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El sentir de un colombiano más….

Hoy 5 de diciembre, revisando las páginas del periódico El Colombiano, me topé de nuevo con la triste noticia de la emboscada hecha a un bus de Coonorte, en zona rural de San Carlos, el sentimiento es espantoso, será justo tanto dolor junto, padre e hijo víctimas del salvajismo de esos animales que están en el monte como lo que son bestias, no merecen nada bueno, ni oportunidades, ni perdón, son unos bandidos que día a día acaban la felicidad de las familias colombianas sin reparos.
Disparar contra un bus de servicio público es un delito humanitario, haber dónde está esa bandida de Piedad Córdoba o el dictador venezolano de Chávez, el Presidente de Francia o la comunidad internacional, ayer nada más se mezclaba la noticia del ataque de San Carlos con la música electrónica que están haciendo esos ignorantes culicagados en Estocolmo, Fighters and lovers, los mismos que vendían camisetas haciéndole propaganda política a estos narcoterroristas.
La pregunta es si en realidad hay con quién negociar la paz en este país, la verdad, es muy oscuro el panorama no hay con quién, ellos siguen haciendo de las suyas por el territorio, las fuerzas armadas hacen de todo por contrarrestarlos, pero falta el apoyo de la ciudadanía y en realidad, el verdadero apoyo del mundo, no haciendo lo que ocurrió en Chile hace también unos pocos días, el vocero de las Farc invitado a una conferencia en una universidad chilena a hablar de la situación del pueblo colombiano, qué tal, con esos emisarios, con esas relaciones internacionales estamos jodidos, y nuestro Canciller Araujo peleándose con los mismos colombianos que trabajan para él.
Señores de las Farc, muestren la voluntad de paz, que no se quede solo en tirarle a Uribe que son solo disculpas para dilatar un proceso que ustedes no quieren que se lleve a cabo, o sino sean claros y díganlo al pueblo colombiano que añora la paz, una paz que todos los días se vuelve más esquiva, y mientras tanto, cuántos colombianos más van a caer, cuántos niños van a caer, en sus filas y en la vida civil como es el caso del pequeño de San Carlos que murió en los brazos de su papá mientras dormía, porque en Colombia ya no aplica eso de que los padres pueden proteger sus hijos, acá se llevaron al hijo y en el mismo acto al papá.
Los colombianos queremos la paz y el ejemplo más claro de esto es ver como la madre que ayer perdió a su esposo y a su pequeño hijo, entre sollozos y lágrimas decía que perdonaba los atacantes y además clamaba por la pacificación del conflicto.
No sé de qué manera concluir, la verdad me siento golpeado por situaciones como las del día de ayer, tiene que ser demasiado duro ver morir a un hijo y más duro ver morir al padre llorando por su hijo.