades se cayeron a pedazos. En consecuencia, mucha gente pasó al "paro".

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero aprobó a duras penas una reforma laboral que disminuye los costos de los despidos pero también facilita el primer contrato de trabajo. No funcionó.

Para el Instituto de Estudios Económicos, el liderazgo de España en desempleo juvenil "pone en duda" la eficiencia de las medidas destinadas a atajar el "grave problema" del desempleo entre los jóvenes. "Meses después de su aprobación, las cifras no muestran un cambio de tendencia, sino todo lo contrario", reprobó el organismo oficial.

En Inglaterra, los jóvenes se quejaban en los 80 del 10% de desempleo. Hoy, uno de cada cinco jóvenes de menos de 25 años no trabaja.

El mundo entero está pendiente de si Grecia cae en cesación de pagos. Lanzó varios ajustes, apuró la venta de empresas estatales y despidió un cuarto de los empleados públicos que, hasta ahora, lo único que lograron fue el descontento social. Después de España, es el país con más desempleo juvenil (36%)

En Irlanda, otra nación rescatada por el FMI y la UE, el desempleo joven aumentó al 31,9 por ciento, mientras que Bulgaria e Italia comparten un nivel de desempleo entre jóvenes superior al 28 por ciento. Las únicas excepciones son Austria y Alemania con 7% y 9%, respectivamente.

Si bien América Latina goza de una bonanza económica inédita, la crisis económica de 2008 dejó su marca: 600 mil jóvenes se quedaron sin empleo, llevando al total de la región a 7 millones, según la OIT.

El promedio de los "ni-ni" latinoamericanos, esto es, que ni estudian ni trabajan, asciende al 20 por ciento.

El índice más elevado de desempleo juvenil en la región lo tiene Colombia. El Anuario Estadístico de América Latina y El Caribe 2010, elaborado por la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), muestra la crudeza de la situación.

Mientras países como Perú y Venezuela registran tasas de 12,6% y 13,6%, respectivamente, Colombia les dobla con 26,3 por ciento. Igualmente, es dramática la condición de las mujeres jóvenes, que en América Latina se encuentran 5,5 puntos por encima del desempleo de los hombres.


La macroeconomía también sufre. Un joven sin trabajo no ahorra, no consume, vuelve a la casa de sus padres y disminuye la capacidad de ahorro y consumo de la familia. Ergo, menos ingresos para el Estado en recaudación de impuestos