Víctima de la llamada 'cesárea casera' relata el peor día de su vida

Desde el día del hecho María Amparo Rivera ha tenido que dormir acompañada y con la luz encendida.

Mientras acaricia el angelical rostro de su hija, triste pero sin odio, la joven de 21 años cuenta lo que le sucedió el 22 de febrero de 2010 y que un año después sigue en la impunidad (ver nota principal 'Niñas que robaran bebé del vientre a joven en Duitama siguen libres').
"Todo comenzó el domingo 21 de febrero cuando dos jóvenes me ubicaron en la plaza de mercado donde yo vendo plátanos los domingos, para ofrecerme un trabajo en el que me pagarían 20.000 pesos como niñera", recordó María Amparo Rivera.
La joven añadió que su error fue haberles dicho a las mujeres que al día siguiente tenía una cita en el centro de salud del barrio Boyacá.
"Cuando salí de mi cuarta cita de control prenatal, hacia las 4:40 de la tarde, comencé a caminar hacia la plaza de mercado, pero a la altura de la cárcel de Duitama las dos niñas me abordaron y me convencieron de ir al supuesto lugar en el que me tomarían los datos para lo del trabajo que realizaría en reemplazo de una de ellas", aseguró.
Rivera Giratá continúa su relato diciendo que las niñas lo acompañaron caminando hasta la altura del polideportivo de Las Américas donde abordaron un taxi y que dentro del vehículo lo único raro que le preguntaron era si ella o su familia tenían alguna enfermedad.
"Llegamos a una construcción nueva ubicada en el barrio El Libertador y ahí descendimos del vehículo; una de ellas abrió la puerta del lugar y me invitaron a pasar. Seguidamente me empezaron a preguntar datos como mi nombre completo, número de cédula y edad, entre otros", señaló.
La joven, quien hoy permanece bajo los cuidados de sus padres, continúa su relato diciendo que minutos después cuando ella se disponía a salir de la bodega, una de las jóvenes la sujetó, mientras la otra le amarraba las manos atrás y le decía que de ahí solo saldría pero muerta.
"Luego me llevaron a una especie de salón, me metieron una media en la boca y con una media velada me amordazaron. Una de ellas me clavó una puñalada en el cuello y luego me cortaron el estómago. Aunque yo me mantuve consciente el terror que sentía por lo que me estaban haciendo prácticamente me hizo olvidar del dolor", explicó.
Dijo que luego perdió el conocimiento y que se despertó tres días después en el Hospital. Agregó que su bebé tuvo que permanecer 21 días en cuidados intensivos en el Hospital de Tunja.
Aunque según ella, la cirugía se pudo haber dado sobre las 6:00 de la tarde, un familiar de una de las agresoras que llegó hasta la bodega cerca de las 9:00 de la noche llamó a la Policía para informar sobre una mujer que estaba en trabajo de parto.
"Al llegar hallamos a una mujer con parte de sus órganos por fuera en medio de un 'río' de sangre y con la cabeza recostada sobre las piernas de una joven a la que María Amparo acusaba de haberle robado su bebé", contó en su momento uno de los voluntarios de la Defensa Civil que en Duitama presta el servicio de ambulancia.
Se llevó la bebé a casa
Clara Inés Zambrano Córdoba, madre de la niña de 14 años señalada de participar en la ejecución del hecho, le aseguró en exclusiva dos días después de los hechos a Boyacá 7 días que su hija solo se limitó a cuidar la puerta para que no fuera a entrar nadie.
"El único contacto que mi hija afirma haber tenido con la víctima es que como la vio tiradita en el piso toda sangrada, le levantó la cabecita y le puso un cartón debajo", dijo.
La mujer agregó que según el relato de su hija, de repente su prima la llamó para entregarle a la criatura y una plata para pagar el servicio de taxi. "Sobre las 8:30 de la noche mi hija regresó a casa en un taxi con una bebé ensangrentada y me dijo que era la hija de su prima y que me la había mandado para que se la ayudara a cuidar. Como la bebé presentaba dificultad para respirar, quienes estábamos en la casa decidimos llevarla al hospital", aseguró Clara Inés.
La madre de la menor contó además que su sobrina de 16 años supuestamente estaba embarazada. Al parecer la joven habría robado el bebé del vientre de María Amparo para 'reemplazar' la criatura que ella habría perdido cuando tenía siete meses de embarazo y que era el único vínculo que sostenía la relación con su novio de 21 años de edad.
"Los hechos fueron muy rápidos y mi sobrina llegó a mi casa para pedirle a mi hija que la acompañara a una cita médica. Solo hasta el martes nos enteramos del terrible episodio", comentó. En su momento Clara Inés añadió que su hija estaba esperando que la señora (víctima) se recuperara para corroborar su versión.
'Un milagro de Dios que ellas estén vivas'
Rodrigo Encízar Moreno, el médico ginecólogo que le salvó la vida a María Amparo Rivera, catalogó ese hecho como un verdadero milagro de Dios.
La explicación del Galeno al caso, sin antecedentes en sus 24 años de experiencia, lo respalda en el relato de lo que vivió ese día: "Por fortuna ese día estaban terminando otra cirugía y pudimos pasar la señora directamente. A ella le habían abierto el vientre y el útero grávido por el que pasan en promedio 600 centímetros cúbicos de sangre por minuto, por lo que el reguero del fluido vital era impresionante. Es un milagro que ella no haya muerto por anemia aguda".
Asimismo fue vital la labor de la anestesióloga y la juventud de la paciente.
"No se comprometieron otros órganos porque por lo general la matriz gestante esconde el resto de las vísceras hacia la parte superior del abdomen", señaló.
El Ginecólogo añadió que al parecer las agresoras pudieron haber visto el procedimiento de una cesárea a través de internet y trataron de hacer un corte transverso bajo que es muy difícil de realizar y luego le hicieron otra longitudinal que le dejó una herida en te invertida, pero que de milagro no afectaron la vejiga.
"Le hicieron daño no solo externo sino a la matriz y afortunadamente la señora no se infectó. Tuve que reconstruir el útero de la joven para que pueda volver a quedar embarazada", aseguró.