DeNunCianDo - FARC-EP... ¿Terroristas, Insurgentes, Beligerantes?

ES UNA SIMPLE OPINION, LA CUAL CREO VIABLE PARA LA ACTUAL SITUACION DE NUESTRO PAIS...

DE NINGUNA MANERA ESTOY DEACUERDO CON UNA SALIDA EN LA CUAL, SOLO SE ASESINEN LOS SOLDADOS Y GUERRILLEROS EN NUESTRO PAIS, Y LOS GRANDES APELLIDOS COMIENDOSE LAS PUTAS DE LA FARANDULA Y COLOCANDOSE DESPUES SUS RODILLERAS PARA ALABAR A PAPA BUSH!!!!

PD: TANTO LOS GUERRILLEROS Y SOLDADOS SON ASESINADOS, NADA DE ABATIDOS, TODOS SON (O SOMOS) COLOMBIANOS...:) :) :) :) :)

ESPERO QUE OPINEN... OJALA CON UN POCO DE IMPARCIALIDAD...

¿Qué son las FARC?

Por: Luis I.Sandoval M.

Las aseveraciones del Presidente Chávez sobre las FARC desataron una ola de reacciones adversas. Lo cierto es que ante un conflicto interminable y deshumanizado en extremo subsisten los interrogantes: /¿Qué son las FARC hoy? ¿Qué hacer con las FARC?./

Históricamente (años 60) las FARC son la prolongación de guerrillas liberales de la anterior violencia bipartidista que no se desmontaron con el Frente Nacional. Sociológicamente son campesinos que se armaron para resistir la ofensiva terrateniente por apropiarse de sus tierras en zonas de la Cordillera Central. Ideológicamente fueron primero liberales y luego, hasta ahora, se declaran comunistas. Políticamente son una expresión con apoyo y simpatía muy reducidos en la población colombiana. Financieramente es una organización fuerte con recursos provenientes de la extorsión y el tráfico de estupefacientes. Éticamente no han mantenido la coherencia de los medios con el fin sino que han recurrido a acciones terroristas, justificando ese desvío en el terror estatal y paraestatal.

Las FARC son hoy un proyecto desvirtuado e inviable, militar y políticamente, pero que no ha perdido el rescoldo de su origen social y de su propósito político. Definirlas a secas como terroristas es un error como lo es negar que en el país hay un conflicto político militar entre Estado y movimientos insurgentes. Esa asimilación a patrones globales de la guerra antiterrorista que lideran los Estados Unidos, confunde y desorienta el camino de soluciones apropiadas a las condiciones particulares de Colombia.

Pero hay que poner fin al conflicto. Fidel, Lula, Evo, Correa y el propio Chávez han planteado, repetidas veces, que la lucha armada está fuera de tiempo y que la persistencia de movimientos como las FARC y el ELN van en contravía de la primavera democrática que vive el continente de mano de la izquierda. Los únicos que aún no piensan así son los propios alzados en armas.

Necesitamos transitar políticamente no militarmente a la paz. Lo primero nos engrandece como pueblo, lo segundo nos destruye. Es allí donde juega el carácter que se reconozca a las FARC y al ELN: ¿Terroristas, Insurgentes, Beligerantes? Carlos Gaviria Díaz, Presidente del PDA, sostiene que a la guerrilla colombiana hay que reconocerle el /status de insurgente/ “que tiene” porque ello facilita “los diálogos y la cooperación de la comunidad internacional”. “Ello no impide que se castiguen los actos terroristas que cometen. Es distinto el carácter de insurgente al de beligerante. Con el primero los Estados no pueden darles apoyo, con el segundo sí”.

Reducidas como están militarmente, pero lejos de ser extinguidas, en medio de la expectativa y controversia de los últimos días las FARC volvieron a afirmar /“…la esperanza del canje… el cual consideramos paso necesario hacia la búsqueda de una solución política y diplomática al conflicto social y armado”/. De su parte el Presidente Uribe dice que /“está listo para la paz”/, pero nada indica que el gobierno se encamine a ofrecer el olivo de paz con base en un amplio entendimiento en el seno de la sociedad y al interior del propio Estado, incluido el estamento militar.

Los acontecimientos no van en la dirección de las declaraciones. Hay que exigir coherencia. A la sociedad corresponde hacer que FARC y Gobierno corrijan el rumbo. Por ello sigue siendo definitivo el desarrollo del movimiento civilista de transformación democrática, que se distancia tanto del /statu quo/ como de la /insurgencia/, hasta gestar por fuerza de la realidad política una capacidad de /mediación estructural/ y de gobierno con democracia y equidad que obligue a todos a hacer en Colombia la política sin armas. Toma tiempo, pero la primavera llegará.