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Niño de 14 años estranguló a un hombre que intentó violarlo

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En el municipio de Baranoa, departamento del Atlántico, un jóven de 14 años, dio muerte a un hombre de 32 años cuando intentaba abusar sexualmente de él. La información fue suministrada por la Policía Nacional en esa zonadel norte del país y según los primeros indicios, el menor de edad intentó defenderse a toda costa de su agresor sexual.La situación se registró en un área rural del corregimiento de Campeche, en el municipio de Baranoa. Se conoció que constantemente el menor era acosado por un hombre quien fue identificado como John Jairo De Alba Niebles, quien al percatarse que el muchacho estaba solo en una finca quiso abusar de él.

El comandante de la policía en el Atlántico, coronel Henry Rubio sostuvo que el niño lo que hizo fue defenderse, tomándolo por el cuello a su agresor y lo estranguló.
Entre tanto familiares de De Alba Niebles, al enterarse de lo ocurrido quisieron agredir al menor, por lo que la policía le brindó protección al muchacho.

La historia del otro Hitler enterrado en un cementerio judío en Rumania

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Bucarest, (EFE).- "Aquí descansan los restos mortales de ADOLF HITLER. Fallecido el 26 de octubre de 1892 a la edad de 60 años. Rueguen por su alma", se lee en rumano y hebreo en una tumba del cementerio judío "Filantropía" de Bucarest. No se frote los ojos, es cierto. La historia de este bucarestino de fe mosaica la cuenta el cronista de la judería rumana Marius
Mircu en un libro titulado "Filantropía, un cementerio lleno de vida".Sorprendido por esta coincidencia digna del más irreverente humor negro, Mircu rastreó en los archivos y descubrió que nuestro Adolf Hitler de Bucarest tenía un taller y una tienda de sombreros en la calle Real de la capital y era originario de Rumanía.

El sombrerero Adolf Hitler se fue de este mundo antes de que el nazismo se abatiera sobre el continente, pero tener el mismo nombre que el "Führer" perturbaría por décadas la paz de su memoria.
En plena II Guerra Mundial, un empleado del cementerio reparó por casualidad en la inscripción de aquella piedra que aparentemente no tenía nada de especial.
Con la Rumanía del Mariscal Ion Antonescu de parte de Alemania en la guerra y en medio de la efervescencia del movimiento fascista legionario, los judíos eran despojados de sus derechos civiles cuando no asesinados en brutales pogromos más o menos organizados u oficiales.
Sirva como ejemplo de los riesgos que corrían los judíos de Bucarest la matanza de la Rebelión legionaria de enero de 1941, cuando decenas de hebreos fueron llevados a un matadero, colgados de los ganchos para los animales y mutilados.
En este clima de terror, relata Mircu, el descubrimiento produjo un gran nerviosismo entre los enterados, que se apresuraron a destruir el texto en rumano con el nombre de Hitler.
De llegar a oídos de las autoridades filonazis rumanas, de los legionarios o de la representación alemana en Rumanía bien podrían considerarlo una provocación.

Tuvieron que pasar más de cuarenta años para que el recuerdo del Hitler hebreo volviera a ser honrado a la vista de todos.
"La reparación se produjo en 1987, por iniciativa del Jefe Rabino Moses Rozen", cuenta a EFE el ingeniero judío Iosif Cotnareanu, que trabajó en el equipo que reconstruyó el monumento.
"Fue un acto de justicia, porque este hombre no tenía ninguna culpa de tener el nombre que tenía", recuerda.
Cotnareanu llevaba entonces dos años jubilado, y contribuía a la buena salud de la comunidad aportando su experiencia como especialista en trabajos sobre piedra.
"El monumento (funerario) no fue reconstruido exactamente como estaba, sino en otro estilo más habitual en los años 80. Sin embargo se respetó fielmente la inscripción", dice el ingeniero que coordinó los trabajos.
Como casi todos los cientos de miles de judíos que hicieron de las comunidades rumanas unas de las más vibrantes y numerosas del mundo, los herederos del comerciante de la calle Real ya no viven en Rumanía.
Morirían bajo la bota del antisemitismo en la década de 1930 o 1940 o emigrarían a Israel, a EEUU, a Francia o Alemania, Australia, incluso a Hong Kong, porque han llegado a venir de Hong Kong a dejar flores en la tumba, comenta con tristeza un empleado judío del cementerio.
Nadie lleva flores hoy a la tumba de Adolf Hitler en el cementerio de la Filantropía, dónde sólo unos cuantos curiosos y algún periodista interrumpen su sueño eterno entre el verde apacible del camposanto.
El sombrerero Adolf Hitler, que como documenta Mircu hizo publicidad de su negocio en un periódico yidish de su época, jamás habría pensado que regresaría a la prensa por razones tan distintas.

El restaurante más exótico del mundo: sólo vende comida dañina para la salud

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El restaurante más exótico del mundo

Tiene una hamburguesa de 4 pisos y todas las comidas son para gordos
El Heart-Attack Grill es un altar a la gastronomía de lo prohibido. Un ataque del asesino silencioso a la salud. Allí, en el restaurante “Ataque al Corazón”, se le rinde culto al taponamiento de la arterias. La filosofía del “exclusivo” establecimiento es ir en contra de todas las recomendaciones médicas y del sentido común que pregonan una dieta sana. Sin ambages, en el local se cocina y sirve la comida símbolo de malnutrición y deterioro físico. Los detractores de la brillante idea lo han calificado como pornografía alimentaria.
Allí están desterradas, declaradas enemigo número uno las frutas, las verduras y cualquier indicio de dieta saludable.
La especialidad de la casa es todo aquello que engorde, se fume y tome, se fría con grasa y contribuya a aumentar la posibilidad de un colapso cardíaco derivado de la alta ingesta de calorías que contiene la llamada comida “chatarra” y los cigarrillos sin filtro con sus cinco mil venenos incorporados.

El plato “rey” del restaurante es la “Quadruple Bypass Burger”. Una hamburguesa de cuatro carnes fritas con manteca de cerdo, seis rodajas de queso extra cremoso, todo aprisionado por dos panes blancos que han pasado por el tratamiento químico correspondiente para no desentonar con la peligrosidad de la agresiva fórmula.
Cada uno de los platos lleva implícita la advertencia en el título que da nombre a la temida cirugía cardíaca que mediante un injerto destapona las venas obstruidas.
El menú del sitio, localizado en un pueblo de Arizona, Estados Unidos, parece una sugerencia directa para experimentar un dolor en el pecho. Es un tiquete al quirófano, un bono ganador envuelto en papas grasientas y hamburguesas aceitosas.

Todo ayuda
Pero no son solo las hamburguesas gigantes las que invitan a un ataque al corazón.
A los platos cocinados con manteca de animal se agregan toda una serie de complementos igualmente insanos.
Helados, gaseosas de cola fabricadas con altas dosis de azúcar, cigarrilllos, cervezas y licores, completan el repertorio que hace que la estancia de los comelones en el “Ataque al Corazón” sea como un paseo por el paraíso.
Pero ahí no para toda esta ofensa a la vida sana. Los cientos de miles de calorías que a diario se consumen son servidas por bellas chicas vestidas de enfermeras -por si el ataque coronario sucede en el sitio-, con ropas livianas y escotes generosos que ponen a mil el corazón de los machos que buscan el colapso a como dé lugar.
Se mueven por el local, cual conejitas traviesas, como una envoltura de lujo que llevan en sus manos los suntuosos pedidos.