A medida que la crisis de financiación de la educación pública se agrava y la empresa privada cierne sus garras sobre los claustros de educación superior, la capacidad de crítica, organización, movilización y resistencia de los estudiantes contra estás dinámicas se convierte en foco de la atención y represión del Estado, de las directivas de las instituciones y de la fuerza pública. Es así como, desde el pasado 15 de septiembre, la Universidad de Antioquia se encuentra en estado de cerco militar, aislamiento social y vigilancia y represión sistemáticas, que configuran un virtual régimen de colonia penitenciaria en la Alma Mater de los antioqueños.

Desde la fecha mencionada, la universidad ha sido cerrada y allanada en múltiples ocasiones, cámaras de vigilancia abiertas y soterradas han sido puestas en su campus, agentes de la inteligencia militar han infiltrado la ciudadela universitaria, procesos disciplinarios de tipo carcelario se han llevados a cabo contra dirigentes estudiantiles, miembros del ESMAD (escuadrón móvil antidisturbios) han ingresado al campus golpeando salvajemente a los miembros de la comunidad universitaria, el acceso a la sociedad medellinense y antioqueña ha sido totalmente prohibido, en fin, se ha constituido un régimen represivo de tipo carcelario, tácito y abierto, que amedrenta a la comunidad universitaria y al conjunto de sus estamentos, al paso que la aísla de la sociedad y la macartiza mediante propaganda mediática que presenta a los estudiantes como presuntos “terroristas”.

Las agresiones de la fuerza pública contra los estudiantes se han puesto de manifiesto en reiteradas ocasiones, gracias a cámaras de periodistas independientes y de estudiantes, que han captado las múltiples formas de agresión policial contra la comunidad universitaria en sus allanamientos, videos que se encuentran en la red y hasta se han mostrado en medios de comunicación masivos, como Caracol Y RCN. Pese a esto, la posición del gobernador de Antioquia y de las directivas universitarias ha sido la de mantener este régimen de colonia penitenciaria, aún contra la vida, integridad y sana convivencia dentro del campus universitario.

Esta situación que se vive desde hace ocho meses en la UdeA es sintomática del talante de la administración departamental, que pretende acallar a la oposición política, académica y social mediante la represión y el amedrentamiento sistemáticos, bañados de una retórica “antiterrorista” en los medios de comunicación masivos.

Igualmente, asistimos al intento nuevamente de cierre de la institución educativa Pascual Bravo, colegio Técnico emblemático de nuestra ciudad, que durante décadas ha formado a los hijos de los trabajadores y habitantes pobres de la ciudad y el área metropolitana, quienes hacen parte en la actualidad de los procesos industriales del país.

La tesis constante de la administración municipal y algunos administradores del Pascual Bravo, es darle vida a un corredor tecnológico donde solo tiene cabida el Pascual Bravo (tecnológico), el ITM y el Colegio Mayor; en este proceso no tiene cabida el bachillerato y por ello, de manera extraña desde hace varios meses, se han venido generando algunos problemas internos, los cuales sirvieron como excusa para que la fuerza pública ingresara y arremetiera contra los menores de edad y de paso legitimar las intensiones de acabar el bachillerato.

Por estas razones, se hace necesario y perentorio movilizarnos como movimiento obrero, social y popular en defensa de los estudiantes y miembros de la comunidad universitaria y del Pascual Bravo, demostrar nuestra solidaridad efectiva y expresar al conjunto de la sociedad que los estudiantes no están solos que existe un pueblo solidario presto a defenderlos y acompañarlos, y que sólo en la unidad de los movimientos sociales y populares lograremos frenar la avanzada privatizadora y autoritaria que se cierne sobre los claustros universitarios y de secundaria.

Es por esto que el próximo miércoles 25 de mayo, a la 1:30pm, los obreros, desplazados, madres comunitarias y ciudadanos en general nos apostaremos en los bajos de la estación universidad del metro, donde realizaremos un plantón en solidaridad con los estudiantes y comunidad de la UdeA y el Pascual Bravo. Luego nos desplazaremos en mitin por la malla de la universidad, hasta la calle Barranquilla, y bajaremos por esta a la entrada principal de la universidad, donde realizaremos un acto de apoyo a los universitarios, y en repudio a la militarización de la universidad.

¡Viva la Universidad de Antioquia, pública, abierta y sin policía en sus alrededores!

¡Contra el cierre del Pascual Bravo, solidaridad, unidad y movilización popular!

¡Fuera la bota militar de colegios y universidades públicas!