DeNunCianDo - Uribe Ychavez

Uribe y Chávez

La mayoría de colombianos es indiferente a lo que significa Venezuela para nosotros y es fácil que se le de más relevancia al protagonismo de su actual mandatario que a la relación entre las dos naciones.
Esa relación debía evaluarse en términos de los diferentes vínculos que la conforman –el vecindario, los lazos comerciales, las afinidades culturales, la historia, etc.- y compararse en esas dimensiones con la que tenemos con otros interlocutores como los Estados Unidos, o España, o Europa en conjunto.
Infortunadamente es la personalidad de Chávez la que suscita interés y la que es motivo de controversia, siendo usada tanto por sus detractores (y algo por sus simpatizantes) como elemento polarizador interno: el antichavismo ha pasado a formar parte de la política colombiana.
Tal vez por eso en vez de analizar su propuesta política se inicia la discusión alrededor de la afirmación de que ella es tan sólo un pretexto para imponer su dictadura. En el caso del Presidente Venezolano, el asumir que sus programas de Revolución Bolivariana son solo ‘cuentos’ para justificar sus abusos es tan errado –o, más correctamente, tan inútil–, como atribuir al Dr. Uribe y a su programa de Seguridad Democrática las mismas características: lo pertinente es estudiar lo que plantean como proyecto y no especular sobre supuestas u ocultas intenciones.

Con mayor razón cuando los seguidores del uno son opositores del otro, pero ambos bandos descalifican los métodos que utiliza el mandatario a quien cuestionan, sin objetar que aquel a quien admiran utilice los mismos (autoritarismo, reducción de los otros poderes, abuso de los medios y del poder del Estado, etc…).
En el fondo y en la forma, los dos llevan a cabo procesos antidemocráticos para sacar cada cual adelante el modelo político en el que cree: es en esos modelos donde se encuentran las diferencias.
A ambos hay que reconocerles que los regímenes que buscan no los están imponiendo por la vía de las armas, y que como mandatarios parecen contar con el respaldo suficiente para esos procederes ajenos y contrarios a lo que es en esencia la democracia; lo que hay en últimas es una aceptación de tales procederes dependiendo de si se aprueban o no los propósitos. En consecuencia lo interesante a estudiar no es el cómo lo hacen, el qué camino usan, sino el hacia dónde van.
Como no hay razón para darle a uno credibilidad y al otro no, si excluimos la opinión sobre la persona misma, nos toca acudir a sus declaraciones: las del uno se enfocan a ‘acabar con la desigualdad’, ‘acabar con la pobreza’, ‘acabar con la injusticia social’, mientras que las del otro se centran en ‘acabar esos bandidos’ y ‘matar la culebra’; y mientras las acusaciones contra las acciones gubernamentales de allá consisten en que se dedica a desposeer a los ricos para ‘comprar los votos’ de los pobres, las críticas aquí son porque muestra indiferencia ante los desfavorecidos y afinidad y complacencia con los poderosos (principalmente los poderosos paramilitares).
Hay la tendencia a decir que pueden representar el peligro del modelo guerrilla y del modelo paramilitar; no creo que se llegue a esos extremos; pero sí, pensando a futuro, haríamos bien en tener claro que uno se identifica con la tendencia que se está expresando e imponiendo en toda latinoamerica con lideres de tendencia de izquierda aunque no tan radical caso bachelet y lula y en un plano europeo holanda y suecia , y el otro con el equipo del ‘imperialismo antiterrorista’ de Bush que está siendo rechazado prácticamente por todos los países del mundo (incluso los Estados Unidos).