Así está la guerra contra el narco en Río de Janeiro

En una acción sin precedentes, las fuerzas de seguridad brasileñas desplegaron seis tanquetas blindadas a la entrada de una favela de Río de Janeiro en un intento desesperado de poner fin cuanto antes a la guerra abierta con las bandas de narcotraficantes, que ha provocado ya una treinta de muertos desde el pasado domingo.Más de 17.500 soldados fueron desplegados en las calles, informó el portavoz de la Policía Militar, Henry Lee Castro. Se trata de la primera vez que se emplean vehículos militares de este tipo desde la creación en 2007 de las Unidades de Policía Pacificadora destinadas a restablecer los servicios del Estado en las zonas controladas por los traficantes de droga. La ciudad, que será una de las sedes del Mundial de Fútbol de 2014 y acogerá los Juegos Olímpicos de 2016, sufre una vez más la violencia de los narcos.
Al menos 55 vehículos fueron incinerados por los miembros de las bandas criminales. Las autoridades atribuyen los ataques a una represalia de las bandas expulsadas por la policía que ha realizado operaciones en en 28 favelas en las que se sospecha se refugian delincuentes.
En Vila Cruzeiro, la televisión mostró en directo imágenes de la entrada de los policías, de los traficantes armados recorriendo las calles e incluso de la huida de un grupo de criminales a uno de los suburbios vecinos, que fue captada desde un helicóptero de la cadena Globo. El gobernador del Estado de Río, Sérgio Cabral, les pidió a los cariocas que sigan con “su vida normal”.
Una de las personalidades de la Policía de Río, Rodrigo Pimentel, ex capitán del BOPE y guionista de los famosos filmes Tropa de Élite y Tropa de Élite 2 —ambos sobre la guerra de las fuerzas del orden contra los traficantes y las milicias que aterrorizan a los ciudadanos de las favelas— declaró: “Río, ahora o nunca más”.
Crítico siempre de las autoridades políticas que, según él, no han acertado hasta ahora en la lucha contra el narcotráfico, Pimentel confesó que durante los 12 años en que actuó en la Policía de Río fue siempre pesimista: “Me parecía que estábamos enjugando una piedra de hielo”, comenta.
Ahora, al revés, ha llegado la hora en que si existiese voluntad política —y asegura que esta vez existe— se podría dar paso al optimismo. “Por fin empieza a verse una luz al final del túnel”, dijo. Pimentel advierte que Río se encuentra ante una situación única que no puede dejar pasar, “aunque para ello la ciudad deberá vivir aún cinco o seis días más de pánico”.