DeNunCianDo - Corrupción de la corrupción

Corrupción de la corrupción
Miércoles, 09 de Marzo de 2011 00:00

*Doctrina filosófica de los Nule
*La pronta y debida justicia

LA Procuraduría, la Fiscalía y la Contraloría están establecidas en referencia a los servidores públicos para garantizar la honestidad, preservar la administración pública y velar por el patrimonio de todos los colombianos, en su conjunto. Es lo que el país está clamando en el sonado caso del Grupo Nule, cuyos integrantes viven tranquila y serenamente en Miami mientras las autoridades judiciales desfilan ante sus oficinas o en los consulados y sin que se impute un solo cargo a quienes se han convertido en testigos ostentosos a fin de pedir beneficios a la Justicia, que sólo deberían corresponder a sentencias anticipadas y delaciones fehacientes.

Todo el tema comienza a oler más feo y son muchos los rumores que existen en torno de eventuales prebendas o multimillonarios sobornos para generar ese escenario favorable. Y no está bien que esas habladillas opaquen una administración de Justicia que se ha venido distinguiendo por su diligencia en casos como la denominada parapolítica, el espionaje telefónico y financiero y el Agro Ingreso Seguro, entre otros. Lo último, desde luego, debe seguir su marcha y así se promete de las diversas indagaciones e investigaciones que están en camino bajo la ruta del debido proceso y los fallos paulatinos. Se sabía que este año sería fundamental en descubrir todo aquello que estaba atorado en las fauces de la corrupción. Como sugiere el Gobierno actual, de muchas instituciones que se tocan, sale pus. La lista es verdaderamente escandalosa, con una suma de políticos cada vez más superior asociada con el paramilitarismo, no sólo en sus aspectos políticos, sino igualmente en la expoliación de las tierras a propietarios y campesinos, como denunció anteayer el Incoder. A ello se suma, claro, el nefando caso de las desmovilizaciones falsas de guerrilleros y paramilitares.

El tema de los Nule es sólo uno más en ese fermento purulento que se tomó la Nación cuando se terminaron de reventar las perspectivas éticas en el servicio público. Desde hace meses se decía que al parecer andaban con múltiples grabaciones, de las cuales sólo han sacado a la luz pública aquellas selectivas sobre contratos en Bogotá. Pero las autoridades no han preguntado si hay grabaciones adicionales, bajo la gravedad del juramento, en las que pueden estar incursos en maniobras similares otros personajes de mucha mayor influencia puesto que, como se sabe, los Nule también habían desplegado sus tentáculos sobre obras en todo el país con lobbystas muy cercanos a las altas esferas del poder.Mucho más si se entiende que la filosofía de vida expresada por uno de ellos consiste en decir que “el tema de la corrupción en Colombia es algo endémico y como en cualquier país del mundo, es inherente a la naturaleza humana”. Semejante esperpento, que sin embargo muestra una certeza ideológica que el “filósofo” presume incontrastable, deja entrever precisamente el entramado en que los Nule se movían dentro de su propia órbita natural. Es decir, la de ellos, no la de los colombianos. Inclusive una corrupción del mismo vocablo corrupción.

Los efectos colaterales del escándalo Nule han, por supuesto, afectado a Bogotá. Y el resultado obvio, más allá del entramado jurídico, es influir en las próximas elecciones regionales. Pero el epicentro, que es el carrusel de la contratación nacional, la feria de los anticipos, la presunta captación ilegal de recursos del público, las acciones irregulares en la Dirección Nacional de Estupefacientes y la multiplicidad de denuncias sobre un sinnúmero de contratos, permanece intocado por las autoridades. Y eso es incomprensible. Podrán haber devuelto dineros en unos u otros casos, pero eso no exonera a nadie, mucho menos a los agentes judiciales, de proceder en consecuencia. No es tiempo de prestarse para shows, es hora de la pronta y debida justicia.

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