Sentimos mayor empatía por nuestra raza
 

Sentimos mayor empatía por nuestra raza

Los miembros de un grupo social son más empáticos entre ellos que con los de fuera
Los resultados tienen importantes implicaciones sociales




MADRID.- Ponerse en la piel o en los zapatos de otro son expresiones comunes para referirse a la empatía, un sentimiento que la mayor parte de las personas es capaz de experimentar y que nos lleva a comprender las emociones de los demás. Observar el dolor ajeno activa en nuestros cerebros estructuras similares a las que se ponen en marcha cuando somos nosotros los que sufrimos. Según un estudio, esa respuesta empática es mayor cuando ambas personas son de la misma raza.
La empatía o capacidad para entender y compartir las emociones de otro es una respuesta que ocurre de forma inmediata cuando observamos, por ejemplo, cómo una persona sufre dolor. Esta capacidad, que se cuenta como un rasgo de la inteligencia emocional, alcanza un nivel de desarrollo distinto en cada individuo y suele estar influida por los vínculos afectivos así como por las relaciones sociales, según sugieren algunos trabajos.
Científicos de la Universidad de Pekín (China) diseñaron un experimento para comprobar si estas conclusiones, obtenidas en estudios subjetivos, tenían una base fisiológica. Para ello, eligieron a 17 participantes chinos y 16 caucásicos cuyo cerebro se exploró mientras veían a seis modelos de cada raza recibir un estímulo doloroso y uno no doloroso.
Durante este tipo de experiencias, el cerebro del observador se comporta de una forma concreta. La percepción del dolor ajeno activa un circuito neuronal formado por el córtex cingular anterior y la ínsula, que es el mismo que media, en primera instancia, la experiencia del dolor propio.
Prejuicios inconscientes hacia lo distinto

Mientras los participantes observaban los videoclips que mostraban pinchazos con una aguja o con un bastoncillo de algodón, los investigadores monitorizaron sus cerebros a través de una resonancia magnética funcional, que permite ver qué zonas del encéfalo se activan, con qué intensidad y en qué momento. Después, vieron de nuevo la mitad de los vídeos y puntuaron la intensidad del dolor que creían que sufría cada persona y la aflicción que les había causado verlo.
Empleando en este caso la característica de la raza como distintivo grupal, los autores comprobaron que las puntuaciones de identidad de grupo eran superiores entre los chinos. Y que los caucásicos, en general, obtuvieron resultados más altos en el interés por la empatía, según los cuestionarios.
La resonancia magnética demostró la existencia de este sentimiento empático. Cuando los participantes visualizaban los pinchazos con una aguja, la actividad en el córtex cingular anterior era mayor que cuando se trataba de un algodón. Con una particularidad, esta región cerebral trabajaba con mayor intensidad cuando el modelo era de la misma raza que el observador.
"Nuestros resultados tienen importantes implicaciones para comprender los comportamientos sociales", señalan los autores en la revista 'The Journal of Neuroscience', que publica el estudio.
Estos resultados corroboran la hipótesis de la existencia de prejuicios inconscientes hacia individuos que pertenecen a grupos distintos de los propios, en este caso, étnicos. No obstante, el análisis de los datos mostró que a pesar de este sesgo, cada participante demostró una habilidad distinta para la empatía.